Get in the ring «Nirvana+GN'R»

Capítulo 70

Kurt no dudó en salir en busca del pelirrojo luego de que este escapara de su departamento y lo dejara con un sinfín de dudas en su cabeza. Se sentía algo mareado y parecía que su cuerpo iba a desplomarse en cualquier momento. Aún no podía creer lo que estaba sucediendo... ¿Acaso Axl iba a volver a Guns N' Roses luego de todo el sufrimiento que había pasado al lado de esas personas? ¿Al lado de Slash? Su mente parecía no comprender aquella chiflada idea, y es por eso que salió en busca de Axl, tenía que preguntarle qué era lo que estaba pasando, pero apenas puso un pie fuera de su departamento, su mente se nubló y no sabía por dónde comenzar a buscarlo. Conocía lo suficientemente bien al pelirrojo como para saber que no iría lejos, pero no tanto como para saber su paradero específico. Probablemente ahora mismo estaría recorriendo las calles sin un rumbo fijo, como un perro perdido en busca de su dueño.

Kurt se sentía culpable, por eso también creía que salir a buscar a su amante era su deber y el de nadie más. Se sentía culpable tanto por la desaparición repentina de Axl, como por lo sucedido aquella terrible noche con Slash y el no haber hecho nada para impedir que este lo lastimara de tal forma. Y otra vez comenzaban los mareos. 

Al salir a la calle sintió el viento frío pegando en su delgado cuerpo y unas pequeñas gotas heladas mojaron su pálido rostro, pero nada de eso impediría que salga a buscar al pelirrojo por cada rincón de la ciudad.

*****

El único lugar que Kurt no conocía era la sala de ensayos de Guns N' Roses. Y en el apuro por escaparse de sus preguntas, este era el único lugar que se le había ocurrido a Axl para esconderse de aquél rubio que tanto amaba al punto de no poder mirar a los ojos ahora. Le había fallado y no sabía cómo pedirle perdón.

Varias lágrimas caían por las mejillas del pelirrojo, lágrimas producto de todas las mentiras que llevaba tiempo aguantando en su interior y que salieron a la luz en el peor momento de todos. Kurt acababa de perder a su banda, y ahora también era posible que ya no quisiera a Axl en su vida luego de haber sido traicionado de esa forma. Pero todo esto era producto de la imaginación del pelirrojo, en realidad él no sabía qué pensaba Kurt al respecto porque no le había dado el tiempo a abrir su boca, sino que escapó de él y sus incontables preguntas como solamente un cobarde lo haría.

Y agradecía que ninguno de sus compañeros de banda se encontrara ahí también para llenarlo de preguntas a las cuáles no sabía cómo responder. No tenía ánimos de ver a nadie ahora y dar explicaciones de nada, mucho menos sobre la desafortunada vida que le tocó y los incontables errores que había cometido.

Una vez que comenzaba ser feliz junto al rubio, dejando los problemas atrás, nuevos conflictos venían y eran aún más grandes que los anteriores, Axl se sentía sofocado por todos ellos.

Lo único que podía hacer ahora era sentarse en aquél piano negro del rincón de la sala y tocar las teclas del instrumento con la ayuda de sus experimentados dotes musicales, cerrar sus ojos y dejar que la música lo haga olvidar nuevamente de todos los demonios que lo perseguían al menos por un rato. Frotó sus temblorosas por sus piernas para calentarlas un poco y tocó la única canción que se le vino a la mente al escuchar un fuerte trueno proveniente del cielo: November Rain.

—Do you need some time all alone, everybody needs some time on their own...—cantó, o más bien susurró con su entrecortada y ronca voz mientras acariciaba las teclas al melancólico ritmo de la canción.—Don't you know you need some time all alone...—su garganta se iba aclarando poco a poco y su poderosa voz resonaba entre las cuatro paredes del silencioso salón. Axl se encontraba tan concentrado que no pudo notar que la puerta se abrió y unos curiosos ojos lo miraban desde el umbral mientras entonaba las estrofas de su famosa pieza musical:—I know it's hard to keep an open heart, when even friends seem out to harm you...—una solitaria lágrima rodaba por la mejilla del pelirrojo, que siguió enfocado en la música a pesar del dolor que esta le causaba, porque la música era su única amiga y sanaba las heridas de su roto corazón.—But if you could heal a broken heart...

—Lo intenté.

Axl reconoció la voz de esa persona inmediatamente y frenó la canción en seco. No podía ser él, no sabía nada sobre este lugar, pensaba. Aún no tenía el valor de voltear su cabeza para ver cara a cara a aquél rubio de ojos celestes que tan loco de amor lo volvía y que creía no merecer.

—Intenté reparar el daño que te hicieron, pero nada fue suficiente.—volvió a decir Kurt, caminando lentamente hacia el piano para pararse detrás de su amante y poder acariciar la suave piel del brazo de este al menos una vez más, antes de que su relación ya no vuelva a ser la de antes.—Por favor, mírame a los ojos.

—¿Para qué? ¿Para que me regañes?—espetó el pelirrojo, aún sin dar la cara, haciéndose el fuerte a pesar del nudo que se había formado en su garganta y las lágrimas que amenazaban con caer de sus ojos en cualquier momento.—¿Para decirme que no debí volver a Guns N' Roses? ¿Para echarme en cara que tú siempre estuviste para mí y que yo te mentí en la primer oportunidad que tuve de hacerlo? ¿Para decirme que te usé?—la voz del pelirrojo se quebró y las lágrimas comenzaron a asomar.—Hazlo, dime lo que quieras. Axl Rose puede enfrentarse a lo que sea que...

—Yo lo vi todo.—escupió el rubio, sin poder aguantar más el secreto.

Axl usó el reverso de sus manos para limpiar sus lágrimas y por primera vez desde que Kurt puso un pie en el lugar se volteó para verlo a los ojos. Él también estaba llorando, en silencio, avergonzado de la situación que estaba viviendo y lo débil que era al enfrentarla.

—¿Qué fue lo que dijiste?—preguntó el pelirrojo, casi en un susurro. Quería asegurarse de haber escuchado las palabras correctas.—Repite lo que dijiste.

—Lo que pasó con Slash, yo lo vi todo...—aclaró Kurt, agachando su rostro, arrepentido por sus palabras y por el secreto que había escondido todo este tiempo:—Yo lo vi todo... Pero no hice nada para impedirlo.

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