Capítulo 15

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Keith

Mi casa estaba vacía, como había supuesto. Hacía meses que mi madre había comenzado una relación, e invertía gran parte de su tiempo en estar con su novio, lo cual no me desagradaba en lo absoluto. Me alegraba ver cuán feliz ella estaba.

Cerré la puerta con llave, y apoyando mis manos en las caderas de Alisson, la guié hasta mi cuarto donde, luego de depositar un beso en su hombro, comencé a buscar una toalla para poder darme una ducha.

Los únicos con los que no tenía ningún inconveniente en que entraran a mi cuarto, eran mis amigos y mi madre. No me gustaba que cualquiera ingresara, lo consideraba mi lugar privado. Nunca había invitado a una chica a dormir. Mi cama era sagrada, y a la única persona que permití que se acostara más de una vez entre mis sabanas, fue a Alisson.

— ¿Necesitas ayuda? —preguntó ella de forma distraída viendo los libros que conservaba en mi pequeña biblioteca.

—Sí, ¿me ayudas con el pantalón? —pedí sentándome en la cama. Alisson se acercó a mí, flexionó sus rodillas y sin vacilar comenzó a deslizar el pantalón por mis piernas. Sin poder evitarlo mi cuerpo reaccionó ante aquella posición, y a pesar de que intentaba distraerme, los pensamientos de lo mucho que la deseaba eran más fuertes que mi autocontrol.

Al terminar de ayudarme, pareció darse cuenta de lo que realmente había hecho, y de lo mucho que me había afectado, porque por varios segundos se congeló. Mordió su labio inferior, como si estuviera intentado controlarse, al igual que yo. Cerró sus ojos y volvió a abrirlos, para exhalar muy lentamente y al fin alejarse y terminar con aquella tortura. Aunque luego me resultó más tortuoso que ya no estuviera cerca de mí.

Ambos fingimos como si nada hubiera ocurrido, pero mi mente divagaba sobre mil pensamientos que provocaban que mi erección creciera aun más y necesitara esa ducha de agua fría con urgencia.

Presioné momentáneamente mi boca sobre sus labios húmedos antes de entrar al baño, y felicitarme por mi autocontrol.

Siendo inteligente, coloqué una bolsa alrededor de mi pie, y a pesar de eso, continuó siendo complicado higienizarme. Quince minutos después estaba cerrando el grifo y atando la toalla a mi cintura.

En ese momento noté, que por tener pensamientos lujuriosos sobre Alisson, olvidé buscar un bóxer, por lo que debí salir del baño vistiendo solo la toalla, la cual sostenía con firmeza porque me aterraba tener tanto deseo de quitármela.

La luz estaba apagada, y pude persuadir la silueta de su cuerpo frente al ventanal. Por unos segundos tuve una lucha mental entre acercarme a ella, o vestirme, pero me ganó la tentación y necesidad.

Me acerqué a ella, y al hacerlo noté dos cosas. La primera, estaba de espaldas a mí; y la segunda, estaba en ropa interior.

Disfruten el capitulo, y no olviden votar y comentar.

Con amor, Sabrina♥

Rosas para Alisson | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora