Un simple deseo, una simple atracción.
Son opuestos y son rivales.
Sentimientos ocultos y un futuro incierto.
Ellos son Draco Malfoy y Hermione Granger.
Un sangre pura y una sangre sucia.
¿Amantes o enemigos?
Solo ellos lo decidirán TRAS LOS MUROS D...
Sus respiraciones se entremezclaban y sus frentes estaban juntas, Hermione se dio cuenta de que algo no iba bien respecto a la temperatura del chico.
—Draco. —Dijo mientras se alejaba, él la miró confundido. —¿Te sientes bien?
— ¿A qué te refieres?- Malfoy aún sujetaba su cintura, ella levantó su mano y la colocó en su frente.
— ¡Por las barbas de Merlín! Draco estas ardiendo. Puedes coger un resfriado y estamos en invierno, debes abrigarte, vamos a la enfermería para que te den algo. —Su tono de voz era autoritario.
—Hermione, tranquila, respira, no voy a morir. Te pareces a mi madre. —Una sonrisa se asomaba por sus labios.
—Pero estás... tienes mucha temperatura.
—No me va a pasar nada, necesito que me escuches.
Al rubio le sorprendió la mirada de preocupación que recibía por parte de la castaña.
—No es el momento, Madam Pomfrey te dará alguna poción.
—Mi madre me envía pociones para usarlas cuando me sienta mal, cuando vuelva tomaré una. Ahora necesito decirte algo.
—Está bien. —Hermione se dio por vencida.
—Bien, ahora me escucharás sin interrupciones. —Vio la duda en los ojos de su acompañante. —Por... por... favor. —No le fue fácil decir aquellas palabras.
—No diré nada, puedes hablar. —Ella se encontraba confundida, preocupada y asustada a la vez.
—Yo... yo... hice una apuesta con Zabini, sobre... —Draco iba a gritar, cayó en la trampa de Zabini, había disfrutado ese beso inconscientemente, solo por cumplir aquel reto, pero más allá que una apuesta con Blaise eso se había convertido en su reto personal. Sin embargo, no podía usarla, no quería jugar con Hermione y al ver aquellos ojos color chocolate hizo que algo dentro de sí mismo cambiara. —Tenía que besarte, por eso me acerqué a ti, por eso propuse esa tregua. —Vio como los ojos de la Gryffindor comenzaban a brillar por culpa de las lágrimas. También notó que iba a hablar. —Dijiste que me ibas a escuchar. —Le recordó. —Luego algo cambió, no sé qué fue, y tengo miedo de saberlo. No quise usarte, tal vez en un principio. Es muy difícil estar diciéndote todo esto pero prefiero que lo sepas, me conoces y no soy de las personas que sepan pedir perdón. —Soltó un suspiro.
—No sé si creerte... enserio pensé que en realidad lo hacías con buenas intenciones.- Hermione tenía un nudo en la garganta que le impedía hablar. —Pero lo hiciste por una apuesta, tal vez no quisiste y yo... fui muy tonta y creí... creí. —Una lágrima traicionera resbaló haciendo que su orgullo reaccionase, interrumpió bruscamente el recorrido de esa lágrima. —Fui una idiota, eso es lo que soy una idiota.- Lo miró fijamente. —Disfruta tu victoria.
Salió del invernadero, e incluso lo esquivo cuando él quiso tomarle de la mano.
—Hermione, escúchame, no te vayas.
Pero era tarde ella había comenzado a correr y la perdió de vista en uno de los pasillos. Volvió a suspirar, se sentía culpable.
Cuando estaba con ella, él era un Draco diferente, aunque en el fondo no dejaba de ser el Draco arrogante. Tras largos minutos de reflexión, creyó que era lo mejor para ambos y más para él, ya que le había ganado ha Zabini.
Volvió a su habitación, en donde encontró a sus dos amigos durmiendo, se puso el pijama y se recostó. Sin embargo no podía dormir, cada vez que cerraba sus ojos veía aquellos ojos chocolates bañados en lágrimas.
Por otra parte del castillo, Hermione se encontraba frente al cuadro de la Dama Gorda. Soltó otra solitaria lágrima y esperó hasta que desapareciera en su rostro; elevando el mentón, entró a su torre.
Ya entrando en su habitación, se recostó en la cama y corrió el dosel con la varita.
"Idiota, mil veces idiota, le creíste todas sus mentiras, dejaste que juegue contigo, solo lo hizo por una apuesta y tú como tonta caíste." Se decía lo mismo una y otra vez.
"No llores, demuéstrale que no te afectó, demuéstrale que te dio igual, demuéstrale que estabas confundida y sobretodo demuéstrale que eres una Gryffindor." Y con ese pensamiento se quedó dormida.
Ambos estaban confundidos, ambos se sentían culpables y ambos creían que alejarse era lo mejor.
