Get in the ring «Nirvana+GN'R»

Capítulo 33

En un par de semanas comenzaba la nueva gira de Nirvana para promocionar su álbum In Utero. La banda ensayaba sin parar estos últimos días porque no querían fallarle a los fans. A pesar de que no les importara demasiado tocar las canciones al pie de la letra, no querían hacer el ridículo, ese no era su estilo. Ahora se esforzaban el doble porque debido al problema de Kurt con su hijo, el rubio no tenía demasiadas ganas de ensayar desde lo sucedido, pero ahora ya no podía retrasarse más y a pesar de que no le gustara la idea debía ir a los ensayos. Así mismo era para Dave, pero esta mañana el pelinegro se había quedado dormido. <<Mala idea salir de fiesta anoche.>> pensaba para sus adentros al bajar rápidamente de su auto y correr hasta el estudio dónde la banda ensayaba. Allí ya se encontraba Kurt, que le dedicó una pequeña sonrisa al verlo entrar por la puerta y Krist, que suspiró aliviado al ver a su compañero finalmente aparecer.

—Al fin apareces, amigo.—habló Kurt entre risas al ver lo agitado que estaba Dave gracias a la corrida.

—Me quedé dormido, lo lamento.—el pelinegro se sentó en su puesto y sacó las baquetas de su mochila.—Ya podemos empezar.—dijo sonriente observando a Krist, pero su sonrisa se borró al ver la seriedad en este.—¿Qué sucede?

—Llegaste una hora y media tarde, eso es lo que sucede, Dave.—respondió serio, cruzado de brazos.

—¿Y qué hay con eso, Krist? No pasa nada, él ya esta aquí, ¿o no?—Kurt le restó importancia y se colocó su guitarra en el hombro para comenzar a tocar.

—Ya sé que él esta aquí y no tengo problema en que llegue tarde, lo sabes...—comenzó a hablar el más alto.—Pero esto es nuestro trabajo  debemos tomarlo como tal.

—¿Estás diciendo que no me tomo en serio la banda?—preguntó Dave incrédulo, arqueando su ceja y esperando una respuesta de parte de su amigo. Kurt rodó sus ojos y dejó la guitarra a un lado para fumar un cigarro. Esta discusión venía para largo y él lo sabía.

—Eso mismo.—afirmó Krist.—No podemos actuar como niños toda nuestra vida, tenemos responsabilidades y debemos cumplirlas.

—Pero, Krist...—Kurt le dió una calada a su cigarro y largó el aire antes de hablar.—Tú sabes que nunca valoramos la profesionalidad en Nirvana. Aquí lo que importa es la energía y Dave la tiene, ¿por qué ahora te pones así sólo porque él llegó tarde? ¿Acaso a ti no te puede pasar de que te quedes dormido? No seas así de injusto ahora que estamos comenzando una nueva etapa en la banda.

—No tengo nada contra Dave, por mí que llegue tarde cuando quiera, pero esa no es la forma de hacer las cosas.—Dave no hablaba, sólo escuchaba atento las palabras de Krist.

—¿Y cuál es la forma de hacer las cosas? ¿Acaso quieres que Dave se corte el cabello, se ponga un traje para cubrirse los tatuajes y sea baterista de una banda de rock cristiano? Krist, ¿qué mierda estas diciendo?—Kurt ya estaba cansado se la situación y quería acabar con todo esto de una vez por todas, ensayar y volver a casa.

—Sólo digo que ya somos adultos y no podemos vivir como si fuéramos unos adolescentes.—replicó serio el bajista.

—Tenemos una maldita banda de rock, amigo, ¿cómo mierda quieres que actuemos?—soltó el rubio de mala gana.—El rock es algo adolescente. Tengas 16, 24, o 60 años el rock va a seguir vivo porque todos tenemos un adolescente dentro nuestro que quiere expresarse.

—Digo que aunque la música sea lo que nosotros amamos, el tocar nuestras canciones cada noche, ahora es nuestro trabajo y debemos hacerlo bien.

—¿Lo que dices es que no puedo seguir disfrutando mi vida, salir con mis amigos, visitar a mi mamá y demás, sólo porque esta banda es mi trabajo?—Dave rompió el silencio.

—No es eso...—Krist quiso explicarlo pero el pelinegro lo interrumpió.

—Lamento no ser el baterista profesional que quieren en la banda, entonces. Tal vez deban buscarse un Ringo Starr o alguien parecido para reemplazarme.—habló serio, guardando las baquetas en su mochila y colgando esta en su hombro.

—Nadie quiere que te vayas, Dave.—Krist intentó detenerlo cuando vió a su compañero dirigirse a la puerta.

—No me importa.—respondió el pelinegro, casi en un susurro, saliendo del estudio. Krist se quedó observando la salida, esperando que Dave volviera, pero no lo hizo.

Unos aplausos burlones de Kurt lo hicieron voltear. El rubio estaba apoyado contra una pared fumando, serio.

—Bravo, Krist. Esa es la actitud que se necesita para trabajar en equipo, egoísmo y soberbia, eres genial.—hablaba sarcástico. Krist negó con su cabeza, harto de la burla, y se acercó a tomar su bajo para guardarlo en el estuche. Kurt frunció el ceño al notarlo y se apresuró en acercarse a él.—¿A dónde vas tú ahora?

—Iré a casa.—respondió el bajista frío, colgando su instrumento en el hombro.—Mañana tal vez venga a ensayar, tal vez no, no lo sé.

—Ustedes son unos payasos.—soltó Kurt incrédulo.—Vengo aquí a ensayar contigo y con Dave, cuando podría estar encerrado en casa lamentándome por todo lo que perdí en mi vida, y ustedes se van así como si nada por una estúpida discusión. Esperaba más de ambos.

—Lo siento, Kurt. No tengo ánimos de ensayar ahora.—el alto comenzó a caminar a la puerta mientras Kurt lo observaba y negaba con su cabeza.

—Nirvana es lo último que me queda, no hagan que lo pierda también.

Krist no volteó al oír sus palabras, sólo siguió caminando hasta la salida. Mientras, Kurt, triste por todo lo que habían discutido en los últimos minutos, se sentó en el suelo a fumar y a pensar qué sería de su vida si perdiera también a su banda.

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