Capítulo 32

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Esa tarde llamé a Emma para pedirle detalles sobre su encuentro con James. Sin embargo, a ella le pareció todo tan simple que no demostró emoción para relatarlo, y aunque ella no lo decía, sabía que se debía a que no podía eliminar a mi hermano de su cabeza. Me apenaba que tuviera que pasar por eso.

Ella no merecía sufrir, y eso mismo me había encargado de decirle a Adam una y otra vez, porque no quería que la ilusionara besándola para después decirle que no quería estar en una relación seria. Justo como yo hacía con Keith. Que hipócrita que era.

Hablamos durante horas y antes de colgar le exigí que se arreglara porque íbamos a ir a buscarla con Adam para ir a un club. Y así fue. Ella se veía tan hermosa como siempre y mi hermano liberó un audible suspiro al verla acercarse al auto.

— ¿A dónde vamos? —cuestionó, al ingresar al auto, con una inmensa sonrisa en su rostro. Se estiró para quedar en medio de los dos asientos delanteros.

—Es solo un club nuevo en las afueras —respondí restándole importancia pero mi mente gritaba de felicidad sabiendo que en aquel club se iba a presentar Free Souls, según la información que había buscado. Confiaba en las palabras de Shane, describiendo como James miraba a mi amiga, pero quería verificarlo por mí misma.

Nos encontramos con nuestros amigos en el estacionamiento, y aunque por un segundo iba a besar a Keith en forma de saludo, recordé nuestro pequeño desafío. Él pareció tener los mismos pensamientos que yo, porque se acercó demasiado, para luego alejarse un poco. Ambos sonreímos ante lo olvidadizos que éramos.

— ¿Por qué siempre estás tan desabrigada si ya empezó a hacer frío? —cuestionó Shane frunciendo el ceño mientras él sobaba mis brazos en el intento por calentar mi cuerpo, pero no lo necesitaba. El frío era algo ajeno a mí.

—Estoy bien —aseguré riendo de su acto sobre protector. Y aunque afirmé una y otra vez que no sentía frío, él de todas formas me dio su abrigo para que usara hasta que ingresáramos.

Al hacerlo, nos dirigimos a unas mesas algo alejadas de toda la multitud que bailaba en la pista, dentro de la zona VIP.

Con la mirada comencé a buscar a mí alrededor a los miembros de la banda sin lograr encontrarlos. Cuando miré a Shane, él me facilitó el trabajo señalándolos con los ojos. Emma era ajena a nuestro juego de miradas, estando perdida en su celular.

Adeline, desde lo lejos, me miró y sonrió ampliamente saludando con su mano. Imité su acción con alegría. El día anterior luego de que cantaran para mí y para Keith habíamos hablado por mucho tiempo. Ella me había invitado a que algún día los viera cantar.

Tenía ganas de gritar de frustración cuando mi amiga anunció que iba a salir a tomar aire fresco, justo en el momento en que los miembros de Free Souls comenzaban a acercarse. Sin embargo, no hice nada más que suspirar con pesadez. Primero, porque no quería que fuera obvio que habíamos ido a ese club porque aquellos cantantes iban a presentarse, y segundo, porque James no estaba entre ellos.

—Hola —saludó con alegría, la única voz femenina de la banda—. Chicos, ella es Alisson la chica para la que cantamos ayer. ¿La recuerdan? Le gusta nuestra música.

—Hola —respondí sintiéndome un poco cohibida, pero con una sonrisa gigante. Estaba frente a cuatro personas que admiraba, y tenía ganas de gritar y saltar de alegría. Sin embargo, me mantuve en mi lugar en el intento por no parecer tan fanática como lo era.

—Un gusto conocerte Alisson —dijo Kyle con una sonrisa atractiva y guiñándome un ojo.

— ¿De verdad te gusta nuestra música? —cuestionó Nicholas.

—Sí, los escucho desde que los encontré hace dos años en Instagram. Y no quiero parecer acosadora, pero vinimos hoy para verlos.

—Bueno, en realidad nos arrastraste a todos hasta acá para verlos —acusó Shane haciendo reír a todos. Sonreí intentando disimular el rubor vergonzoso de mis mejillas.

—Tenemos que ir a cantar ¿Alguna canción que quieras escuchar Alisson? —preguntó con amabilidad Zac.

—Me gustan todas así que no podría elegir una —respondí, y luego de varias sonrisas más, ellos se alejaron.

— ¿Vos sabías que se iban a presentar ellos? —interrogó Adam con tono acusatorio.

—Por supuesto, ¿si no para que vendríamos a este club que esta tan lejos de nuestras casas?

— ¿Entonces hiciste que Emma se vistiera así de hermosa para que James la viera y se enamoraran? —interpeló con enojo. No sabía cómo se había enterado él también de lo sucedido entre ellos y eso arruinaba mi idea de fingir que solo quería ir para escucharlos, pero tampoco entendía por qué se enojaba. No tenía razones.

— ¿Algún problema? —presioné, elevando ambas cejas, con la intención de escuchar lo que sabía que iba a terminar diciendo.

—Sí, que no la dejás en paz.

— ¿Yo soy la que no la deja en paz?

—Sí, estás todo el tiempo... buscándole novio —finalizó como si esas palabras fueran las únicas que se le ocurrieron para tapar la verdad.

—A vos no te molesta eso —negué—. A vos lo que te molesta es que ella se olvide de vos.

—Es obvio que es eso lo que me molesta, y no entiendo porque vos siendo mi hermana la querés ayudar a que lo haga.

—Soy tu hermana, pero también soy la mejor amiga de Emma, y quiero lo mejor para los dos.

—Lo mejor para Emma es estar conmigo, no con ese tarado. Como si necesitara Emma vestirse linda para enamorar a alguien, con una mirada ya lo logra.

—Perdón, ¿vos no me pediste ayer que no fuera al departamento para poder estar con una chica? —acusé con enojo.

—Sí —afirmó en un susurro triste.

—Entonces no entiendo que es todo este discursito de que ella es perfecta si vos estuviste y estás con otras chicas.

—No pude estar con esa chica. Ni con ninguna otra. No puedo porque no paro de pensar en Emma. Porque es lo único que hago desde que la besé y no soporto la idea de que ella se olvide de mí, y vos lo sabés muy bien.

—Si no querés que lo haga, andá, besala y prometele que lo van a intentar. Pero si no estás dispuesto a hacer eso, dejala ir —ordené dando por finalizada la discusión y poniéndome de pie para interceptar a mi amiga y que nos dirigiéramos a la pista a bailar.

Rosas para Alisson | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora