Alisson
No escuché la puerta, estaba tan sumida en mis pensamientos, que me sobresalté cuando Keith depositó un beso sobre mi hombro. Una leve carcajada trepó por su garganta, y su aliento hizo cosquillas en mi piel desnuda.
— ¿En qué estas pensando?
—Me acordaba de cuando vine aquella noche —expliqué, sabiendo que el entendería con rapidez. No lloré por la muerte de mi madre en el instante en que sucedió, estaba en shock. Y cuando finalmente entendí lo que ocurría y sentí como mi mundo se derrumbaba corrí a los brazos de Keith, quien me recibió y me hizo un lugar en su cama.
Con sus manos acarició ambos lados de mi cintura, y en ese momento me percaté de lo cerca que estábamos, y a pesar de no tocarnos, el deseo de hacerlo estaba latente. Sentía de una forma electrizante la necesidad de su tacto.
Giré mi rostro, el cual quedó a centímetros del suyo. Nuestras bocas se rozaban y eso nos enloquecía, hasta que apoyé una de mis manos en su cuello y sus labios húmedos colisionaron con los míos. Comenzó siendo delicado y lento, pero no resistimos mucho tiempo a ese ritmo.
Gemí de sorpresa cuando los brazos de Keith rodearon mi cintura haciendo cosquillas alrededor de mi ombligo, e intensificó el beso al enredar nuestras lenguas. Las gotas de agua, debido a la ducha, perduraban en su cuerpo y comenzaban a mojar el mío. Su erección se presionaba justo por encima de mis bragas.
Nos alejamos jadeando en busca de aire. Él deslizó con suavidad una de sus manos siguiendo el recorrido entre mis senos, y llegando a mi cuello. Su tacto era tan suave y seductor que me hacía temblar. Movió mi cabello para tener mayor acceso, y comenzó a depositar besos húmedos sobre mi piel desnuda y sensible, mientras sus manos me hacían delirar de deseo yendo desde el inicio de mis bragas hasta mi sostén, sobre todo mi abdomen.
Llegó un momento, en que ya no soporté sus caricias sutiles, y di media vuelta buscando sus labios para poder devorarlos de forma salvaje. Sus manos se presionaron sobre mi culo, provocando que un jadeo se escapara de mis labios y se perdiera en su boca.
Mis manos se deleitaban con su pecho desnudo y tonificado, mientras él succionaba mi labio inferior. Me alejé centímetros y comencé a besar su cuello, antes de morder su hombro y escuchar aquel gruñido que me hacía desearlo aún más.
Con dificultad dio unos pasos hacia atrás sentándose en el borde de la cama, y no dudé un segundo en sentarme sobre su regazo, mis piernas rodeando su cintura y sintiendo su erección presionarse en mi entrepierna.
Aquellas escazas prendas que nos separaban, eran insoportables, por lo que sin dudarlo, guié mis manos hasta la toalla que rodeaba su cadera, con la intención de alejarla.
Sus manos me frenaron, y sentí la necesidad de protestar, pero su boca capturó la mía con delicadeza haciéndome olvidar de todo.
—Alisson —jadeó mi nombre de una forma tan deliciosa que hizo que el hecho de tener que detenernos por unos segundos, se volviera más dificultoso. Decidí cerrar los ojos para lograr volver a controlarme—, te deseo más que nada en este mundo, pero de verdad que no puedo estar con vos mientras tengo el tobillo así.
Abrí los ojos y levemente suspiré sintiendo el rubor subir a mis mejillas. Él me sonrió con dulzura mientras acariciaba mi rostro.
—Me había olvidado de que tenías el pie lastimado —confesé un poco avergonzada, escuchando su risa.
—Es normal, cada vez que me ves te olvidas de todo —alardeó levantando el mentón y haciéndome sonreír. Aunque su afirmación no era del todo una mentira. De verdad me gustaba mucho... y odiaba tanto tener que detenerme, con todo el deseo que sentía recorrer mi cuerpo.
Él cerró sus ojos y yo aproveché para mirarlo tanto como quisiera. Era tan perfecto y único. Sin poder evitarlo acaricié la línea de su mentón antes de presionar dos dedos sobre sus labios. Él sonrió y los mordisqueó haciéndome jadear de sorpresa y enviando una sensación electrizante a mi zona más intima, abriendo con lentitud los ojos y permitiéndome volver a ver aquellos orbes que tanto me fascinaban, llenos de diversión y maldad, porque estaba segura de que sabía cuáles eran las reacciones de mi cuerpo hacia el suyo.
Suspiré exasperada: — Ahora odio más que nunca a Evan —comenté enterrando mi rostro en su cuello, y sintiendo sus suaves caricias en mi cabellera.
—Yo lo odio muchísimo más.
— ¿Podemos dormir? —pregunté en un susurró mientras su olor masculino iba relajando los latidos de mi acelerado corazón.
—Acotaste que yo vuelvo en unos minutos —dijo presionando con suavidad sus labios en mi boca, y luego en mi frente. Me alejé de su cuerpo, sintiendo un frío repentino y me recosté entre sus sabanas viéndolo perderse en el baño. Quería esperar despierta a que volviera, pero la suavidad de sus almohadas y el olor a Keith que la cama emanaba, además del cansancio, provocó que en pocos minutos cayera en un sueño profundo.
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Con amor, Sabrina♥
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Rosas para Alisson | COMPLETA
Teen FictionAlisson y Keith han sido mejores amigos desde siempre. Y toda su vida sería más sencilla si se limitaran a ser solo eso, pero en su lugar ellos se dejan llevar por sus sentimientos y se confunden mutuamente. "Keith siempre iba a ser mi debilidad. El...