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Había salido airoso del examen, se tenía confianza, había estudiado más que suficiente y ahora sólo le quedaba esperar a que subieran los resultados a la página de la universidad. Lo bueno de estudiar con anticipación, se dijo, era que a pesar de tener un examen más al día siguiente, no tenía que apresurarse a aprenderse toda la materia, porque la sabía de memoria. Además de que tenía mucha facilidad, porque su carrera le gustaba muchísimo. Ger estaba a su lado, lamentándose, aunque iba a aprobar. Era costumbre de su mejor amigo lamentarse, porque antes de comenzar a pasar tiempo con él, Gerard estudiaba poco. Para ese entonces, sin embargo, eran de los mejores de la clase, cosa que nadie podía creer por su fama de vampiros chupasangre.

Sebastian se estiró mientras caminaba por el pasillo junto a su amigo y sonrió de oreja a oreja. Tras su resolución de besar a Joy otra vez, no podía contener la adrenalina. No sabía qué excusa inventar para verla, pero tenía que pensar en una y pensarla rápido. Su ansiedad no le había permitido repasar cómo siempre lo hacía, ni realizar cualquier tarea que requiriera mucha concentración. Y quería enfrentarla, quería verla a la cara y preguntarle si no había sentido nada al besarlo, si no le había gustado. Estaba seguro de que lo evitaría tanto como pudiera, pero él era él. Y a Sebastian Saxton nadie le decía que no.

—¿Qué planeas hacer hoy?¿Vas a estudiar? —La voz de Ger evidenciaba su estado de ánimo.

—Por supuesto que no. Estudié lo suficiente. Releeré los resúmenes antes de dormir para tener todo fresco en la cabeza, pero ya sé el contenido, así que… no voy a estresarme —sonrió.

—Yo… no lo sé, quizás deba volver a casa y…

—¡Ger! Acabamos de rendir un examen y hacerlo bien. Merecemos un rato de descanso. Te invito una cerveza.

El muchacho miró a Sebastian dubitativo. Metió las manos en los bolsillos delanteros del vaquero y se miró las zapatillas negras, antes de suspirar.

—No lo sé —el blondo rodó los ojos.

—Gerard, no hay nada que puedas aprender ahora que no sepas ya. Vamos —insistió, a lo que el castaño sonrió y lo golpeó en el hombro.

—Si repruebo, te quiero sobornando a la profesora.

Caminaron, entre charla y risas para quitar tensión del cuerpo, hasta salir de la tan prolija facultad de arquitectura y se dirigieron hacia el bar que los estudiantes frecuentaban a menudo y quedaba en la esquina de la universidad. Se sentaron, ordenaron pizza y cerveza, y descansaron de la presión del estudio después de meses de internación. Mientras festejaban que les quedaban tres más para sus vacaciones de invierno, Sebastian no podía dejar de pensar en ver a Joy. No sabía cuando se había vuelto tan obsesivo, era simple instinto, se dijo. Tenía urgencias instintivas para con ella, simplemente. ¿Y por qué no darse le gusto? No eran familiares, no era su prima segunda siquiera. Y no podía dejar de sonreír al pensar en ella, aunque lo hubiera rechazado. En realidad, no lo había rechazado, había respondido y se había arrepentido de responder. Pero él le haría ver que no había ningún problema con besarse en el patio trasero, a escondidas de sus padres —incluso frente a ellos, no le importaba—, porque ambos querían hacerlo. Debía convencerla de que podían pasarla muy bien juntos, aunque sin ataduras, y que tenían la oportunidad de tener una relación de profunda amistad —porque había algo extraño entre ellos, una intimidad que no podía explicar—, libre y sin límites.

Claro que Joy no era esa clase de chica, así que tenía que convencerla de a poco de probar aquella clase de relación moderna. Suspiró, sofocado de sólo pensar en las curvas vertiginosas que ese cuerpo ofrecía, y le temblaban las manos al saber que nadie había pasado las garras por ellas. Podían ser suyas con mucha facilidad, y ser el emperador de ese cuerpo femenino y voluptuoso resultaba una idea tentadora. Desde el suceso, no podía borrarse la sensación de los labios de la muchacha sobre los suyos, ni aún Lana con toda su experiencia en las artes amatorias había logrado que lo hiciera.

Pariente LegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora