CAPITULO XXXIX

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Hermione estaba escondida tras una cortina, desde el inicio de la noche lo único que Mcglaggen había hecho era tratar de adueñarse de sus labios.

- ¡De acuerdo, no estoy invitado! Quería colarme ¿Contento?- Escuchó la voz de Draco y como si de un imán se tratase, salió al exterior.

Observó la escena desde una esquina, eran pocas las veces que lo había visto en esa semana, cada vez estaba más delgado y demacrado. No le quito los ojos de encima  hasta que Snape se lo llevó, pero sus alarmas se encendieron en cuanto vio a Harry salir tras ellos, dio un paso y...

- Eres muy escurridiza.- Cormac la tomó del brazo.

- Te estaba buscando.- La castaña fingió una sonrisa.

- Yo te estaba buscando. ¿Reanudamos lo que estábamos haciendo?- Dijo el Gryffindor con una sonrisa sugerente.

- ¿Qué?- Lo miró descolocada.

- Ya sabes, el muérdago.- Él le guiño el ojo.

- ¿Muérdago?- Hermione se hizo a la desentendida, pero luego esa palabra tomó un significado muy distinto al que Mcglaggen eludía. Ella. Malfoy. Invernadero. Muérdago. Beso.- Malfoy...- Se le escapó.

- ¿Dijiste algo?- Su acompañante se acercó a ella y volvió a tomar su brazo.

- No... nada...- Se soltó de su agarre y retrocedió.- Tengo que ir a...- Se volteó y se perdió entre las personas. Una vez fuera del despacho de Slughorn caminó por los pasillos buscando al rubio y al azabache.

El Slytherin caminaba furioso, ya había sido suficiente con fracasar en su plan y hacerle daño a una chica, pero no era solo eso, también había levantado sospechas. Todo le salía mal.

No le importaba por donde iba, ni si lo encontraban. Dobló por un pasillo y algo chocó contra él.

- Puedes ver por donde...- Intentó decir, pero no terminó. El olor a vainilla que él conocía muy bien inundó sus fosas nasales. Hermione Granger se encontraba frente a él, la evaluó con la mirada, estaba preciosa, vaya que si lo estaba.

- Lo siento... Filch estaba...- Ella tampoco pudo terminar, un maullido la interrumpió. Sin pensar tomó al chico por el brazo y corrió, encontró una puerta pequeña, jaló de ella y los metió a ambos.- Colloportus. Muffliato.- Dijo tras apuntar con su varita a la puerta, hecho esto pudo respirar tranquila.

- ¡Salazar! ¿Qué rayos estás haciendo?- Le increpó Draco.

- Filch estaba cerca... yo...

- Ya me atrapó una vez. ¿Qué importaría otra más?- El joven dio la vuelta para salir.

- Harry los siguió, a ti y Snape.- Fue un impulso, deseó callarse pero las palabras se le escaparon.- Cuando salieron del despacho de Slughorn.

- ¿Potter? No es ninguna novedad que meta sus narices donde no lo llaman.- Esquivó su mirada.- ¿Algo más?

- Él cree... cree que... eres un... un mortífago.- Sus ojos grises regresaron a ella. Ninguno de los dos dijo nada.

- ¿Y tú le crees?- Draco rompió el silencio. Su voz se suavizó al igual que su mirada. Dejó de lado la máscara de frialdad e indiferencia y ella lo notó.

- No sé qué creer, Harry habla y habla y tú no haces más que incrementar sus sospechas. No quiero creerle pero cada día vas de mal en peor.

Behind the walls of Hogwarts (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora