Capítulo 4

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La música, las personas y el alcohol en mi sistema, estaban comenzando a producirme mareos, por lo que decidí tomar un poco de aire fresco en el parque trasero.

Me encontraba en la casa de Keith, quien había organizado una fiesta.

El dueño de la casa caminó hasta quedar de pie justo a mi lado.

— ¿Vos también te aturdiste de la música?

—Algo así —respondió con una sonrisa, como si estuviera riendo de algún chiste en su cabeza.

Luego el silencio nos rodeó por un momento, mientras en mi vientre se intensificaba la ansiedad debido a las palabras que mi mente procesaban antes de que finalmente decidí decirlas: — ¿Te acordás lo que me dijiste? Sobre que gustabas de mí. Bueno... yo también gustaba de vos —finalicé, sintiendo el rubor subir hasta mis mejillas.

Su silencio me hizo sentir incomoda, después de todo lo que me había dicho sobre sus sentimientos hacía mí, creí que iba a reaccionar de otra manera ante mi confesión. Sin embargo, Keith se limitó a sonreír mientras miraba el cielo nocturno.

Yo continúe observándolo a él, porque quería algún tipo de respuesta, y al parecer lo notó porque volvió a dirigir sus ojos a los míos con una sonrisa de autosuficiencia.

—Ya lo sabía.

— ¡¿Qué?!

—Adam me lo dijo, para que yo no dudara y estuviéramos juntos. Te iba a pedir que seas mi novia el día de tu cumpleaños número quince. Ya sabés, un gran regalo ser mi novia —bromeó y yo sonreí, muriendo en mi interior de ternura.

En ese momento, de forma inevitable imaginé como hubiese sido mi vida si nunca me hubiera ido. Nunca me había arrepentido de mi decisión pero después de todas las cosas que me dijo Keith en los últimos días, comenzaba a hacerlo. Si él me lo hubiese pedido, no hubiera dudado un segundo en aceptar. Sin embargo, los años nos cambiaron, todo se había vuelto distinto y mucho más complicado.

— ¿Sabés qué? —interrogó poniéndose delante de mí y acercándose— No me arrepiento de haberte besado la otra noche, deseaba hacerlo desde que supe que volviste —se acercó tanto que nuestros rostros estaban a centímetros, y era una completa tortura—... Y deseo hacerlo justo ahora.

Mi corazón latía tan rápido que dolía, pero esa vez no esperé, no podía hacerlo o la tentación me consumiría.

Mis labios húmedos se presionaban sobre su boca una y otra vez hasta que con lentitud delineé con mi lengua su labio inferior. Cuando nuestras lenguas se rozaron sentí mi cuerpo temblar y en ese momento sus manos se afianzaron presionándose con más intensidad sobre mi espalda baja.

Sin poder evitarlo, él se apoderó de aquel beso, succionando mi labio inferior, para luego alejarse un poco y dejarme deseando más. Su aliento cálido y fresco quemaba al golpear sobre mis labios húmedos.

—Te mentí —anunció Keith.

— ¿En qué? —cuestioné con el ceño fruncido.

—Te dije que gustaba de vos y eso no es verdad —confesó, y no supe que decir hasta que continuó: —. Todavía me gustas.

Sonreí sin poder evitarlo, antes de que mi boca fuera capturada de nuevo por la suya, y al igual que cada vez que sucedía algo con Keith, esa noche no logré conciliar el sueño.


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Con amor, Sabrina♥ 

Rosas para Alisson | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora