049. Nico: El Que Fue Humano.

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Y la culpa,

Me apoyo en el árbol que hay en el parque, medio oculto en las sombras. Hace frío, y no puedo evitar pensar que Perséfone ya debe haber vuelto al Inframundo. Eso no me anima mucho, para ser sincero, a volver al lugar que estoy obligado a llamar hogar.

Cass no se había aparecido esa tarde, y estoy seguro de que me dijo que lo haría.

No quiero pensar en eso, pero el frío hace que, inevitablemente, piense en Cassandra.

Estaba tan fría, su cuerpo estaba helado.

Invierno, otoño y, después, verano. La conocí durante el verano, y ahora ella conocerá la verdad en otro verano. Estoy nervioso, queda muy poco tiempo para eso.

Todos están tan preocupados por ser los dueños de la verdad, nadie parece realmente preocupado de lo que esto va a hacerle.

—¡Tío Nicooo!—

Me es imposible no sobresaltarme  al sentir unas manitos aferrarse a mis piernas y, luego otras abrazarme por el torso.

—Hola, —Y ya sin querer estoy sonriendo a los dos pequeños niños, y me agacho hasta quedar a su altura,— Tiempo sin vernos, ¿No?

—¡Ya tengo siete años, tío Nico! —Exclamó la niñita,— Tontito, te olvidaste de ir a mi cumpleaños.

—Perdón, —La niña sonrió y tomó un montón de nieve y la estrelló en mi rostro.

—Definitivamente estás perdonado.

—¡Pelea de nieve!

Los niños se rieron y comenzaron a correr lejos de mi, su tío favorito.

Voy tras ellos, y riendo les sigo el juego.

Quizá los pequeños de Hazel eran lo único que aún me hacen sentir feliz sin culpa. Me siento como... humano, una vez más.

Puedo evitar pensar en todo el daño que dejo a mi paso, si juego con ellos y no pensaba en Hazel, a quien no veo desde que su niña cumplió cuatro.

-o-

Granada | Fruta Prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora