Capítulo 19

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Hace apenas dos días Axl le había dicho a Steven de que ya no pertenecía a Guns N' Roses y la noticia había corrido rápidamente entre los medios de comunicación. No había estación de radio, periódico o canal de televisión que no hablara sobre el tema e inventara diversos rumores sobre lo que había sucedido entre ellos.

Uno de los que se encontraba mirando aquellas noticias era Kurt, que no podía evitar sentir un atisbo de alegría por lo que pasaba. Estaba viendo el principio del fin de Guns N' Roses.

Igualmente una parte de él estaba pensando en Axl y en lo que lo había llevado a tomar tal decisión. Le parecía un completo idiota, pero no uno de esos idiotas que toman decisiones apresuradas y meten la pata en el intento. Era obvio que algo grave había sucedido, y aunque a Kurt no le importaba en lo más mínimo, su mente sólo podía pensar en aquello.

<<Así es como va a terminar Guns N' Roses. Todos los miembros fuera salvo Axl, el último hombre. Hará lo que sea con tal de sacar adelante su banda.>> pensaba el rubio.

*****

El teléfono de la habitación sonaba sin parar, despertando a Kurt de su siesta. Estiró el brazo hasta la mesa de luz y tomó el aparato entre sus manos para luego llevarlo a su oreja.

—¿Quién habla?—preguntó con su voz más ronca de lo normal.

—¡Kurt! ¡Al fin te encuentro!—mala suerte para el rubio.—Habla Courtney.

—¿Qué quieres? ¿Estás bien?—preguntó el ojiazul con preocupación, temiendo que algo sucediera con su hijo.

—Si, estoy bien.—contestó calmada y Kurt largó un suspiro de alivio.—El bebé está bien.

—¿Entonces para qué me llamas?—preguntó ahora de mala gana. Courtney iba a responderle pero él la interrumpió:—Te dejé más que claro que no quería verte. Me vine a un hotel sólo para estar lejos tuyo y ahora resulta que me llamas por alguna estupidez.

—Pero si no sabes para qué te llamo.—replicó la rubia enojada del otro lado de la línea.

—A ver, dime.

—Yo te extraño, Kurt.—suavizó su voz.—Lamento lo que hice, en serio lo lamento.—escuchó un pequeño sollozo.—Puse en riesgo la vida de nuestro bebé porque soy una idiota que no puede controlar su adicción, si, lo admito.

—Courtney...—el enojo del rubio parecía esfumarse con cada palabra que escuchaba de su pareja. Ella parecía arrepentida de verdad esta vez.

—Si no quieres perdonarme lo entiendo, porque fui una imbécil, pero quiero que vuelvas a casa.—la voz de Courtney se entrecortó y Kurt la imaginaba desde su casa llorando sin parar, sintiéndose como una completa mierda. Quería colgar el teléfono e ir a abrazarla ya mismo, pero debía estar completamente seguro de que ella lo necesitara a su lado.—No puedo hacer esto sin ti.

*****

—Aún no puedo creer que Axl haya echado a Steven de la banda.—comentaba Duff mientras salía del baño, con una toalla rodeando su cintura y el cabello mojado por la ducha.—¿Por qué no intentaste detenerlo?—preguntó observando a Izzy, que estaba sentado en su cama, tocando la guitarra.

—No intenté detenerlo porque sabes que cuando Axl toma una decisión no puedes discutirle.—replicó serio.—Y además Steven ya no tenía solución después de todo.

Ambos intercambiaron miradas y no volvieron a hablar al respecto de eso.

Ahora mismo se encontraban en una habitación de hotel en Chicago, esperando a que Axl consiga a un nuevo baterista para la banda y poder continuar con la gira. Aunque la banda ya no tenía ánimos de continuar luego de esto. Ahora podría decirse que lo único que mantenía unido al grupo era el amor que sentían por su trabajo, pero nada más.

—¿Estás componiendo algo nuevo?—preguntó Duff sentándose a pocos centímetros de Izzy, causando que el corazón del morocho acelere por los nervios. El bajista traía puesto unos pantalones ajustados, el pecho aún al descubierto y su cabello completamente mojado. Izzy moría por tenerlo sólo para él.

—N-no, sólo est-toy jugando un rato.—respondió nervioso e intercambió miradas rápidamente con el rubio. Los nervios siempre le jugaban una mala pasada a Izzy, que no pudo evitar sonrojarse cuando Duff le dedicó una pequeña sonrisa.

—Deberíamos escribir un tema juntos, ¿no crees?

—Tal vez.—susurró Izzy observando su guitarra.

—Sé que no soy tan bueno como tú para esas cosas, pero podríamos intentarlo.—Duff pasó un brazo por el hombro del guitarrista y lo acercó más a él.—Podemos ser un gran equipo.

*****

Dave dió tres pequeños golpecitos en la puerta de Krist, esperando a que el bajista abriera la puerta, pero en vez de eso se encontró con Shelli, su pareja. El baterista le dedicó una pequeña sonrisa al verla y ella se la devolvió.

Hola, Dave, ¿cómo estás?preguntó amistosamente, haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

Muy bien, ¿y tú?ella no era mala chica, por eso no había razón para tratarla mal. En realidad, por más que le doliera, a Dave le agradaba que Krist éste en buenas manos, y esta joven era una gran persona.

Excelente.largó una pequeña risa.Pasa a la sala, Krist está ahí. Yo iré a la cocina a preparar la cena.dicho esto, desapareció de su vista.

Dave caminó hasta la sala, encontrándose con Krist, que estaba en el sofá leyendo una revista.

Hola.saludó el baterista con una sonrisa en su rostro. Siempre se ponía feliz al verlo.

Hola, amigo, me alegra que hayas podido venir.el alto le devolvió el saludo y le hizo un gesto para que se siente en el sofá frente a él. Dave obedeció y se sentó.Lástima que Kurt no.

¿Por qué no?preguntó el baterista desentendido. Hace un par de días, tal vez más, no sabía de nada de Kurt.

Se peleó con Courtney.

Oh.no era nada sorprendente para los dos, conociendo la personalidad de aquella mujer.

Si.asintió el bajista serio.Kurt la encontró drogándose en el baño y, bueno, tú sabes que cuando una chica esta embarazada no...

Lo sé.suspiró y negó con la cabeza decepcionado.No puedo creer que ella sea tan idiota.

Es adicta, no idiota.lo corrigió Krist.

¿Y dónde está Kurt ahora?

En un hotel.

¿Pero por qué no quiso venir? ¿Se quedará solo ahí todos los días?

Debes entenderlo, no se siente bien con lo que pasó. Sabes cómo es él.Dave asintió. Estar en los zapatos de Kurt no debía ser para nada fácil.

Somos afortunados de no ser él.soltó el baterista luego de unos segundos en silencio.

Así es.Krist asintió serio.No sé cómo podría manejarlo.

La habitación se quedó en silencio varios minutos. Los dos miembros de Nirvana se encontraban sumidos en sus pensamientos, sus preocupaciones. Krist pensaba en cómo su amigo Kurt intentaba salir adelante entre la fama y la familia, mientras que Dave pensaba en lo difícil que era ser amado realmente por alguien.

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Get in the ring «Nirvana+GN'R»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora