CAPITULO XLIII

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Durante la semana, la castaña se mantuvo distante de su novio, cuando el entraba en su campo de visión hacia un gran esfuerzo para que sus ojos no se dirigieran a él. En las patrullas era igual, con tan solo una mirada, Draco entendía lo que tenían que hacer y cada uno tomaba su camino. Para él tampoco fue fácil, tenía que evitar a Hermione aunque se moría de ganas de besarla cada vez que la veía, tenía que fingir que estaba trabajando en algo ya que si fingía ser un chico bueno sería más sospechoso que comportarse como un mortífago.

Tras el informe que Kreacher y Dobby le habían dado a Harry, Hermione quiso estrangular a Draco por ocultarle tantas cosas, estaba segura que ese chico le tendría que dar muchas explicaciones. Y de algo estaba más que segura, Draco Malfoy estaba en graves problemas.

Y aun así trató de protegerlo de las sospechas que tenía Harry.

Cuando se aseguró de que su amigo no mandará a nadie a vigilar al rubio, lo citó en los invernaderos. Cuando su novio apareció, luego de asegurarse que nadie estuviera cerca, se lanzó a sus brazos, siendo muy bien correspondida ya que él la apretó contra sí. Una vez que se separaron, Hermione le pegó en el pecho.

- Draco Lucius Malfoy. Me debes muchas explicaciones.- Le dijo molesta, mientras que su novio se sobaba la zona donde lo había golpeado.

- Ese fue un buen golpe.- Enserio si le había dolido pero al ver como lo miraba, supo que era mejor no reclamar.

- ¡¿Me estas engañando con un fantasma?!- Hermione esperó que él le dijera algo pero lo que el ojigris hizo, fue soltar una gran carcajada.

- ¿Qué rayos significa eso Granger?

- Es... Myrtle... es muy tonto pero...-

- Fueron unas cuantas veces en las que me sentía tan desesperado y ella me escuchó, es un fantasma por Salazar.- Le tomó las manos.

- Si hubiera estado contigo, tú sabías que podrías contar conmigo.- La Gryffindor se sentía culpable, no había estado con él cuándo necesitaba alguien que estuviera dispuesto a escucharlo.

- Yo te alejé y en todo caso, ahora estás conmigo.- Se volvieron a abrazar.- Esta mañana me llegó una carta de mi tía.- Soltó de golpe.

- Pero... ella... ¿Qué decía?

- Ella me exigió que terminará el "asunto" de una buena vez, y no fueron palabras muy bonitas.- Hizo una mueca y se encogió de hombros.

- ¿Le vas a responder?- Hermione le dirigió una mirada preocupada y su novio notó que todo su cuerpo se tensaba.

- Sí, es mejor responderle antes de que me envié un vociferador. Le daré algunas excusas.- Explicó mientras tomaba un mechón de su cabello castaño y lo ponía detrás de su oído.

- Tu tía puede estar demente, pero no es idiota.

- Lo sé, pero por el momento no puedo hacer otra cosa.- Soltó un suspiro y se pasó la mano por el cabello, desordenándoselo.

- ¿Y si no le respondes?

- Ella seguirá insistiendo y no me la podré quitar de encima hasta que le dé una respuesta.- Ambos se quedaron en silencio por unos minutos.- ¿Weasley se encuentra mejor?- Cambió de tema, hablar de su tía le dejaba un mal sabor en la boca.

- Él está mejor... ya salió de la enfermería, pero creo que ya lo sabías.- El rubio asintió.- Tienes que disculparte con Ron.

- ¡¿Qué?!- Exclamó y Hermione le cubrió la boca con la mano.

Behind the walls of Hogwarts (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora