Capítulo 37

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Desde la discusión que tuvo con Krist ayer, Dave no había salido de su apartamento por nada. No tenía ganas de ver a nadie, ni de hablar con nadie, sólo quería encerrarse a fumar, ver televisión e intentar olvidarse de su problema. Se sentía herido, porque Krist, la persona a la que tanto quería, lo juzgó por su manera de hacer las cosas, como si Dave siempre fuera aquel chico irresponsable que no se toma nada en serio. Pero Nirvana era lo único que Dave si se tomaba en serio, porque no sólo era un trabajo, era su sueño y quería hacer las cosas bien, triunfar y demostrarle al mundo quién es realmente, pero para Krist no era así, al menos no ayer.

De Kurt podría haberse esperado algo como eso, pero no del bajista, quién siempre lo recibía con una sonrisa y eso hacia que Dave disfrutara cada ensayo como si fuera el último.

Igualmente, sabía que algo de razón había en sus palabras, porque la banda era exitosa, ganaban millones de dólares gracias a ella, la gente pagaba para oír sus canciones y ellos debían darles lo que pedían, esto ya no era un juego de niños, pero Dave deseaba que así lo fuera. Porque quería disfrutar la banda como si fuera un niño, tocar la batería sintiéndose como uno de sus ídolos, aspirando a ser como él cuando crezca.

El timbre sonó, sacando a Dave de sus pensamientos, y haciéndolo levantarse de mala gana a ver de quién se trataba. Con un cigarro en los labios, su pijama puesto y su pelo desordenado fue hacia la puerta, llevándose una sorpresa al abrir y ver que se trataba de Krist.

—¿Qué haces aquí?—preguntó serio, con su ceño fruncido, haciendo que la sonrisa en el rostro del bajista se borre.

—Yo sólo vine a disculparme, amigo.—respondió el alto, rascando su cabeza, nervioso.—Pero al parecer tú no tienes ganas de hablar, así que creo que mejor me voy...—amagó a irse, pero Dave, maldiciéndose internamente por su mala actitud, lo detuvo tomándolo de su abrigo.

—No, no te vayas, lo siento.—se disculpó con su cabeza gacha.—Pasa.

Dave se hizo a un lado para dejar pasar al bajista, quién se quedó parado en medio de la sala, esperando a que su amigo se sentara a escuchar todo lo que tenía en mente. El baterista se sentó en el sofá, aún con el cigarro en sus labios, aguardando a que su amigo comience.

—Dave, en serio lamento la actitud de mierda que tuve contigo ayer, no te lo merecías.—soltó tímidamente, casi como si le avergonzara tener que disculparse por sus acciones.—No sé por qué te hablé de esa manera, ni por qué trate mal a Kurt también, pero fui un idiota.

—Lo fuiste, si.—Dave asintió, provocando una risa en ambos.—Pero yo también fui un idiota al llegar tarde, lo siento.

—No lo eres, tú no hiciste nada malo. Sólo te cruzaste conmigo un día que me levanté con el pie izquierdo.—volvieron a reír.—Eres uno de mis mejores amigos, Dave. No quiero perderte por ser tan imbécil. Tampoco quiero arruinar la gira de Nirvana porque no ensayamos, ni quiero que Kurt se moleste conmigo por hacer que el mejor baterista de la banda se vaya por mi culpa.

—No lo arruinarás, no me iré por nada.—Dave sonrió ante las palabras del bajista, quién estiró su mano para estrecharla con la de él, casi como si sellaran su disculpa.

La banda volvería al estudio a ensayar. Habría Nirvana para rato, demostrándole al mundo que aún pueden seguir pateando traseros.

*****

Kurt llevaba media hora en la casa de Axl, fumando en la sala, esperando a que el pelirrojo se duchara para poder salir a dar vueltas por la ciudad. No quería revisar las cosas de Axl sin su permiso, no le agradaba hacerlo, así que cansado de la espera, se levantó de su lugar y subió las escaleras, para encontrarse con varias puertas, una de las cuales estaba abierta, así que Kurt entró en esa habitación que sospechaba que debía ser la de Axl. Estaba más ordenada de lo que se esperaba, y adornada con cuadros de diferentes músicos en la pared: Freddie Mercury, Mick Jagger e incluso David Bowie, para nombrar algunos. Kurt se sentó en la cama, aún con un cigarro entre sus manos, esperando a que el pelirrojo se dignara a salir del baño.

Luego de su relajante ducha, Axl enredó una toalla alrededor de su cintura y se encaminó a su habitación, llevándose un pequeño susto al encontrar a Kurt sobre su cama, aguardando por él. El rubio lo observó de arriba a abajo, admirando el tonificado cuerpo de Axl, provocando que el color subiera al rostro de este.

—Al fin.—soltó aliviado, luego de unos segundos en silencio, levantándose de su lugar y acercándose al pelirrojo.—Ahora cambiate así nos vamos.

—Lo haré en un segundo, aguarda.—Axl caminó hasta su cómoda y tomó algo de ropa para luego volver al baño. Kurt lo siguió por detrás, captando la atención del pelirrojo, quién volteó a verlo intrigado.—¿Qué pasa?

—Me aburro, Axl.—soltó como un niño pequeño, provocando una sonrisa en el rostro de este.

—Espera un poco.—Axl tomó una maquinita de afeitar y la crema, vació un poco de esta en su mano y cuando estaba por llevársela a la cara, Kurt tomó su brazo para detenerlo.

—No, no te afeites.

—¿Por qué no? Es sólo un segundo.—respondió divertido y Kurt negó con su cabeza.Parezco un vago con esta barba.

—Así me recuerdas a Jim Morrison.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Axl al oír esas palabras, que de inmediato enjuago la crema de su mano. Le resultaba divertido como unas palabras del rubio podían hacerlo cambiar de parecer tan rápidamente. Kurt salió del baño para dejar a Axl a solas, quién se apresuró en vestirs, y una vez listo, volvió a su habitación, dónde Kurt estaba sentado en la cama otra vez.

¿Estás listo?Axl asintió.

Bien.se levantó de su lugar.Vámonos.

¿A dónde iremos?preguntó el pelirrojo intrigado.

No sé a dónde vamos, Axl. Sólo se que aquí no podemos estar.

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jim te amo lpm

Get in the ring «Nirvana+GN'R»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora