Granada | Fruta Prohibida.

033. Nico: Secretos.

La decepción,

Los ojos oscuros de Nico se pasean de un lado a otro, buscando quien sea que pueda verlo allí. Si bien no tiene prohibido, hacer algo así y su padre no tiene porqué meterse en sus asuntos... Sigue creyendo que no es bueno llevar a seres vivos al Inframundo, y cualquier dios que tuviera tiempo libre podría darle un buen dolor de cabeza por estar haciendo eso.

Ella estaba destrozada el día anterior, y ese día no es diferente, a él le daba la impresión de que eso no llegaría a cambiar.

Mira la hora, y las dos horas que le dió a la pareja para reunirse están a punto de acabar. Los dejó a solas en un cuarto, para que pudieran hablar en paz. Los hijos del matrimonio están destrozados, a su vez, pero no podía llevarlos también, realmente no sabía qué consecuencias traería, psicológicamente, para la mujer ver a su marido, a su compañero de vida ahora muerto... Pero sentía que se lo merecían, y que él se los debía. 

Está tranquilo, hasta que cierta presencia lo alcanza.

Perséfone estaba en el palacio, lo que ya era extraño durante la primavera, pero además de Perséfone estaba la presencia de Cassandra.

¿Por qué Perséfone estaba en el Inframundo durante la primavera? Y más aún, ¿Para qué había llevado a Cassandra con ella?

Se siente inquieto, y es que no quería que la semidiosa en ese cuarto fuese a ver a Cassandra por nada del mundo. De momento, lo sabían solo Jason y Bianca, y ya se había asegurado de que no pudiesen decirlo, al hacerlo jurar por el estigio, hace unos días.

Mira el reloj. 

Cinco minutos, y él debería irse a los eliseos.

Nico, aún nervioso por Cassandra, se recarga contra la pared. 

Piensa en los dos allí dentro, y no puede evitar sentirse mal. Debería haber hecho más.

Dos horas no es nada comparado al resto de la vida de Annabeth sin Percy.

-o-