Los ansiolíticos me relajaron de una forma maravillosa, junto con el vodka. Pero todo mi cuerpo se sentía pesado. Me consolaba saber que en poco tiempo todo se iría. El dolor, la angustia, las lágrimas; la depresión. Yo me iría. Finalmente descansaría después de tantos días.
Quería hacerlo. Quería irme, y sabía que era lo mejor. Adam lo había dicho. Sus palabras permanecían en mi mente "No quiero seguir preocupándome por vos" "Estoy cansado de cuidarte".
Sentí las lágrimas amenazar con escapar de mis ojos pero bebí un largo trago de vodka, alejándolas. Tosí debido a la cantidad de alcohol ingerida, y por un momento sentí las nauseas, pero las contuve. No podía eliminar de mi cuerpo las pastillas o de otro modo no harían efecto.
Sentía el frío de la noche helar mi piel y con manos temblorosas tomé mi celular.
Mi mente daba vueltas, y todo era tan confuso. Hice un llamado, hablé con él y me despedí. Le dije que lo amaba y que me perdonara, pero ni yo misma terminaba de comprender mis palabras. Todo era un balbuceo y escuchaba muchas preguntas, hasta que finalicé la llamada y el silencio hizo su reaparición. Lo único que escuchaba era mi respiración pausada. Mis latidos lentos. La brisa fresca. Los arboles moviéndose. La noche en su mayor expresión. Y me sentía lista para enfrentar la muerte en la soledad. Para enfrentar que descansaría para siempre y no había vuelta atrás. Mi cuerpo se desvanecería con los años, y me aterraba ser olvidada, pero me consolaba saber que el dolor sería dejado atrás.
La tranquilidad y el silencio se fueron tan rápido como llegaron. Comencé a escuchar muchos ruidos hasta que poco a poco los identifiqué de a uno. Me puse de pie intentando ver qué sucedía, de dónde provenía todo ese ruido y fue ahí cuando comencé a ver los autos. Había una ambulancia con su característica sirena y un auto, ambos acercándose a toda velocidad, estando a tan solo un par de calles, y se detuvieron solamente al llegar al frente de la casa.
Adam se bajó con tanta velocidad que olvidó cerrar la puerta. Y lo siguieron Emma, Shane y Keith.
La preocupación era visible en los ojos de todos, y me sentía mal por causar eso en ellos pero me repetía una y otra vez que todo iba a ser mejor. Que ellos iban a ser más felices sin mí, y que yo podría dejar de sufrir de una vez por todas.
Cada palabra que habíamos dicho con Adam venía a mi mente como golpes que provocaban ardor en mis ojos y un nudo en mi garganta que me impedía respirar. Sabía que la discusión había sido mi culpa. Que yo provoqué que él dijera cada oración. Yo lo presioné hasta llegar al punto en que no lo soportó más y explotó. Era mi culpa. Como cada cosa que pasaba.
—Alisson, no lo hagas por favor—pidió mi hermano, podía ver la súplica en sus ojos—. Te amo, no lo hagas por favor —repitió con la voz temblorosa y sus palabras helaron mi piel, porque llevaba minutos autoconvenciéndome de que él ya no me quería, que yo era solo una carga. Sin embargo, la sinceridad en sus ojos me demostró que estaba equivocada. Pero ya era tarde. ¿Qué podía hacer? Nada. Solamente sentarme a esperar, y eso era tan aliviante como angustiante.
Alguien me abrazó por la espalda y me hizo dar media vuelta, hasta que me encontré con esos ojos oceánicos, el alivio presente en ellos.
—Casi hacés una locura —susurró liberando un suspiro. Una de sus manos acariciando todo mi rostro con rapidez como si estuviese verificando que estuviese bien. Sí tan solo supiera que nada nunca estuvo bien conmigo.
Negué con la cabeza comenzando a sentir todo mi cuerpo más liviano y la sensación de que me caía. Sus manos presionaron mi cintura evitando que resbalara.
—Ya la hice —susurré de vuelta, trayendo la preocupación y el desentendimiento a su mirada. Poco a poco mis ojos se cerraron, pero estaba agradecida de que él hubiese llegado hasta mí, porque de esa forma lo último que vi fue el perfecto rostro del chico que amaba; el rostro de Keith.
Hola amores, espero que les haya gustado este capítulo. Me parece muy importante entender que a veces aquellas personas que deciden dejar de vivir, no lo hacen por ser cobardes, sino porque ya soportaron demasiado. Porque no le encuentran sentido a la vida. Y eso es entendible.
Sin embargo, y aunque entiendo esto, creo que hay mil cosas que pueden suceder en un futuro que nos pueden hacer felices. Yo pase por un momento muy oscuro en el 2016. De ese año solo recuerdo llorar cada noche y odiarme muchisimo a mi misma. Pero la vida siempre mejora, y hoy soy muy feliz festejando cada uno de mis pequeños logros y amandome a mi misma.
No me quiero meter en la vida de nadie, pero solamente quiero decir, que si estan pasando por un momento dificil hablen con alguien para intentar solucionarlo o al menos para encontrar consuelo. Y si no tienen a nadie, siempre pueden hablar conmigo. Yo los amo y los valoro. Cada uno y una de ustedes vale muchisimo para mí y siempre estoy dispuesta a ayudar a los demás. Y si no se animan a hablarme, por lo menos espero que mis historias sirvan de distraccion para ustedes.
Con amor, Sabrina♥
ESTÁS LEYENDO
Rosas para Alisson | COMPLETA
Novela JuvenilAlisson y Keith han sido mejores amigos desde siempre. Y toda su vida sería más sencilla si se limitaran a ser solo eso, pero en su lugar ellos se dejan llevar por sus sentimientos y se confunden mutuamente. "Keith siempre iba a ser mi debilidad. El...