Capítulo 50

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Adam

Sentí tanta felicidad y alivio escuchando las palabras de la médica. Alisson había despertado, y ya había llegado el momento en que podía verla. Sentí mi corazón acelerarse ante la idea.

Sin embargo, y aunque ella estaba bien físicamente, sabía que psicológicamente no lo estaba. Había algo que la estaba haciendo sufrir y la dañaba, pero ella se había negado todo este tiempo a contarme acerca del problema.

Con lentitud abrí la puerta e ingresé a la habitación. Un suspiro de alivio fue liberado por mis labios al ver el azul de sus ojos, el mismo de los míos, el cual llevaba horas sin ver.

Alisson bajo la vista luciendo avergonzada y a su vez triste por lo que había sucedido.

—Perdón —susurró. Las lágrimas culposas se derramaban por sus mejillas, y eso hizo que me acercara con velocidad a ella. Me senté a su lado y entrelacé nuestras manos en el intento de reconfortarla.

—Está bien Ali, no te preocupes. No tenés que darme explicaciones.

—Sí que tengo que hacerlo.

—No. Ali, nunca te voy a juzgar y tampoco te voy a obligar a que intentes recordar o revivir un momento que dudo que haya sido agradable para vos. Suicidarse no debe ser una decisión fácil, y si lo intentaste es porque creíste que era lo único que podías hacer.

—Lo hice porque no puedo más. Perdonáme, no quería que te enteraras, porque no quería que me odiaras, pero no te lo puedo ocultar por más tiempo.

— ¿De qué hablás Alisson? Me estás preocupando.

—Mamá se suicidó por mi culpa —declaró, viéndose tan culpable y con el corazón tan roto, que no podía creer que ella se hubiese enterado de aquella mentira que fue dicha.

— ¿Qué?

—No murió en un accidente. Tenía una bala en la cabeza. Se suicidó, y fue por mi culpa —finalizó sollozando. Limpié sus lágrimas con mis pulgares negando con la cabeza. Sin poder creerlo.

—No. ¿De dónde sacaste eso? —cuestioné sin poder entenderlo.

—Contraté un detective para investigar a papá, y me enteré de que mamá tenía una bala. Cuando hable con él, me lo confirmo. Yo la hacía infeliz.

— ¿Eso es lo que te dijo? —interrogué sorprendido. Ella asintió con la cabeza, apenada. Sabía que era una mierda, después de todo, sus acciones hablaban por sí solas. Lo había llamado para decirle lo que había ocurrido con Alisson, y él simplemente me dijo que no le importaba. Ignorarnos era una cosa, pero llenarle la cabeza con ideas que la iban a lastimar era otra cosa totalmente distinta y que hacía que mi odio por él se incrementara aún más, si eso era posible— Mamá no se suicidó. Eso es una mentira y que te haya dicho que fue por tu culpa es otra mentira.

— ¿Entonces por que tenía una bala? —cuestionó. Y yo no respondí, porque decirlo era muy doloroso— ¿Fue asesinada? —preguntó otra vez. Asentí con la cabeza, sintiendo como le clavaba un puñal— ¿Quién lo hizo?

—No lo sé —dije bajando la mirada, desviándola de sus ojos que demostraban tanto dolor—. Pero pase lo que pase, prométeme que no vas a intentar averiguarlo —Ella vaciló y no me observaba. Presionando mis dedos en su barbilla, obligué a nuestros ojos a encontrarse—. Alisson, escuchame esta vez. No averigües más. Yo entiendo que te gustaría saber la verdad, pero prométeme que no vas a hacer más investigaciones.

—Lo prometo —susurró finalmente, haciéndome suspirar, porque sus ojos demostraban sinceridad, dándome seguridad de que no me iba a mentir.

—Y prométeme también que nunca más vas a hacer esto de nuevo. Tenía tanto miedo de perderte. No sé qué haría sin vos —declaré abrazándola con todas mis fuerzas, queriendo eliminar todo su dolor.

Sin embargo, me prometí a mi mismo que eso no sucedería nunca más. Ella estaba a mi lado, y eso nunca iba a cambiar. No lo iba a permitir.

Rosas para Alisson | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora