Finalmente había llegado el miércoles, el día en que llegó toda la investigación que había hecho el detective sobre mi padre. Me sentía nerviosa y ansiosa, con la tensión instalada en mi estomago quitándome el apetito.
Adam se había quedado en el instituto ya que tenía que entrenar, y luego iría a la casa de Shane, por lo que iba a estar sola hasta la noche, y eso me facilitaba mentirle. Odiaba tener que hacerlo, pero sabía que a él no le gustaría enterarse de lo que estaba haciendo. Sin embargo, yo necesitaba la verdad.
Teniendo el portafolio en mi mano sentí mi corazón acelerarse de una manera inexplicable. Lo abrí con cautela, como si tuviera miedo, lo cual era la realidad, y me encontré con una carpeta que comencé a leer. Había tanta información que me sentía mareada, pero muchas cosas eran innecesarias que las leyera porque ya las sabía.
Eché un vistazo rápido a todo pero me congelé frente a una hoja en específico, sintiendo mi cuerpo helarse. Era una foto. Una foto de mi madre muerta. En su momento no tuve la fortaleza necesaria para ver su cuerpo, no era tampoco como si se me hubiese permitido. De alguna forma, nadie había podido verlo. Había sido velada a cajón cerrado porque estaba desfigurada por el accidente, según palabras de mi padre. Pero eso no era lo que estaba observando.
Cerré fuertemente el portafolio sin querer seguir atormentándome, mientras mis ojos se llenaban de lágrimas. En medio de su perfecta frente había una perforación. Una perforación provocada por una bala.
—No puede ser —susurré. Con mis manos sostuve mi cabeza y cerré los ojos intentando borrar la imagen de mi mente, pero esta se proyectó con mayor nitidez. Los abrí y las lágrimas jugaban una carrera derramándose por mis mejillas. El mismo agujero que tenía mi madre en su frente se formó en mi corazón, y sentí como comenzaba a hiperventilar por la presión en mi pecho.
Las preguntas vinieron a mí como si de un golpe se tratase. ¿La mataron? ¿Se suicidó? No sabía cuál de esas opciones podía llegar a ser peor, porque ambas dolían de la misma forma. El hecho de que haya sido asesina quería decir que alguien me la arrebató, pero que se haya quitado la vida significaba que ella había decidido abandonarme, que no le importó lo que podría suceder conmigo o con Adam. ¿Él lo sabrá? ¡Esto era lo que me estaba escondiendo desde hacía tiempo! Pero... ¿Por qué me lo ocultaba? El dolor que sentía era impresionante, pero era mejor que vivir en una mentira. Mi madre no había muerto en un accidente, y yo tenía derecho a saberlo. Pero por alguna razón sentía que no era toda la verdad. Que había algo más profundo.
Tomé una bocanada de aire e intentando controlar el temblor de mis manos y respirar incluso sintiendo que tenía una piedra en la garganta, volví a abrir el portafolio, pero cerré fuertemente los ojos ante la imagen, y pasé de pagina. Los abrí y comencé a leer.
No hubo autopsia del cuerpo ni detectives. No hubo búsqueda de la escena del crimen ni del arma. No hubo testimonios. No hubo investigaciones. Solo se declaró como un suicidio, y mi padre pasó a poseer todo lo que era de mi madre ya que mi hermano y yo éramos menores de edad. A nadie le importó su muerte. Nadie se preocupó por ella.
Liberé el primero de muchos sollozos, y sentía que me deshidrataba mientras los minutos transcurrían y las lágrimas no cesaban, mucho menos la angustia. El dolor de cabeza debido al llanto comenzaba a hacerse presente, esa sensación con la cual estaba muy familiarizada, y de alguna forma sabía que eso solo era el principio.
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Rosas para Alisson | COMPLETA
Teen FictionAlisson y Keith han sido mejores amigos desde siempre. Y toda su vida sería más sencilla si se limitaran a ser solo eso, pero en su lugar ellos se dejan llevar por sus sentimientos y se confunden mutuamente. "Keith siempre iba a ser mi debilidad. El...