039. Deméter: Errada.

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A su amado cuervo

-¿Donde estabas?- La voz de mi madre sonaba fría y fue lo primero que escuché apenas crucé el umbral de la puerta de su dormitorio.

-Estaba con las flores, -Respondí, sin pensarlo dos veces,- Ya ves que es primavera, madre, están preciosas allá abajo.

-Dime la verdad,- Mi madre da media vuelta, a encararme,- ¿Donde estabas, Cassandra?

-Estaba viendo las flores, madre.- El rostro enojado de Nico relampaguea en mí mente. No quería que me fuera, pero aún tenía que sacar el rosal de su casa, eso finalmente fue lo que hizo que me dejase marchar, ya que no podríamos pasar tiempo juntos por eso y otros compromisos suyos,- Eso fue todo.

-No quiero que vuelvas a irte tanto tiempo, especialmente sin decirme y, con más razón, en primavera que es cuando tu hermana está aquí.

-¡Con más razón no me necesitas aquí, madre!- Digo, algo molesta.- Kore está aquí.

-¿A qué te refieres?- Deméter suavizo el gesto.

-Kore está aquí,- Digo de mala gana, explicando algo a obvio,- ¿Para qué me quieres aquí? En primavera puedo estar tranquila con mis flores, y tú con ella.

-No entiendo tu punto, linda,- Pasa un mechón de cabello desordenado tras mi oreja, y coloca una flor allí.

-Mamá,- Pongo los ojos en blanco,- Todos saben que yo soy sólo un reemplazo de ella, ¿Para que me quieres si la original está aquí?

-o-

Granada | Fruta Prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora