Capítulo 18

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Kurt abrió sus ojos lentamente y giró su cuerpo hacía la derecha, esperando encontrarse con Courtney, pero no estaba allí. Incorporó su cuerpo lentamente y encendió la lámpara de su mesa de luz para alumbrar la habitación, y se levantó de su cama. Salió al pasillo y vió la puerta del fondo, dónde se encontraba el baño, entreabierta y con luz saliendo desde allí, así que fue  y la abrió lentamente, encontrándose con Courtney.

La imagen no era linda de ver. La rubia estaba sentada sobre el suelo del baño, apoyando su espalda contra la pared, con la manga izquierda de su pijama levantada y una aguja inyectando heroína sobre esta. Courtney levantó su vista preocupada rápidamente al notar a Kurt, pero él no pronunció palabra alguna.

—Amor, puedo explicarte...—los ojos de la rubia comenzaban a llenarse de lágrimas, mientras Kurt la observaba decepcionado. Se encontraba decepcionado porque había confiado en ella como un tonto, siendo víctima de las mentiras de Courtney. La mujer se sacó la aguja del brazo e intentó levantarse con dificultad, ya que los efectos de la droga comenzaban a surtir efecto. Tomó del brazo a Kurt pero él se lo retiró bruscamente.

—No puedo creer que hayas hecho esto, Courtney.—soltó fríamente mirando a su novia a los ojos.—Tienes a nuestro bebé dentro tuyo, es nuestra responsabilidad cuidarlo.

—Lo sé, lo siento.—las lágrimas de arrepentimiento caían por el rostro de Courtney como un mar, pero al rubio no le importaba, porque su relación no iba a ser lo mismo.—Pero yo estoy segura de que va a nacer y va a ser un bebé muy sano.

—¿Ah, si? ¿Cómo lo sabes? Dime.—preguntó incrédulo.—Te estas drogando cuando me juraste que no lo hacías. Me dijiste que yo debía dejar todo atrás cuando tú no lo hiciste. ¿Qué clase de ejemplo seremos para nuestra hijo?—los ojos de Kurt comenzaron a llenarse de lágrimas también, unas lágrimas llenas de tristeza y decepción por lo que estaba sucediendo.—Yo no quiero que mi hijo me odie. No quiero ser un padre drogadicto y miserable.—Kurt largó un fuerte suspiro de frustración y volvió a mirar a Courtney, que con cada palabra del rubio lloraba más y más, porque en el fondo sabía que esta vez la había cagado.—Yo quiero ser un ejemplo para nuestro bebé.

—¿Y te crees que yo no?—preguntó la rubia pegándole un empujón a Kurt, que lo hizo golpear su espalda fuertemente contra la pared.—No lo hice a propósito, yo también quiero salir adelante pero es difícil hacerlo.

—Ya sé que es difícil.—replicó Kurt.—Pero es aún más difícil si ni siquiera lo intentas.—Courntey se quedó en silencio, apoyada contra el lavabo y tapando su rostro con ambas manos mientras lloraba.

Kurt iba a salir del baño, ignorando el estado de su esposa, pero ella lo tomó del brazo y lo detuvo.

—¿Puedes perdonarme?—susurró y el rubio negó con su cabeza indiferente.

—Prometo no dejarte por nuestro hijo, pero lo nuestro ya no será como antes.

Dicho esto, se soltó del agarre de su novia y fue hasta su habitación. Tomó un poco de ropa y la metió en una mochila. Se iría unos días, para olvidarse de esto, o al menos no tener que ver la cara de Courtney luego de lo sucedido. Colgó la mochila sobre su hombro y tomó el estuche con su guitarra.

Rápidamente bajó las escaleras y cuando estaba a punto de abrir la puerta, Courtney baja las escaleras, aún sin dejar de llorar.

—¿A dónde crees que vas?—preguntó acercándose a Kurt furiosa.

—Lejos de ti.—respondió seco el rubio, causando más enojo en su pareja que comenzó a pegarle unos inútiles puñetazos en su pecho, como si así lograra hacerle daño, pero Kurt era más fuerte que ella y tomó sus muñecas para frenar sus golpes.

Get in the ring «Nirvana+GN'R»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora