Capítulo 66

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Narrador omnisciente.

Keith caminó con paso decidido hasta Alisson. No podía continuar dudando, tenía que hacerlo de una vez por todas. Aquel chico necesitaba decir lo que sentía y que ella lo escuchara y lo recordara. Necesitaba decirle a la joven aquellas dos palabras que tanto significado tenían.

Algo en la mirada de él hizo que ella supiera lo que iba a suceder. Un escalofrió recorrió su cuerpo en anticipación.

El cuerpo de él se acercó tanto al de ella que por centímetros sus labios no se estaban uniendo en un beso.

Keith respiró hondo antes de sentirse valiente y confesar algo que ambos sabían: —Te amo.

Y cuando ella no le correspondió, sintió una punzada de dolor, aunque ya sabía que sería de esa forma tenía la esperanza de estar equivocado. El silencio los invadió. Solo se escuchaban sus respiraciones, mientras sus miradas se encontraban en el otro.

—Necesito alejarme de vos Alisson —susurró sabiendo que era la mejor decisión que podría haber tomado.

—Pero... somos amigos —se quejó sintiendo el nudo formarse en su garganta dificultándole la respiración. Ella nunca creyó que él diría esas palabras. Sus ojos escocían y tenía unas inmensas ganas de llorar y que él la abrazara. Y aunque no quería que él se alejara de ella, sabía que era justo. Sabía que debía dejar de dar vueltas, pero ella no podía alejarse a menos que él se lo pidiera, como estaba sucediendo.

—Siempre pensé que si no podía ser tu novio, al menos quería ser tu amigo, pero ya no puedo. Ya no lo soporto —dijo él con aquella mirada sincera que le rompía el corazón a ella, porque sabía que si él se quería alejar no había forma de que ella pudiera acercarse a él de nuevo. No había forma de cambiar su pensamiento—. Cada segundo quiero besarte, cada minuto quiero tenerte, y mataría a cada chico que te mirara si pudiera. Pero no puedo, porque vos y yo no somos nada. Porque vos no querés que seamos algo. No quiero, ni puedo ser tu amigo. Quiero ser tu novio y tener derecho a amarte de la forma que mereces. Y, si vos no querés que lo sea... voy a alejarme de vos. Es tu decisión.

Por un segundo él esperó que Alisson aceptara, pero sus esperanzas se destrozaron en cuanto ella habló.

—Sabés que no puedo —susurró ella en un hilo de voz, sin fuerzas.

Ni siquiera ella entendía lo que hacía. Se había auto convencido desde un principio que no tenían que estar juntos, y era imposible intentar hacer que cambiara su pensamiento. Estaba decidida y creía que estaba haciendo lo correcto, lo mejor para los dos, pero nunca se dio cuenta de que lo único que lograba era que se lastimaran continuamente.

—Te entiendo, y vos tenés que entenderme también. Vos no estás dispuesta a estar conmigo y es por eso que necesito alejarme de vos. Alisson, necesito olvidarte.

Las palabras le dolieron tanto a ella como a él. Keith iba a olvidarse de ella, y eso la destrozaba.

Ambos se amaban, pero tenían miedo. Solo quedaban dos semanas de clases y ellos no querían sufrir más. Luego de un año tan largo y difícil, ya estaban cansados, estaban agotados; sin fuerzas.

—Si es eso lo que querés —aceptó ella asintiendo con la cabeza. Una lágrima escapó de su ojo, y a él le hubiese gustado abrazarla y no dejarla ir nunca. Pero no podía. Cada uno quería cumplir sus sueños y eso debían hacerlo por separado.

Él asintió y se acercó. Alisson tenía un inmenso nudo en la garganta por el dolor que aquello le provocaba, y él tenía un inmenso deseo por eliminar todo el dolor de ambos besándola. Sin embargo, solo presionaron sus labios con suavidad. Ambos disfrutaron lo más que pudieron el poco tacto que mantuvieron durante unos segundos, hasta que Keith se alejó, y ese fue el fin de su amistad.

Las lágrimas comenzaron a correr con velocidad por las mejillas de Alisson viendo cómo Keith se alejaba de ella. Para siempre.

Rosas para Alisson | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora