Get in the ring «Nirvana+GN'R»

Capítulo 55

Kurt no respondió. Él también deseaba acercarse a Axl, demostrarle su amor, pero el miedo que sentía a lastimarlo no se lo permitía, así como la vergüenza no lo dejaba hablar y decirle la verdad, la verdad sobre todo: el secreto de Slash, el cariño que sentía por él y que extrañaba cada maldito segundo sus besos.

—Esta bien, Kurt.—Axl asintió, a la vez que las lágrimas caían por sus mejillas.—Se nota que no te importa una mierda lo que yo sienta.

Ambos se miraron, con dolor por no poder expresar verdaderamente lo que sentían.

Axl se giró y comenzó a caminar hasta la habitación, se encerró en esta y se recostó en la cama a llorar. Odiaba a Kurt por ser un maldito imbécil al que no le importaba nadie más que si mismo, pero más se odiaba a si mismo por ser tan débil y no tener el valor de mandar a Kurt al diablo, por el simple hecho de estar enamorado de él y no querer que desaparezca de su vida. Y Kurt se quedó allí en la sala, pensando en todo lo que habían pasado hasta ahora juntos y en cómo podía arruinar toda su relación tan sólo quedándose en silencio. Pero ahora no era el momento de rendirse, no podía tirar todo a la basura, porque a pesar de cada bache que ambos se encontraban en el camino, se ayudaban mutuamente a levantarse y seguir adelante, y ninguno podía arruinar eso, ni siquiera ellos mismos.

El rubio se levantó del sofá y se encaminó a la habitación, y cuando estaba parado frente a la puerta de esta, tomó el picaporte y tomó aire, intentando tomar valor para enfrentarse nuevamente a Axl. Abrió la puerta y se encontró con la figura del pelirrojo recostado sobre la cama, de espaldas a él. Podía escuchar los sollozos provenientes de Axl y eso sólo hacia que Kurt se sintiera aún más culpable por haberlo tratado tan mal, pero a pesar de eso ahora estaba aquí, intentando recuperar todo lo que una vez habían logrado estando juntos.

Axl oyó la puerta abrirse, pero no se giró al ver al rubio porque sabía que las lágrimas no lo iban a dejarlo hablar, su pecho dolía y su cuerpo temblaba, porque realmente estaba adolorido por toda esta situación y ya no daba para más. Axl realmente amaba a Kurt, y no podía continuar con esta farsa, quería que los sentimientos del rubio fueran aclarados. Amor u odio, Kurt tenía que elegir qué era lo que sentía.

Kurt se acercó a la cama y se recostó sobre esta, a un lado del cuerpo de Axl, y este al sentir el cuerpo del rubio sobre el colchón no pudo evitar girar su rostro para verlo.

—Lo lamento, ¿sabes?—susurró Kurt, cerca del oído del pelirrojo.—Yo también te necesito, cada maldito día necesito estar junto a ti.

Axl no respondió, solamente giró su cuerpo para acercar su rostro al del rubio, tomarlo de sus mejillas y besarlo, con amor y dulzura, como ambos tanto deseaban. Se necesitaban el uno al otro y eso era más que evidente, se complementaban perfecto y uno no era lo mismo sin el otro, a pesar de cada pelea, cada insulto, se demostraban el amor que sentían tan sólo con miradas, roces y caricias.

—Extrañé esto.—susurró Axl sonriendo en los labios del rubio.

—Yo también, idiota.—ambos rieron.—No volveré a dejarte.

Se dedicaron una última mirada, llena de amor y felicidad, porque ahora si las cosas parecían ir por buen camino. Ahora estaban juntos y nadie podría separarlos.

Kurt se acurrucó junto a Axl, lo abrazó por su cintura y lo acercó más a su cuerpo, para sentir el calor del otro y dormir placidamente por el resto de la noche.

*****

—¿Qué dirían tus amigos si supieran lo que hacemos?—preguntó Axl, tímido, a la vez que daba un sorbo a su café.

Kurt estaba sentado frente a él en la mesa, también con una taza de café frente a él y un cigarro en sus labios. No tenía idea alguna sobre lo que Krist y Dave pensarían, pero si estaba seguro de que Axl le gustaba cada día más.

—No tengo ni la más mínima idea.—respondió el rubio despreocupado, llevando sus labios a la taza y bebiendo un trago de café.

—¿Y si se enteran? ¿Y si nos ven? Maldita sea, me matarían.—Axl comenzó a asustarse. ¿Y si alguno apareciera de sorpresa al igual que el otro día? Estarían perdidos, o al menos eso creía el pelirrojo.

—No te matarán...—Kurt rió, pero luego de unos segundos borró la sonrisa de su rostro.—Bueno, tal vez si te maten.

—¿Lo ves?

—Pero es porque no te conocen.—repuso.

—¿Me odian porque no me conocen?

—Así es. Yo también te odiaba, porque no sabía una mierda de ti...—Kurt tomó su silla y la corrió justo al lado del pelirrojo, para pasar un brazo por sus hombros y besar su mejilla.—Ahora eres la persona más importante que tengo en mi vida.

—¿Tan importante soy? ¿Qué hay de tu banda?—preguntó Axl, desconfiado.

—Estoy enamorado, Axl. Soy capaz de dejar Nirvana ahora mismo, no me importa.

Con timidez, ya que aún le parecía raro poder acercarse al rubio de aquella forma, Axl tomó las mejillas del rubio y se acercó a él para depositar un corto beso en sus labios. Ambos sonrieron, y Kurt acomodó un mechón de cabello suelto detrás de la oreja del pelirrojo. Aquellas miradas decían todo, sólo necesitaban verse para demostrar al mundo cuánto se necesitaban el uno al otro.

*****

Al terminar el ensayo, Kurt se apresuró en juntar sus cosas para poder volver a casa. Ansiaba ver a Axl, y sus compañeros comenzaban a sospechar de eso, incluso Taylor que estaba allí junto a ellos desde temprano.

—Estás muy feliz hoy, que extraño.—soltó Dave, con una sonrisa pícara en su rostro.—¿Acaso alguien se arregló con su chica y no estoy enterado?

—Tal vez.—contestó Kurt, agachando su rostro para evitar que sus amigos noten el rubor de sus mejillas.

—¡Nuestro Kurt tiene novia!—gritó Krist acercándose a abrazar a Dave y Kurt, seguido por la atenta mirada de Taylor.

—¿Cuando podremos conocerla, amigo?

—No lo sé, Dave. No molestes.

—Por favor.—el bajista juntó sus manos en forma de plegaria.

—Algún día.

—¿Podría ser mañana?—volvió a hablar Krist.

—Lo pensaré.

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