Capítulo 73

169 33 0
                                    

Alisson

Mi mundo se había venido abajo definitivamente, y podía encontrar las piezas a mí alrededor, las cuales intentaba recoger y empacar para llevarlas a Londres y unirlas allí.

No soportaba continuar viviendo en Nueva York, y necesitaba irme, quizás para siempre. Necesitaba alejarme de aquel lugar, al igual que cuando mi madre murió y necesité irme, y aun así, estaba decidida a que esa vez sería distinta y no perdería la relación que había logrado tener de nuevo con mis amigos, y con mi hermano.

Había estado durante todo el año recriminándome por mi decisión de cuando había cumplido quince años, y después de todo, en ese momento mientras guardaba mis cosas en la valija, me entendía más que nunca. Entendía que había sido algo que necesité hacer, y que no debía arrepentirme, ni pensar en que hubiese sucedido si me hubiese quedado, porque estaba más que segura de que si hubiese sido así, mi intento de suicidio hubiese ocurrido muchísimo tiempo antes.

Me estaba perdiendo los últimos momentos especiales de aquel año escolar, como el último partido que se jugaría esa noche, en el cual estaba segura de que ganaría mi instituto, y mi propia graduación junto con el baile. Sin embargo, y aunque Shane me había dicho que debería esperar solo unas cuantas horas más, sentía que no podía.

Busqué aquella caja en la que guardaba el mejor regalo que alguien alguna vez me hubiese hecho, y al abrirlo esbocé una pequeña sonrisa.

Creí que las rosas eran eternas, pero estaba equivocada. Las rosas que Keith me había regalado se habían marchitado y habían perdido su aroma característico. Ya no eran las mismas. Al igual que nosotros.

Mi vuelo estaba programado para esa tarde, y no quería que eso cambiara. Y la verdadera razón de que quisiera escaparme tan rápido, además de Edgar, era Keith. Su lejanía dolía de una manera impresionante, y no soportaría vivir aquellas últimas ocasiones sin él a mi lado. Habíamos estado tan cerca hacía un par de noches, y de verdad creí que él me besaría, pero cuando no lo hizo mi esperanza de que algún día estuviéramos juntos se esfumó, y tuve que aceptar la realidad.

Esa mañana me había despedido de Emma, Shane y Adam, desayunando juntos.

Derramé un par de lágrimas terminando de guardar las últimas prendas de ropa y cerré la valija. Debería estar feliz, me iba a encaminar en la carrera que siempre había soñado estudiar, y lograría mi sueño, pero lejos estaba de sentir alegría.

Me estaba yendo, y sin embargo, una parte de mí se quedaba, y una de las partes más importantes; mis amigos y mi hermano. Ellos no me acompañarían, y eso era lo que me destrozaba.

Suspiré con profundidad cerrando los ojos y ahuyentando las lágrimas, para luego dirigirme al aeropuerto, y diciéndome una y otra vez que estaba lista para tomar ese avión, y que no debía retroceder sobre mi decisión porque estaba haciendo lo correcto; lo mejor para mí misma.

Rosas para Alisson | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora