000. Muerte.

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Había una vez,

Está sentada en un campo de flores. A solas, está indefensa.

Sin sus ninfas acompañantes, que correrían a darle voz de alerta a su madre.

Sin sus amigas, que la harían alejarse inmediatamente del peligro que alguien como yo suponebpara ella.

Sola.

Lleva tiempo de venir a este específico campo, no sé por qué. Pienso que, probablemente, tiene que ver con el hecho de que Kore despareció aquí, y luego volvió como Perséfone. No sería de extrañarse que haga esto, es decir, es su hermana.

Una hija de Deméter, descendiente de Zeus, que Deméter dió a luz y crió en el Olimpo, de la misma forma que hizo con Perséfone, con la intención de que fuesen similares, con la esperanza de volver a tener a Kore, que esta vez no dejaría su lado.

Moldeada a imagen y semejanza de su hermana mayor, pero ligeramente mejor.

O eso es lo que dicen.

Sus ojos se clavan en mí, que estoy oculto entre las sombras.

Su cabello castaño cae a su alrededor, flores lo adornan sin ton ni son, y es como si ella también fuese diosa de la primavera. Su piel está bronceada, y sus mejillas sonrojadas. Sus labios tan rosados se ven tan suaves que parece que fueran los pétalos de una flor, sus ojos inocentes.

—Hola, soy Cassandra.

—Nico.

-o-

Deberían oír la canción de cada capítulo

Granada | Fruta Prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora