Capítulo 40

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—¿Así que mañana tienes un recital?—preguntó Axl tímidamente, observando a Kurt, quién estaba concentrado mirando el estante con libros que había en la sala principal del pelirrojo.

—Así es. Es el primero desde que... Tú sabes, mi hijo...—Axl asintió triste, evitando que el rubio continuara con su explicación.

Era doloroso tener que hablar sobre la pérdida de un hijo. Nadie se imaginaba el terrible dolor que sufría un padre al pasar por un momento como ese. Pero Axl si entendía a Kurt, porque ambos habían pasado por lo mismo, ambos habían sufrido aquél dolor incomparable, que al recordarlo se hacia un nudo en sus gargantas y las lágrimas invadían sus ojos.

—Me alegra saber que volviste a la banda, en serio.—mintió el pelirrojo, cambiando de tema. En realidad, Nirvana le había arrebatado a Kurt. Ya no pasaban tanto tiempo juntos gracias a los ensayos del rubio, pero igual Axl no se quejaba porque sabía que la banda era lo único que Kurt tenía y no quería alejarlo de ella, de lo único que lo hacia feliz.

—Gracias.—Kurt sonrió y se sentó en el sofá junto a Axl, a pocos centímetros de él, lo que ponía nervioso al pelirrojo por la cercanía que había entre ambos.—Ojalá pudiera decir lo mismo de ti, Axl, pero sé que no quieres volver.

—No lo haré.

—Lo sé, y no quiero obligarte a hacerlo, no sabiendo lo que sucedió.—habló triste el rubio, recordando aquella noche tan terrible para ambos.

—Entonces comprendes por qué no quiero volver.—susurró el pelirrojo, levantando su vista y observó a Kurt, quién traía una sonrisa en su rostro, reflejaba dolor y tristeza.

—Si, pero esa banda era tu vida y no me gusta ver cómo alguien te la arrebató.

—Lo sé.—los ojos de Axl comenzaron a llenarse de lágrimas, haciendo lamentar al rubio por todo. Se lamentaba por todas las cosas horribles que dijo sobre él, por no haberlo ayudado cuando más lo necesitaba y por hacerle recordar ahora mismo que había perdido lo único que importaba en su vida.

—Ojalá pudiera hacer algo, Axl.

—No puedes.—replicó el pelirrojo limpiando unas lágrimas que caían por sus mejillas.

—Si puedo.—afirmó Kurt sonriendo.

—¿Por qué quieres ayudarme, Kurt? Nunca nadie lo hizo, ¿por qué debes ser el primero?

—Porque no quiero verte solo.

—¿Y qué harás? Dime.—el pelirrojo se cruzó de brazos y observó a Kurt con una ceja arqueada, esperando una respuesta de su parte. Kurt pensó unos segundos y luego habló.

—Te llevare a un ensayo de Nirvana.

—¿Qué?

—Lo que oíste, idiota. Te llevaré a un ensayo de Nirvana, así conocerás a Krist y a Dave.

—Ya los conozco y me odian... Al igual que todos.—respondió triste el pelirrojo, a la vez que Kurt se levantaba casi en un salto de su lugar.

—No te odian, es sólo que...—Kurt intentó buscar una excusa pero al no encontrar ninguna Axl rió burlón.

—Me odian. Dilo.

—Ellos no te conocen, Axl.

—Lo sé.

—Y si lograste caerme bien a mí entonces lo lograrás con ellos también.

Get in the ring «Nirvana+GN'R»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora