Get in the ring «Nirvana+GN'R»

Capítulo 26

Luego de aquella discusión con Axl, Slash se había ido a un bar a beber, como era costumbre. Lo único que lo aliviaba en estos momentos era el alcohol, porque se olvidaba de todo al menos por unas horas.

Ya estaba más harto que nunca de la banda y de Axl, no por su actitud, sino porque no era suyo a pesar de todas las veces en las que le había demostrado sus sentimientos y había quedado como un idiota en el intento. Deseaba estar con él, tenerlo a su lado a todas horas, pero eso no parecía posible, mucho menos desde que Kurt se entrometió entre ambos.

El ruloso bebía un trago de whiskey tras otro, como si aquello fuera a solucionar sus problemas, cuando en realidad sólo nublaba más y más su mente.

Necesitaba tener a ese pelirrojo cueste lo que cueste, y sabía que sentado en el bar, bebiendo y fumando, no iba a obtenerlo, pero aún así siguió bebiendo hasta casi la medianoche, cuando decidió ir en busca de Axl.

*****

Axl se encontraba sentado en su cocina, bebiendo un refresco y fumando, a punto de irse a la cama. Estaba agotado, no física, sino mentalmente por todas las cosas que habían pasado en tan poco tiempo y aún no podía asimilar con claridad.

Conoció a Kurt, peleó con él, se dijeron cosas terribles, pero aún así parecieron comprenderse, porque eran iguales a pesar de actuar diferente; luego, la expulsión de Steven gracias a su adicción a las drogas, que Axl y el resto de la banda tanto le habían pedido que dejara. Todo lo que sucedía parecía dejar una marca en Axl, una lección aprendida.

Pocas cosas buenas le pasaban últimamente, pero una de ellas fue conocer a Kurt Cobain. Gracias a él, Axl se dió cuenta de que no estaba solo, que alguien más se sentía incomprendido y apartado del resto, sólo por pensar o ser diferente a los demás. En Kurt encontró el valor que le había hecho falta toda su vida.

El pelirrojo le dió una última calada a su cigarro y lo apagó, justo cuando el timbre sonó.

—Maldita sea.—dijo a regañadientes al caminar hasta la puerta. Sin preguntar de quién se trataba, la abrió, encontrándose con Slash en muy mal estado.—¿Qué haces aquí?

—Vine a hacerte mío.—respondió estirando las palabras, completamente borracho. En su aliento se podía sentir el olor a alcohol.

—Deja de decir estupideces.—el pelirrojo intentó cerrar la puerta, pero Slash metió su brazo evitando que lo haga.—Vete a la mierda, Slash. Estas borracho.

—No me importa.—replicó el ruloso molesto.

Tomó a Axl de su camiseta y lo empujó hacía afuera, haciéndolo caer al suelo. El morocho se agachó a su altura y tomó al pelirrojo del cabello para levantarlo, haciéndole largar un quejido.

—Te voy a dar una lección, Axl Rose.

—Sueltame, maldito imbécil.—el pelirrojo le pegó un codazo en el estómago, que lo hizo retroceder unos centímetros.—¿Qué mierda crees que haces? Eres un borracho asqueroso

—Te mostraré que soy mejor que Kurt.—Slash volvió a tomarlo y acorraló a Axl contra una pared. El pelirrojo intentaba zafarse del agarre, pero su compañero era mucho más fuerte que él y, además, el alcohol y las drogas mezcladas en su sangre lo volvían más violento que nunca. Comenzó a besar el cuello de Axl y a dejar fuertes mordidas, haciéndolo sangrar y largar pequeños gemidos de dolor.

Lágrimas llenas de rabia e impotencia comenzaban a caer de los ojos del pelirrojo, porque no podía creer que Slash hiciera esto, que lo usara de esta forma como si de basura se tratara.

Se sentía igual que con su padrastro, pero aún peor, ya que el guitarrista era una de las pocas personas en las que Axl podía confiar. Otra persona más que le había fallado iba a la lista.

El intento de zafarse ya era casi nulo, porque aunque lo intentara, no podía, y con el dolor que sentía, perdía las fuerzas, ya casi entregándose a Slash sin importar lo que sucediera con él después.

El guitarrista desabrochó sus pantalones y bajó los de Axl también, junto con su ropa interior. Sin previo aviso, introdujo su miembro en Axl bruscamente, haciéndolo sangrar y gritar del dolor.

Slash disfrutaba cada embestida como si fuera la última de su vida, él mañana no recordaría nada. Mientras, Axl solamente lloraba. Lágrimas mezcladas de desesperación y dolor caían por sus ojos, rogando que el sufrimiento por fin acabara.

Cuando Slash por fin terminó, acomodó sus ropas y observó al pelirrojo con una sonrisa triunfadora dibujada en su rostro. No dijo nada, no hacía falta que diga nada, sólo se marchó. El daño ya estaba hecho.

Axl se quedó sentado en el suelo, frente a su puerta, sangrando, adolorido y sin poder frenar su llanto. Se sentía sucio y humillado. Tapó su cara con ambas manos y comenzó a llorar en silencio, temiendo que alguien lo escuchara y viniera a hacerle daño también.

A varios metros, oculto detrás de un árbol, Kurt fue testigo de toda la situación.

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yo les dije que iban a sufrir...