CAPITULO XXXVII

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Se miraron fijamente, sus respiraciones estaban entrecortadas, él tenía el cabello revuelto, la tenía sujetada por la cintura, vio sus labios hinchados por los furiosos besos que había compartido. Él no esperó y volvió a besarla, esta vez con calma y un toque de ternura. Ninguno de los dos sabía cómo habían llegado a ese punto, estaban caminando luego se rozaron y cuando se dieron cuenta ella estaba contra el muro y se besaban con furia.

- Zabini...- Susurró la pelirroja.-... yo... Dean...- Colocó sus manos en su pecho para poder alejarlo un poco.

- Si tu no fueras tan orgullosa... estaríamos juntos.- Se miraron y el reproche brillaba en los ojos de ambos.

- Si tú no la hubieras besado...

- Déjalo, deja a ese niñato y quédate conmigo.- Le susurró con voz ronca.

- No puedo, él no se lo merece, además yo...- Blaise la soltó y se alejó completamente de la joven Weasley.

- Solo debías decir sí o no. No era necesario que andes con rodeos.- Su mirada se endureció.- Te iba a pedir que fueras al baile de Slughorn conmigo, pero veo que ya decidiste, incluso antes de que te lo preguntara. Deja de jugar conmigo Ginevra Weasley.

- Blaise, por...- El moreno la ignoró y se fue.-... favor.- Terminó Ginny en un susurro, pero él ya se había ido. Se sentó en el suelo y tocó sus labios.

...

A diferencia de las últimas semanas, en las que Ron y Hermione se trataba con cordialidad, Harry notó que su amigo evitaba a la castaña. Y Hermione hacía lo propio, pero el azabache se percató que a su amiga le faltaba algo, sus sonrisas nunca le llegaban a los ojos. Era como si Hermione hubiera perdido algo importante.

- Ron, ni se te ocurra beber eso. ¡No lo hagas!- Gritó Hermione. Era el día del primer partido de la temporada y Harry necesitaba una manera de incentivar al pelirrojo, la chica lo vio e intentó evitar que se bebiera el jugo que Potter le había dado.

- Deja de darme órdenes, Hermione.- Replicó Ron luego de haber bebido el jugo. Hermione se paró y se marchó del comedor.

Salió furiosa del Gran Comedor y vio una silueta desapareciendo al doblar por una esquina, no le dio importancia y se fue al campo de Quidditch.

De camino al lugar, vio que varios compañeros de su casa, lanzaban pequeños vítores y daban por ganado el partido.

- ¿Qué sucedió?- Le preguntó a una chica de cuarto curso.

- Slytherin perdió a su cazador y a su buscador.

- ¿A Dra... Malfoy?- Se detuvo en seco.

- Si está enfermo y no jugará.- La chica se encogió de hombros.- No es como si nos importara. ¿O si?- Hermione se quedó parada mientras los demás avanzaban. Miró el castillo y a su mente vino el recuerdo de la silueta que había visto antes de salir del castillo. No, Draco no estaba enfermo. Simplemente no iba a jugar. Pero ¿Por qué? "Draco Malfoy es un mortífago", su mente repitió las palabras de Harry, generando dudas en ella.

Cuando acabó el partido todo Gryffindor estallo en gritos de júbilo, la chica vio al equipo dirigirse a los vestidores, por lo que se acercó para poder hablar con Harry. Pero al entrar y regañar al azache por haber ayudado a Ron, terminó peleando con el pelirrojo, ya que Potter solo fingió haberle dado Felix Felicis.

En la sala común de Gryffindor se celebró el triunfo ante la casa de las serpientes. Hermione no quería volver a su torre, tenía muchas dudas en la mente y la discusión que tuvo con Ronald  complicó todo aún más.

Behind the walls of Hogwarts (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora