Capítulo 31

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Durante casi la media hora que llevaban juntos Axl y Kurt no habían cruzado demasiadas palabras, más de las justas y necesarias. A ambos les resultaba incómodo estar juntos hablando como si nada hubiera pasado entre ellos, cuando hasta hace tan sólo semanas el odio, al menos el que Kurt sentía por Axl, era inmenso. Ahora ese odio había desaparecido, pero aún había algo que no dejaba al rubio confiar plenamente en Axl. Tal vez aún lo veía como si fuera un enemigo, alguien que lucha en contra de los ideales de Kurt, aunque el pelirrojo le había dejado en claro que no lo estaba. Por otra parte, Axl quería confiar en el rubio porque sabía que ya no tenía nada que perder más que la poca confianza que depositaba en las personas.

—¿Puedo decirte algo, Axl?—preguntó el ojiazul, rompiendo el silencio. Este era el momento de aclarar las cosas. Si ellos iban a ayudarse mutuamente, debían echarse en cara todo lo que les molestara del otro antes de poder continuar.

—Si, dime.

—Bueno, ambos sabemos que nosotros dos comenzamos con el pie izquierdo. Todos lo saben, ¿no?—Axl asintió a la vez que el rubio continuaba hablando.—Yo incluso he hablado mal de ti en público, lo que probablemente hayas visto en cada uno de los canales de televisión del país ya que a la prensa le encanta armar escándalos entre los famosos. Las mentiras impresas comienzan la controversia, Axl. Cada maldita acción nuestra repercute en los medios gracias a las cosas que los periodistas inventan sobre nosotros. Eso lo supe desde siempre, pero a medida que te voy conociendo caí en la cuenta de que el periodismo ensucia a la gente cuando no lo merece.—Axl, que escuchaba con atención las palabras del rubio, arqueó una ceja intrigado. No entendía a lo que Kurt quería llegar con todo esto.

—¿Qué es lo que quieres decir?—preguntó confundido. Kurt se quedó observando el suelo durante unos segundos, meditando sus palabras antes de continuar.

—Lo que quiero decir, Axl, es que la prensa crea una imagen alrededor nuestra que no muchas veces es la realidad. Por ejemplo...—se llevó una mano a su mentón, pensativo.—Jim Morrison. Todos los caminos llevan a Morrison. Han inventado infinidades de rumores sobre él, desde los más locos, como que estaba metido en una secta satánica y bebía sangre hasta algo tan simple como decir que era de esas típicas estrellas de rock soberbias que se llevan el mundo por delante. Él no lo era. Y tú tampoco eres nada de lo que dicen sobre ti, Axl.

—¿Lo qué dicen sobre mí?—preguntó el ojiverde en un susurro casi inaudible. Axl sabía que la prensa inventaba rumores sobre él de todo tipo, así como también sabía que lo defenestraban por todos los medios posibles tan sólo al oír una frase fuera de contexto.

—Si, han dicho cosas de ti como que eres racista, homofóbico y...—Kurt negó con su cabeza casi como si le fastidiara tener que hablar sobre esto.—No eres nada de eso. 

¿No lo soy, eh? Eso no era lo que pensabas hasta hace poco.—replicó Axl incrédulo.—Me dijiste cosas terribles, Kurt. Tal vez no te importe ahora porque el daño ya esta hecho, aquellas palabras ya fueron dichas y no hay manera de volver atrás en el tiempo para cambiarlas.—Kurt bajó su mirada al suelo, arrepentido. Deseaba tener el poder de cambiar el pasado, así tal vez el futuro sería un lugar mejor, tal vez nada terrible hubiera sucedido. Deseba no haber cambiado de opinión cuando ya era tarde para hacerlo.—Hay cosas que tú me dijiste que en serio duelen, Kurt.

—Lo sé...—susurró el rubio observando a Axl a sus ojos verdes que ya estaban al borde de las lágrimas.—Y me arrepiento de eso.

—No tienes idea de lo que es vivir siendo juzgado por algo que no eres, Kurt.—una pequeña lágrima comenzó a rodar por la mejilla de Axl, quién apresuradamente la limpió con el reverso de su mano, pero Kurt lo había notado y eso lo hacia sentir aún peor consigo mismo por juzgar al pelirrojo sin conocerlo.—Toda mi vida, desde que soy pequeño me han juzgado. Que soy un mentiroso, un vagabundo, un homofóbico...—el pecho de Axl comenzaba a doler por todos esos recuerdos de su pasado. El ser llamado "mentiroso" por su madre cuando Axl contó sobre los abusos de su padrastro. Un "vagabundo" por la gente que caminaba por las calles y lo veía durmiendo en un banquillo de un parque cuando no tenía a dónde ir. Un "homofóbico" siendo varios de sus ídolos homosexuales, unas leyendas de la música tales como Freddie Mercury  y David Bowie. También estaba el hecho de que Axl siempre tuvo un gusto particular por los hombres, Kurt era uno de ellos, pero estaba fuera de su alcance, o eso creía él.—¿Cómo voy a ser yo mismo cuando aún así corro el riesgo de ser juzgado? Ni siquiera puedo ser yo mismo cuando estoy contigo, o con mi banda, porque me avergüenza mostrarles quién soy realmente cuando mi vida es un asco y yo soy un asco. Tú mismo me lo has dicho, soy un maldito asco de persona.

—Ese es el punto, Axl. A eso quiero llegar. ¿Por qué yo te he dicho eso?—Axl negó con su cabeza.

—No lo sé.

—Porque me tragué la imagen que los medios crearon sobre ti, Axl. Mientras intentaba sacar adelante a mi banda, consiguiendo una disquera y preparando las canciones para nuestro álbum, matándonos de hambre en el intento, te veía a ti en televisión con Guns N' Roses, triunfando y siendo los malditos reyes del mundo. Oía a los periodistas hablando de cómo ustedes se la pasaban de fiesta, bebiendo alcohol y cogiendo con cualquier chica que se cruzaran en el camino y me molestaba, porque en vez de usar su fama para dar un mensaje inspirador, de apoyar a los distintos grupos sociales, tú hablabas en tus canciones sobre negros y llevarse chicas a la cama como si fueran objetos.—Axl carraspeó su garganta incomodo por todo lo que el rubio decía.—Me fastidiaba ver cómo desperdiciaban el poder que tenían en algo tan estúpido como eso, cuando podrían usarlo para lograr un bien en el mundo. Pero no, Axl. Tú no eras así, todo aquello de la estrella egocéntrica de rock era una ilusión. Me tragué toda esa farsa y te odié cuando en realidad no lo merecías. Lo siento, en verdad. Lamento haber dicho cosas tan malas de ti cuando no eran ciertas.

—Acepto tus disculpas, Kurt...—Axl le dedicó una pequeña sonrisa antes de continuar.—Pero igualmente no me conoces de verdad, tal vez soy aún peor de lo que imaginas...

—No lo creo, Axl.

—Creelo.

—Si eres aún peor de lo que creía es algo que voy a averiguar por mi cuenta.—Kurt se levantó del sofá y caminó hasta la puerta, mientras el ojiverde lo observaba desde su lugar.—Yo quiero conocer al verdadero Axl Rose.

Tal vez conociendo al verdadero Axl Rose iba a llevarse una sorpresa, porque aún en el fondo del corazón del pelirrojo había bondad. Aunque perdiera poco a poco la confianza en las personas, aún creía que unos pocos eran de fiar. Axl empezaba a creer que Kurt era de fiar. Pero Kurt aún tenía ese secreto guardado, que si salía a la luz, Axl perdería su fe por completo.

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Get in the ring «Nirvana+GN'R»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora