CAPÍTULO XVII

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Era sábado, faltaban tres días para que acabe el plazo de la apuesta, los profesores y prefectos ya habían acabado con la decoración del castillo, el ambiente era un poco festivo. Peeves ya había hecho unas cuantas bromas navideñas a tanto alumnos como profesores.

Tras su entrenamiento de Quidditch, Draco volvió a su sala común y tomó un baño ya que se encontraba muy cansado, cuando salió se recostó en su cama, quedándose dormido a los pocos minutos.

—Draco... Draco... ¡DRACO!... ¡¡¡¡DRACO!!!

—Cállate. —Draco se cubrió los oídos con la almohada.

—Granger se va a molestar. —Canturreó Zabini.

— ¿Y a mí qué me importa?

—Llegarás tarde a las patrullas.

— ¿Patrullas?... ¡¡¡PATRULLAS!!! —El rubio saltó de su cama. —Mierda Zabini, ¿por qué no me despertaste antes?

—Oye Draquito, llevo tratando de despertarte hace media hora.

— ¿Cuánto falta para las diez? —Preguntó el rubio mientras terminaba de cambiarse ya que había dormido solo con el pantalón puesto.

—Cinco minutos. —El moreno estaba haciendo un gran esfuerzo para no reír.

—Granger me va a matar. —El chico corría de un lado a otro, se fue al baño a lavarse la cara ya que no se había despertado del todo. —Nos vemos luego. —Salió prácticamente volando.

Hermione llevaba cerca de diez minutos esperando al Slytherin, iba a empezar a hacer su trabajo sola cuando oyó que alguien corría en su dirección, se asustó un poco, pero se relajó al ver al chico ojigris. Cuando Draco llegó a su altura se inclinó, apoyándose en sus rodillas, tratando de recuperar el aliento.

— ¿Pasó algo? —Preguntó la castaña.

—Yo... me... que... dé... dor... mido. —Su pecho subía y bajaba.

— ¿Y viniste corriendo desde las mazmorras?

—Sí. —Draco estaba comenzando a respirar regularmente.

—Estaba a punto de comenzar, si estabas cansado me hubieras dicho que no ibas a llegar.

— ¿Serías capaz de hacer el trabajo sola? —Malfoy no sabía cómo reaccionar a eso.

—Una vez lo hice cuando era compañera de Ernie y cuando yo no pueda, tú puedes hacerlo solo.

—Lo tomaré en cuenta para otra ocasión. —El chico por fin recuperó la postura, cuando Hermione lo pudo mirar, vio que caían pequeñas gotas de su frente y que tenía el cabello despeinado, "Se ve tan sexy" pensó.

— ¿Comenzamos? —Trató de sonar tranquila.

—Sí, empecemos.

Así ambos comenzaron a caminar.

—Los prefectos hemos tenido mucho trabajo esta semana, ¿no crees? —Intervino el rubio un momento después.

—Y los profesores dejan demasiados deberes, además de que debemos estudiar para los TIMOS.

—Faltan muchos meses para los TIMOS.

—Aun así, debemos estudiar. ¿Acaso eres de los que dejan todo a última hora? —Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios.

—No, pero todavía es muy pronto para eso, debemos disfrutar somos jóvenes.

—Supongo. Aunque tú tienes una manera muy rara de disfrutar.

Behind the walls of Hogwarts (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora