Capítulo 56

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Alisson

—No puedo creer que una persona como nuestro padre se esté casando, de nuevo —declaré, haciendo énfasis en aquellas dos últimas palabras, mientras terminaba mi maquillaje para que pudiéramos irnos. No era como si mi hermano o yo tuviéramos ánimo por asistir, solo era cumplir nuestra parte del trato que había hecho con Edgar, del cual Adam se sentía muy orgulloso; de que al fin había decidido abrir los ojos sin tener miedo.

—Sí, y mira cómo terminó mamá —respondió Adam de forma pensativa.

—Sabés que a veces... creo que es su culpa —confesé, sus ojos se dirigieron con tanta rapidez a los míos que me sorprendí—. Lo sé, es horrible lo que acabo de decir, pero él la hacía tan infeliz. Me sorprende que nunca se hubiesen divorciado, o al menos intentado.

—Si, es verdad. Yo también a veces pienso que es su culpa... solamente por eso —susurró al tiempo que nos dirigíamos al auto hasta llegar a la capilla donde nos encontramos con nuestros amigos.

Elizabeth se veía más que hermosa, con su cabellera castaña oscura cayendo en unos simples bucles, un vestido sencillo y una inmensa sonrisa; nadie siquiera pensaría que su verdadera edad era de alrededor de cuarenta, porque su belleza la rejuvenecía. Con la amabilidad que la caracterizaba, se lamentó porque tuviésemos una relación tan tensa y distante con Edgar. Le sonreímos restándole importancia, y deseándole buena suerte, porque la iba a necesitar para poder llevar a cabo aquel matrimonio.

—Esto va a ser tan aburrido —murmuré hacia mi hermano, quien sonrió con gracia.

—Solamente son un par de horas, y después no lo vamos a ver nunca más.

—Yo se que fui quien pidió eso, pero es difícil.

—Lo sé, y por eso creo que sos muy valiente. Por eso y por todo —confortó besando mi mano con una sonrisa cariñosa, que correspondí antes de que tuviéramos que hacer silencio para que la boda pudiera dar comienzo y proseguir en la unión entre dos personas.

♦♦♦

Free Souls se había presentado, cantando canciones de amor. Canciones que yo conocía y tarareaba.

James bajó del escenario y comenzó a bailar con Emma. Luego de lo que había sucedido con Adam, y a pesar de que el amor de mi amiga le seguía perteneciendo a mi hermano, ella había estado intentando avanzar. Me alegraba que estuviera intentado ser feliz. Sin embargo, dolía ver la mirada de tristeza que Adam tenía observándolos juntos, estando de pie a mi lado.

— ¿Te arrepentís de haber venido? —pregunté mirándolo y distrayéndolo.

—En realidad no, la comida estaba riquísima y los tragos son gratis —respondió él con una sonrisa provocando que yo riera.

Un chico se acercó para que bailara con él, pero decliné su oferta con amabilidad. Quería bailar, pero no quería hacerlo con alguien que no fuera Keith, a quien no lograba encontrar por ningún lado.

—Quien hubiera dicho que llegaría un punto en que ambos rechazaríamos personas por tener sentimientos hacía otras.

—Yo siempre supe que llegaría un momento en que lo haría. Siempre me gustó Keith —respondí encogiéndome de hombros—. Y siempre supe que vos y Emma terminarían teniendo algo.

—Yo no estaba seguro, pero sí que lo deseaba. Quien podría no enamorarse de ella. Es hermosa —declaró con un brillo especial que nunca había visto en sus ojos, y en ese momento me percaté de que lo había aconsejado de la peor manera posible.

— ¿Entonces qué hacés acá hablando conmigo? Baila con ella, bésala, demostrale que no puede dejar de tener sentimientos por vos, y no la dejes ir.

Rosas para Alisson | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora