Capítulo 41

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Axl y Kurt no se veían desde hace dos días en aquél recital de Nirvana. Esa noche las cosas no habían resultado bien para el pelirrojo, quién acabó siendo el blanco de las críticas de un joven. Aún le dolían aquellas palabras, le dolían porque aquél joven repetía las palabras de su ídolo, las palabras de Kurt. Todo el odio que Kurt había llegado a sentir por Axl, ese joven se lo había recordado anoche, y dolía, le dolía demasiado.

No se preocupaba por el hecho de haber sido descubierto viendo a su supuesto rival en vivo, sino por el pensamiento que los jóvenes tenían sobre él ahora. Axl no quería ser un mal ejemplo, pero en su vida las cosas jamás parecían marchar bien y todo parecía que se volvía en su contra, porque así era. Todo lo que él hiciera, fuera bueno o malo, le traía las peores consecuencias.

Pero Axl se acostumbraba cada vez más a ello, se acostumbraba a las críticas, se acostumbraba a que nada le saliera bien, aunque en el fondo quisiera tener una chispa de esperanza de que las cosas por fin resultarán a su favor, sabía que no sería así jamás, porque tal vez este era el destino que le habían marcado.

El pelirrojo se recostó en su sofá e intentó dormir un rato. Apenas el sol se ocultaba en la ciudad, pero el aburrimiento le daba sueño. No tenía nada para hacer ya.

Sus compañeros de banda parecían haberse esfumado del planeta. Ninguno volvió a tomar contacto con Axl desde la última vez que Izzy y Slash vinieron aquí. En el corazón del pelirrojo algo parecía haberse roto, porque él quería demasiado a sus amigos, ellos eran todo lo que tenía, pero al igual que el resto sólo lograban defraudarlo así como Axl los defraudó a ellos cuando los abandonó. Aunque si quisiera podría volver a Guns N' Roses, pero no lo haría. Ya no era su deseo ser parte de aquella banda... Junto a Slash. Era una etapa de su vida que quería olvidar a toda costa, porque la disfrutó, y mucho, pero también sufrió demasiado.

Mientras, el rubio no paraba de pensar en Axl, en lo que había sucedido con él la noche del recital. Kurt no había llegado a tiempo para oír las cosas que el chico le dijo, y aquello le preocupaba, quién sabe qué le habrá dicho al pelirrojo para hacerlo sentir tan mal.

Ahora Kurt estaba en el ensayo de Nirvana, aún pensando en Axl, en cómo se sentiría ahora mismo y en lo que estaría haciendo, porque se preocupaba por él y extrañaba su compañía. Estos dos días sin él habían sido aburridos. La vida de Kurt era aburrida y sin sentido cuando Axl no estaba ahí para divertirse juntos.

—Kurt, ¿qué te sucede?—preguntó Krist, moviendo su mano frente al rubuo para llamar su atención.

—¿Qué?—lo observó desentendido y el bajista rió.

—¿En qué piensas tanto?

—En nada.—susurró y Dave se acercó riendo a ambos.

—Seguramente esta pensando en su novia.—bromeó y Kurt negó con su cabeza nervioso a la vez que sus mejillas se tornaban de rojo.

—Yo no tengo novia, ¿por qué lo dices?

—Te vas rápido del ensayo, estás más distraído de lo usual y te pones rojo cuando digo que tienes novia... Creo que es bastante obvio lo que sucede, amiguito.—el baterista guiñó su ojo, causando la risa de Krist.

—¿Cuando nos presentaras a tu novia, Kurt?

—Déjenme en paz, no tengo novia.—susurró molesto el rubio, cansado de las burlas.

—Ya nos vamos a enterar.—replicó Dave con una sonrisa pícara en su rostro.

En lo único que Kurt podía pensar era en Axl. No sabía lo que era, pero en su interior surgía una linda sensación cada vez que pensaba en ese pelirrojo de ojos verdes.

*****

Tal vez era hora de acabar con todo esto, acabar con la banda y acabar con el sueño de Axl.

Guns N' Roses no podía continuar sin Axl, y Axl no podía continuar con su vida si no se alejaba de la persona que tanto lo había lastimado. El pelirrojo no quería acabar con la banda, pero tampoco tenía el valor de expulsar a Slash por toda la historia que habían tenido, por todo el esfuerzo que ambos pusieron para que Guns N' Roses triunfe. Pero era tan sólo un segundo de valor el que Axl tomó para ir a ver a sus compañeros, tal vez por última vez.

Estaba parado en la puerta del estudio, dónde los demás estaban ensayando, dudando, pensando si había sido una buena idea venir aquí. Tal vez las cosas resulten mal, tal vez resulten bien, no lo sabía así como tampoco sabía qué mierda iba a decirles a sus amigos ahora, a sus antiguos amigos.

Tomó la perilla de la puerta y la giró para adentrarse en el lugar. De inmediato el olor a cigarro inundó sus fosas nasales y oyó la música proveniente de los amplificadores. Sus compañeros practicaban Nightrain, practicaban para una gira que nunca iba a iniciarse.

Se frenó en el marco de la puerta y observó a la banda, todos de espaldas a él, en su propio mundo: Izzy, Duff, Slash y Matt, ensayando e intentando dar lo mejor de si en cada canción, para hacer que cada recital valga la pena, para que cada joven fanático de la banda se vaya con una sonrisa en su rostro y pensando en que acaba de escuchar a su banda favorita, y fue feliz al menos por un rato, sabiendo que por un momento todos sus problemas e inseguridades quedaron atrás porque estaba allí, rodeado de miles de personas donde ninguna era mejor que otra y todos compartían el mismo amor y la misma pasión: Guns N' Roses.

Axl estaba orgulloso de la banda que había creado, pero todo lo bueno debía llegar a su final y Guns N' Roses no se salvaría de ello.

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Get in the ring «Nirvana+GN'R»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora