Get in the ring «Nirvana+GN'R»

Capítulo 36

Axl despertó debido a la música proveniente de la sala. Abrió sus ojos lentamente, acostumbrándose a la luz solar que entraba por la ventana, y se incorporó en la cama. Pudo notar que la guitarra y el cuaderno ya no se encontraban en la habitación, y que la voz de Kurt era la que provenía desde el otro cuarto.

La salud del pelirrojo había mejorado bastante de la noche a la mañana. Recuperó el color en su piel y ya no sufría aquellos molestos mareos, producto de la fiebre.

Se levantó de la cama, solamente con sus pantalones puestos, y caminó lentamente a la puerta, para abrirla provocando el menor ruido posible. A medida que avanzaba por el pasillo, casi en puntilla de pies, la voz del rubio se hacia más y más clara.

—He got monkey finger, he shoot Coca-Cola...—Axl se apoyó contra el marco de la puerta mientras observaba al rubio sentado en el sofá, de espaldas a él, con su guitarra en el regazo, y tranquilamente disfrutaba la canción.—He say, "I know you, you know me"...

—One thing I can tell you is you got to be free...—el pelirrojo siguió la letra, provocando una sonrisa en el rostro de Kurt al oírlo cantar, y sumó su voz junto a la de él:—Come together, right now, over me.

—No sabía que podías cantar de verdad, Axl.—bromeó Kurt, luego de unos segundos en silencio, dejando su guitarra a un lado y girando su cuerpo para ver al pelirrojo.

—Hay muchas cosas que no sabes.—replicó este, serio, acercándose al sofá y sentándose a unos pocos centímetros de Kurt.

—Bueno, hay algo que si sé...—dijo el rubio con la mirada gacha, intentando ocultar la sonrisa en su rostro, mientras jugaba con sus dedos. Axl frunció el ceño desentendido: ¿acaso Kurt sabía algo sobre él?

—¿Qué cosa?

—Anoche tú...—el rubio intentaba mantenerse serio pero era imposible no querer reírse al pronunciar estas palabras:—Tú me dijiste que soy tierno.

—¿Yo dije eso?—el color había subido a la cara de Axl en tan sólo un segundo.

—Ajá. La fiebre te afectó el cerebro.—Kurt largó una carcajada y el pelirrojo agachó su cabeza avergonzado.

—Lo lamento, no quise decir eso, Kurt.

—¿Entonces no soy tierno?—el ojiazul arqueó una ceja y los nervios de Axl incrementaron.

—Si, lo eres, bah, no, en realidad lo que quiero decir es que para los fans lo eres y...—el pelirrojo intentaba arreglarlo pero sólo se hundía más y más. Su corazón iba a mil latidos por segundo y su voz temblaba, mientras Kurt mordía el interior de su labio para no reír.—Eres tierno, pero...

—Tranquilo, Axl.—apoyó su mano en el hombro del pelirrojo, quién se estremeció al sentir la cálida mano de Kurt sobre su piel desnuda.—Sólo juego contigo, esta bien.

—Oh, lo siento.—rió nervioso.

—Igualmente, gracias por el halago.—Kurt le guiñó el ojo y Axl sonrió. <<Si tan sólo supieras cuánto me gustas.>> pensaba para sus adentros, pero no podía decirle la verdad. No podía contar sus sentimientos porque sabía que iba a salir herido en el intento.

—De nada.

—Ah, y en serio me alegra que estés mejor.—soltó Kurt mientras se levantaba en busca de sus cigarrillos y Axl sonrió en respuesta. Tomó la cajita que estaba sobre la mesa y se llevó un cigarro a la boca, para luego encenderlo.—¿Quieres uno?—estiró su mano con la cajita de cigarillos hacia Axl, quién negó con su cabeza.

—No quiero, gracias.

Kurt se quedó silencio, apoyado contra la mesa, mientras fumaba y Axl, lo observaba con atención, casi como si admirara una obra de arte en un museo. Porque para él, Kurt era el arte y él era el crítico. Para el pelirrojo no había obra más bella que Kurt. Lástima que su opinión no valía nada.

—¿Quieres hacer algo en la tarde?—preguntó el rubio, sacando de sus pensamientos a Axl.

—Yo, eh, no lo sé. ¿Acaso no debías ensayar?

—Tú lo dijiste: "debía".—Kurt imitó unas comillas con sus manos causando una pequeña sonrisa en Axl.

—No me contaste mucho sobre lo que sucedió.

—Es que quiero estar contigo para pasarla bien, divertirme y sentirme mejor, no para seguir amargándome con mis problemas.—aclaró el rubio y Axl asintió.—Pero puedo contarte si quieres, con una condición...

—¿Cuál?—el pelirrojo arqueó una ceja.

—Que tú salgas conmigo en la tarde.

—No me apetece mucho salir, Kurt.—susurró triste.—Te agradezco que me hayas cuidado, que me hayas traido a tu casa y todo, pero no quiero salir.

—Bien...—el rubio se llevó el cigarro a los labios y le dió una calada, mientras observaba el suelo pensativo.—No te haré salir, pero entonces iré a verte y hablaremos.

—¿Hablaremos sobre qué?

—Lo que sea, Axl. Quiero divertirme de alguna forma y necesito que tú me ayudes.—replicó Kurt sonriente, haciendo sonreír a Axl también, quién asintió ante la idea.

—Esta bien.

—Genial. Ahora si te contaré lo que sucedió...

—Bien.

—Pero igual no hay mucho que contar, ni siquiera yo entendí a qué vino esa pelea.—aclaró Kurt antes de comenzar su relato.—Ayer estábamos Krist y yo en la sala de ensayos esperando por Dave, quién según dijo, se quedó dormido. Cuando llegó, Krist se enojó mucho con él y empezó a reclamarle por eso y, para ahorrar los detalles, le dijo a Dave que era un irresponsable y que no se tomaba la banda en serio...—Axl asentía atento mientras escuchaba las palabras del rubio.—Dave salió enfurecido del estudio y yo me quedé ahí con Krist, y le dije que no debía actuar de esa forma con él, que nunca nos habíamos tomado en serio la profesionalidad en la banda pero él se enojó conmigo también y se fue.

—Te entiendo.

—Eso no era lo que yo me imaginaba cuando era adolescente y quería formar mi banda, ¿sabes? No quería tomarme las cosas en serio como si mi vida dependiera de ello, pero ahora si debo hacerlo porque es mi trabajo.

—Creo que si tú disfrutas lo que haces no lo tomas tanto como un trabajo al que debes realizar obligado.—habló Axl intentando ayudar al rubio a relajarse.—Sólo disfrútalo y haz música como siempre quisiste.

—No puedo disfrutarlo sin Krist y sin Dave. Este es nuestro sueño, no sólo el mío.—el rubio largó un suspiro de frustración. Estaba harto de todo lo que sucedía y sentía que incluso amargaba a Axl con sus problemas. Pero en realidad el pelirrojo lo comprendía, porque su vida también estaba llena de problemas por culpa de la banda y su atormentada mente.—La verdad no sé si volverán a la banda, ¿sabes? Y eso me preocupa porque no podría hacerlo sin ellos... Pero, en fin, no quiero pensar en eso.

—Salgamos, entonces.

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perdón por la tardanza 💔