Capítulo 67

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Alisson

Emma pasaba tanto tiempo conmigo como era posible evitando que me entristeciera, lo cual agradecía porque desde que Adam ya no vivía conmigo y Keith me evitaba era una gran ayuda tener a mi mejor amiga a mi lado en todo momento para no volver a desmoronarme y hacer una locura.

Sin embargo, me sentía culpable. Emma pasaba tanto tiempo conmigo, y yo no estaba siendo para nada divertida últimamente, que provocaba que ella se aburriera. Nunca lo iba a admitir, pero la conocía muy bien, y podía darme cuenta. Ni siquiera veía a Adam tan seguido como antes. Debido a todas esas razones, no dudé y acepté al instante su propuesta de ir a una fiesta.

— ¿Cómo van las cosas con Adam? —pregunté mientras ella delineaba el contorno superior de mis ojos con lápiz negro.

—Súper bien. Tu hermano es dulce... y tierno... y romántico —respondió en un suspiro, con una sonrisa bobalicona.

— ¿Lo amás?

—Sí. Tengo sentimientos muy fuertes por él, y siento cosas que nunca sentí. Me siento como la chica más perfecta, y como si no necesitara nada más para ser feliz.

—Si, te entiendo —concordé pensando en lo que yo sentía cuando Keith estaba a mí alrededor, y en cuánto extrañaba esas sensaciones, pero más que nada, cuánto lo extrañaba a él.

—No, no te pongas triste por favor. No quería provocar eso con mis palabras —se disculpó con rapidez Emma.

—Estoy bien, no te preocupes.

—No, tampoco hagas eso. Odio cuando fingís. Sabés que está mal que te guardes todos tus sentimientos cuando yo estoy acá, para escucharte.

—Tenés razón. Y no, no estoy bien, pero lo voy a estar. Lo prometo. Y lo extraño muchísimo, pero no puedo ir en contra de él cuando está tan decidido a alejarse.

—Si, aunque le cuesta muchísimo no estar cerca de vos. Todo el tiempo me pregunta cómo estás.

— ¿De verdad? —cuestioné sonriendo con ternura.

—Tengo miles de mensajes de él durante todo el día, haciendo preguntas relacionadas a vos. Yo solamente espero que todo esto que están haciendo ahora valga la pena, que ambos terminen sus carreras y después al fin estén juntos, o los voy a obligar —declaró con seriedad, hasta que ambas terminamos riendo.

Una hora después estábamos descendiendo de un taxi frente a una gran casa, propiedad de uno de los miembros de Free Souls, siendo específica, de Kyle, quien nos recibió con una gran sonrisa y nos acompañó a que nos sirviéramos una bebida.

Pronto Emma desapareció ya que Adam también había asistido a aquella fiesta, y a pesar de que busqué a Keith con la mirada, no logré encontrarlo por ningún lugar.

— ¡Ali!— exclamó Adeline acercándose a mí y abrazándome, podía notar que estaba un poco borracha— ¿Por qué estás tan sola?

—Emma y Adam desaparecieron.

— ¿Te abandonaron?

—Algo así —respondí encogiéndome de hombros.

—Bueno, vení que yo te presento a todo el mundo —ofreció, y no creí que de verdad lo haría, pero estaba equivocada ya que ella comenzó a saludar a todos, y entablamos conversaciones. Estaba divirtiéndome hablando con ella y Kyle, cuando Adeline se durmió y decidimos llevarla para que duerma en una de las habitaciones del piso superior de la casa.

—Si hubiese sabido que Adeline iba a beber tanto no hubiese organizado esta fiesta —expresó cerrando la puerta del dormitorio detrás de él y observándome.

— ¿Por qué? Ella parece haberse divertido.

—Si, pero a Zac no le parece tan divertido, y no quiero que se enoje conmigo.

—Ellos tienen como... algo ¿cierto?

— ¿Sos fanática nuestra y me hacés esa pregunta? Qué vergüenza.

—No, me refiero a que sé que hay muchos rumores, pero quería confirmarlo no más.

—No puedo hablar de eso.

—Perdón por preguntar entonces —me disculpé. Intentaba mostrarme indiferente ante el hecho de que él se estaba acercando cada vez más a mí, pero no podía.

Por supuesto que es el sueño de muchas chicas besar a aquel cantante que admirás, y aunque Kyle podía calificar como uno de los mejores besadores, y yo no podía poner distancia entre nuestros cuerpos, no podía detener el pensamiento de que aquellos labios no eran los de Keith.

Kyle se alejó de una forma tan repentina y brusca, que al principio me vi sorprendida, pero entendí todo cuando vi a aquel chico que lo había alejado.

Ni siquiera dirigió sus ojos a los míos, se limitó a golpear al cantante, pero este no reaccionó con violencia, sino que lo alejó de sí e hizo que se fuera.

Keith caminó furioso a través de la casa hasta salir por la puerta principal, siendo seguido de cerca por mí. Detuve mi cuerpo notando como sus pasos se ralentizaban, deteniéndose finalmente a tan solo unos metros, en medio de la oscuridad de las calles de Nueva York.

De repente y sorprendiéndome se agarró la cabeza lleno de frustración tironeando de su cabello antes de girarse con brusquedad y acercarse tanto a mí que mi aliento se fue. En un susurro que destilaba rabia preguntó: — ¿Por qué lo besaste? ¿Por qué tuviste que hacerlo?

Al instante sentí el olor a alcohol que emanaba y mi mente pudo comprender la situación. Levanté mi mano y con delicadeza acaricié su mejilla.

—Respira hondo y cálmate. Por favor.

Él siguió mi orden y cerró los ojos. Tenerlo tan cerca estaba causando estragos en mí. Estaba a tan solo centímetros y a su vez, a kilómetros.

Abriendo los ojos sentí como el aire dejaba mis pulmones y mi corazón se estrujaba debido a la mirada triste y dolida que me estaba dedicando.

Su mano se alzó y acarició la mía, sobre su mejilla. Sus dedos se sentían calientes a comparación de los míos. Había extrañado tanto su tacto que mi piel hormigueaba debajo de este.

—Te extraño Alisson. Te extraño tanto —afirmó apesadumbrado. Sus labios a tan solo un movimiento de tocar los míos. Podíamos escuchar con facilidad nuestros corazones acelerados al tiempo que nuestras respiraciones comenzaban a incrementar su ritmo.

—Yo también te extraño Keith —murmuré, y eso fue todo lo que él necesitó para eliminar cualquier tipo de distancia entre nuestros cuerpos, y besarme con necesidad y deseo. Nuestras bocas se habían extrañado tanto que no perdieron el tiempo en comenzar a moverse. Y aunque sabía que me arrepentiría, busqué toda mi fuerza de voluntad para alejarlo. Él me observó confundido, y lo entendía. Una vez más decía una cosa y hacía otra, pero esa vez tenía una razón—. Decidiste alejarte de mí, y ahora estás borracho, por eso me estas besando. Si mañana todavía querés besarme, buscame, y yo no te voy a rechazar. Pero no quiero que hagas algo de lo que después te vayas a arrepentir.

Él no insistió, lo cual fue un alivio, porque a pesar de que sabía que estaba haciendo lo mejor, el deseo por besarlo era muy fuerte y no sabía cuánto iba a poder soportar negándome en el caso de que él insistiera.

Dejó caer sus manos a ambos lados de su cuerpo, y yo alejé mis dedos de su mejilla, con una última mirada se despidió y se alejó. Minutos después le pedí a Adam que lo buscara para que llegara bien a su casa, y yo me fui con Emma.

A pesar de que esperé, y deseé que lo hiciera, Keith no me buscó luego de aquel acercamiento, y aunque eso dolía mi mente intentaba explicarle a mi corazón que él estaba haciendo lo que yo intenté por tanto tiempo, y que era lo mejor para ambos.

Rosas para Alisson | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora