La "rival" de Yui || Diabólik lovers X Oc

18

Sakura

Sonreí con los ojos cerrados satisfactoria... Estaba tan caliente el agua. Sentía como mis músculos se relajaban y junto con estos mis emociones y preocupaciones.
En estos momentos solo eramos la tina, el agua y yo. Era tan placentero.

Me hundí aun más, provocando que el agua quedase un poco más arriba de mis labios.
Abrí los ojos lentamente mirando algunos pétalos de rosas  junto con otras flores en el agua las cuales no sabría que clase de flores eran. Solo sabia que eran muy bonitas y largaban un aroma embriagador.

Suspiré algo agotada.

Por alguna extraña razón mi mente se puso a recordar a los seis chupa sangre con los que habitaba.

Cuando llegué eran tan fríos, sádicos, narcistas, egoístas y muchas otras cosas.

Y ahora, seguían siendo los mismos sádicos, narcistas, egoístas, pero ahora estaban algo, quiero decir, muy sutilmente; MUY calientes por así decirlo... ya no eran los frívolos vampiros.
Ahora demostraban algo de interés en mí. O en mi sangre.

Sacudí la cabeza ante mi ultimo pensamiento.

No, quiero creer que estan interesados en mí, en mi bienestar. Cuando llegué horas antes toda empapada a causa de la tormenta, mostraban algo de preocupación, a su manera, pero lo hacían.

Sonreí inconscientemente.

Sin contar que están más posesivos, tratan de "marcar su territorio"

Alto.

Muestran interés en mí y en mi bienestar, son realmente posesivos cuando estoy con algún otro hermano o "X" persona que no sea ellos.
Casi siempre quieren de mi sangre aunque tengan a Yui al lado.

¡No!

Sakura Tachibana, tranquilízate... Uno... Dos... Tres...

Respira...
Exhala...

Antes de que sea demasiado tarde debo enfocar total atención a Eva.

Se me fue de las manos.

Bufé mirando el techo.

Mierda.

Inhale profundo una vez más para así levantarme de la tina e ir por la toalla.

Envolví mi cuerpo con esta para así caminar hacia la pierna y abrirla.
Oh, sorpresa.

Subaru se encontraba apoyado en uno de mis muebles con la cabeza gacha y brazos cruzados.

Este levantó su mirada para verme fijamente, yo opté por levantar una ceja incrédula de este en mi habitación.

Subaru: Quería saber si te encuentras mejor, y verificar que no te hayas enfermado. -soltó serio para luego chasquear la lengua-.

Asentí divertida y agradecida por su gesto.

Caminé hacia él, aun con la toalla puesta en mi cuerpo para inclinarme a este.

Subaru me miró asombrado, sin saber que hacer o decir, lo supe por su cara la cual estaba algo roja.

Le sonreí inocente, levantando uno de mis brazos para rodear su cintura, este abrió aun más los ojos.

Sakura: ¿Podrías quitarte? -pregunté inocente- quiero sacar mi ropa interior del cajón.

Este tardó unos segundos en reaccionar y se quitó algo torpe y brusco. Reí ante la reacción del albino.

Este volteó su mirada a un costado algo avergonzado. Aproveche la situación para ponerme el conjunto el cual era blanco con algún que otro detalle de encaje.

Abrí otro cajón sacando un short rosado algo corto y una remera algo holgada color negra.

Sakura: Ya puedes voltear, pervertido -escupi con diversión-.

Este volteó su mirada algo enfadado y soltó un "Tsk." Rodé los ojos.

Sakura: Ya te puedes ir, estoy bien como puedes notarlo.

Este sonrió de costado y se acercó a mí peligrosamente, provocando que yo retrocediera chocando con el mueble impidiendo moverme más.

Subaru sonrió con satisfacción y puso ambas manos a mis costados, impidiendo la salida.

Lo miré confundida, ¿Que trama?

Subaru: Parece que no estas bien... -Dijo con algo de malicia y juguetonamente lo que causó que me estremezca ante su presencia- mira, parece que tienes un leve corte aquí -señaló un poco más arriba de mi clavícula-.

Agarró unas tijeras que se encontraban en el mueble y cortó rápidamente el lugar que había dicho.

Cerré los ojos ante el ardor que sentí.

Abrí los ojos sorprendida al sentir algo húmedo en mi herida, Subaru estaba lamiéndo el corte.

Subaru: De verdad que es como comer azúcar... Tan dulce y adictiva. -Susurró en mi cuello.- Déjame hacerte sentir solo mis colmillos, Sakura. Que sea el único que beba de tú sangre; Que seas de mi total propiedad.

Sin esperar respuesta clavó sus colmillos en mi cuello.

Apreté mis manos en el borde del mueble, tratando de soportar el dolor, mientras el albino seguía bebiendo de mi sangre.

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