Un simple deseo, una simple atracción.
Son opuestos y son rivales.
Sentimientos ocultos y un futuro incierto.
Ellos son Draco Malfoy y Hermione Granger.
Un sangre pura y una sangre sucia.
¿Amantes o enemigos?
Solo ellos lo decidirán TRAS LOS MUROS D...
Hermione salió de la biblioteca con la mirada perdida, no podía hacer nada simplemente dejarlo solo, lo conocía y sabía que eso era lo mejor.
Volvió a su torre a cambiarse para salir a Hogsmeade, entre sus cosas vio el prendedor que le había regalado Draco, lo tomó entre sus dedos con una sonrisa.
Cuando llegó a Hogsmeade, pasó cerca de una joyería, paseó por la tienda y hubo algo que le llamó la atención, era un anillo que tenía una serpiente, ella inmediatamente relacionó el objeto con el ojigris.
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Se reunió con Harry en las tres escobas y cuando acabó la entrevista con Rita Skeeter, volvieron al castillo y la castaña trató de buscar al príncipe de Slytherin, pero no lo encontró.
Draco no fue a Hogsmeade, se quedó en su habitación a pesar de que sus amigos le habían insistido mucho. Hermione no tenía la culpa solo quería ayudar, eso él lo sabía muy bien, pero era su apellido el que quedaría manchado.
Pasó horas pensando y llegó a la conclusión de que ese era el problema de su padre, a Draco le convenía que su padre pierda su reputación en el ministerio para que ya no meta las narices en el colegio, pero su madre sentiría tristeza, pero el rubio no podía culpar a Hermione porque ella solo quería ayudar. No quería alejarse de la castaña porque sentía que no iba a volver a ser el mismo.
Hermione se despertó temprano, antes de ir al Gran Comedor escribió una nota en un pedazo de pergamino con la tinta invisible que había guardado.
Granger esperó a la clase de pociones y cuando vio a Draco acercarse al armario de ingredientes ella lo siguió, cuando estuvo cerca de él, deslizó la nota en la mano que él tenía libre.
- Aparecium.- Le susurró de manera que solo él la pudiera oír.
Draco guardó la nota en el bolsillo de su túnica, y cuando tuvo los ingredientes listos volvió a su asiento.
Al terminar la clase el joven Malfoy se fue a las mazmorras y cuando estuvo en su habitación, recordó la nota, la buscó y la sostuvo entre sus pálidos dedos.
- Aparecium.- Dijo apuntando el pedazo de pergamino con su varita. Poco a poco las letras comenzaron a aparecer, la caligrafía era muy bonita.
Draco:
Por favor ve a la torre de astronomía a las seis.
Te estaré esperando. Por favor.
Granger
Hermione llegó al lugar acordado treinta minutos antes y aún seguía pensando que le diría.
Draco apareció después de haber acabado su debate interno, cuando llegó, vio a la Gryffindor mirando hacia el horizonte mientras el viento jugaba con su cabello, el cual estaba sujetado en una cola que dejaba ver su delicado cuello.
