023. Cassandra: Hermanita.

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El cuervo no pudo aguantar más y decidió que aquello que quería era suyo, a pesar de todo.

-Hola.

Madre le había dicho que debía estar toda la tarde en su dormitorio, por lo menos por una semana. Yo, sin embargo, no veía nada de malo en dejar a Cassandra deambular por el resto del hogar en el que vivía.

-Hola,- Perséfone la observa, sentada junto a una de las ventanas del pasillo largo, Kore la resiente a ella y sus mejillas sonrojadas. Sus ojos se deslizan sobre su libro de color oscuro, y sus manos se aferran fuertemente a las tapas duras, mientras pasa página tras página.

-¿Qué lees?

Cassandra cierra rápidamente el libro, y mira algo extrañada a su hermana sentarse a su lado, en las frías baldosas de lapislázuli.

Definitivamente está leyendo algo explícito.

-¿Qué haces?

-Paso tiempo con mi hermanita menor,- Responde Perséfone,- ¿No puedo?

-Tú no eres mi hermana mayor,- Dice Cassandra, una afirmación que otros jamás osarían de hacer frente a mi.

Rápidamente me transformo en Kore.

-¿Y ahora?

-Ahora no confío en ti.

-Vale,- El aspecto de Perséfone vuelve a mi,- Tenemos que hablar.

-No sé de qué querrías--

-Sé que no estabas pasando tiempo a solas.

-Yo...- Me mira seriamente, pero las palabras no parecen poder salir de sus labios.- No sé de que...

-No sé donde estabas, o con quien,- Me miente, con un amor sincero reflejado en sus ojos,- Pero sé que no estabas haciendo algo que madre aprobaría. Has tomado un amante recientemente, ¿No es así?

-Por favor no le digas a ella.

-Pronto tendrás que tomar una decisión, Cass,- Coloco un mechón rebelde detrás de su cabello, a la vez que la interrumpo,- Y me gustaría estar allí para ti cuando debas hacerlo. Puedes confiar en mi.

-o-

Granada | Fruta Prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora