Granada | Fruta Prohibida.

026. Bianca: Perdida.

Porque veía que el tiempo se le agotaba, y pronto perdería al picaflor.

Bianca Di Angelo fue traída a la vida, nuevamente, por su hermano menor, Nico Di Angelo. Eso es lo que siempre he oído.

La actitud de él cada vez que me ve dice algo distinto, algo que no refleja el amor de un hermano que trae de vuelta al otro.

Nico era mayor que yo cuando volví, y si eso no fue lo suficientemente shockeante, también lo fue ver como todos había cambiado en su ausencia.

Nico no se volvió cercano a mi, poco lo ví después de haber vuelto a la vida y... Y luego de un tiempo, muy poco, Nico fue convertido en dios. Dijeron que hizo algo, y esta era la forma de pagarlo. Nadie que fuese semidiós sabía qué cosa había hecho Nico, o por lo menos eso decían.

Los rumores acusaban que yo sabía, y ojalá hubiera sido así. No tenía idea hasta esa tarde lluviosa en la que Jason se sentó y, mirándome a la cara, me contó lo que el mismo dios de la pérdida le había dicho.

Sentada frente a un espejo, me quité el pañuelo que envolvía mi cabeza calva. El cáncer me estaba comiendo lentamente hace mucho tiempo, pero eso no había ablandado a Nico como para que no dijese se arrepentía de haberme hecho volver.

Si me preguntaban, tampoco la debió hacer volver. El precio había sido muy alto.

Había recuperado a su hermana, y no pudimos disfrutar de una sola tarde juntos cuando él ya estaba huyendo.

-¿Qué haces?- La voz de Hazel sonó a mis espaldas,- ¿Bi?

-Tú lo sabías.

Todos alegan no saber. La historia de Nico difería, y apunta claramente a la mentirosa.

-¿De qué hablas?

-Cassandra,- Ella me miró por el reflejo en el espejo,- La amante de Nico.

-o-