Adam
Al fin estaba haciendo lo que tanto deseaba desde hacía tiempo: besar a Emma. No estaba siendo ni un poco dulce. Intentaba demostrarle con ese beso el remolino de sentimientos que sentía por ella. Quería que nos separáramos solo cuando necesitáramos respirar. Quería que sintiera que nadie nunca la besaría como yo.
Había estado intentando convencerme de que su acto el día anterior, el apoyo y la compañía que demostró en mí mayor momento de debilidad, se debía solamente a que éramos amigos, e intentaba olvidarme de mis sentimientos por ella, ¿pero cómo podía lograrlo cuando ella se veía tan hermosa siempre, siendo amable, dulce y comprensiva?
Sus manos se presionaron contra mi pecho y las cerró en puños con la tela entre medio de sus dedos. Mientras mis manos acariciaban la piel expuesta de su cintura.
Mi lengua abrió paso dentro de su boca con furia y pasión. Necesitaba eliminar esa duda de la cabeza de Emma, porque por supuesto que ella me enloquecía. Desde su mirada grisácea hasta su sonrisa llena de dulzura. Cada hebra de su cabellera negra, y cada centímetro de su piel me encantaban.
Sus uñas se clavaron en mi espalda cuando la presioné mucho más contra mi cuerpo. Sabía que ella podía sentir mi erección creciendo con cada segundo que pasaba y nuestras bocas continuaban devorándose.
Mi respiración se cortó en mis pulmones cuando ella me sorprendió acariciando la parte baja de mi abdomen por debajo de la camisa, porque no esperaba que ella hiciera eso. Siempre la había visto como esa chica dulce, y eso me encantaba, pero que fuera tan apasionada y entusiasta para besar me hacía creer que podría llegar a volverme adicto a sus labios.
Nuestras bocas se movían al mismo ritmo que nos hacía delirar, que nos aceleraba los latidos del corazón y hacía que no quisiéramos alejarnos hasta estar saciados, lo cual era difícil y casi imposible de conseguir.
Nunca creí que una chica podría hacerme sentir tanto con un simple beso, porque sentía que estaba perdiendo la cordura. Porque me estaba olvidando de que Emma era mi amiga y eso podría arruinar nuestra amistad. Y en el momento en que ese pensamiento cruzó mi mente y pensé en alejarme, Emma delineó cada centímetro de su cuerpo al mío, y emitió un pequeño gemido que se perdió en mi boca, antes de alejarse. Nuestras respiraciones siendo tan aceleradas como nuestros latidos.
—Nunca dudes de lo que provocas en mí —susurré eliminando todo rastro de inseguridad, por si el beso no había sido suficiente para quitarle las dudas—. Te deseo más de lo que me puedo permitir.
— ¿Y eso que quiere decir? —preguntó ella. Sonreí sabiendo que ella no se conformaría con esas palabras, porque ella siempre quería más, y eso me aterraba. Que ella quisiera más de lo que podía darle.
—No seas complicada Emma —pedí presionando mis labios sobre los de ella por tan solo un segundo, sabiendo que su boca seria mi perdición luego de ya haberla probado una vez.
—No soy complicada —negó. Elevé una ceja haciéndola reír para que luego lo admitiera—. Está bien. Sí, soy complicada, pero quiero saberlo. Quiero que lo digas.
—Me gustas —anuncié. Su sonrisa se amplió aun más antes de que comenzara a besarme una y otra vez abrazándome, luciendo tan feliz y transmitiéndome el sentimiento.
♦♦♦
No sabía cómo le explicaría a Alisson que me había enamorado de nuestra mejor amiga sin que se enojara, pero no me importaba porque finalmente podía haber besado a Emma y estaba feliz. O al menos así me sentía, hasta que ingresé al bar y me encontré con mi hermana hablando con uno de los chicos que mas odiaba; Evan.
Hacía un año habíamos tenido un conflicto debido a que yo me acosté con quien era su novia en ese momento, y desde ese día el odio nunca desapareció.
Me acerqué sintiendo que la sangre hervía mientras viajaba por mis venas. No quería verlo cerca de Alisson, no quería verlo nunca más, y me encargaría de trasmitirle el mensaje.
— ¿Qué hacés hablando con mi hermana? Aléjate de ella —advertí y cuando ella vio mi expresión dio un paso hacia atrás permitiendo que Evan y yo quedáramos frente a frente. Él sonrió de lado con superioridad.
— ¿Ella es tu hermana?— preguntó liberando una carcajada— ¿Quién dice que me tengo que alejar?
—Yo lo digo. No quiero verte nunca más y menos cerca de ella.
— ¿Tenés miedo de que tengamos sexo como vos tuviste con Natalie?
—Eso fue hace mucho. Supéralo. Tu novia no te quería. Y Alisson no se acostaría con una basura como vos.
— ¿Estás seguro? ¿Quién creés que le sacó la virginidad a tu dulce hermanita? Pregúntale sobre cómo nos conocimos en Paris y cómo la transformé de inocente a pervertida —relató. Quería creer que era mentira, pero al dirigir mis ojos a los de Alisson ella lucía culpable, seguramente no lo conocía realmente cuando todo eso sucedió. Incluso con todo lo que había dicho no quería iniciar una pelea que sabía que provocaría que todos fuésemos echados pero mi autocontrol flaqueó cuando él continuó hablando—. Sí, tú hermana dejó de ser virgen gracias a mí, estoy seguro de que todavía se acuerdo cómo gemía mi nombre mientras...
No permití que terminara de hablar e impacté mi puño sobre su mejilla para luego continuar golpeándolo. Y cuando sus amigos intentaron defenderlo, y mis amigos intentaron defenderme, todo se convirtió en un desastre que solo pudo ser disipado por la seguridad del lugar.
Disfruten el capítulo del día de hoy, dedicado a LittleCrazyReader12. Gracias por tus votos y comentarios. Es algo muy motivador.
Con amor, Sabrina♥
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Rosas para Alisson | COMPLETA
Teen FictionAlisson y Keith han sido mejores amigos desde siempre. Y toda su vida sería más sencilla si se limitaran a ser solo eso, pero en su lugar ellos se dejan llevar por sus sentimientos y se confunden mutuamente. "Keith siempre iba a ser mi debilidad. El...