019. Perséfone: Madrastra.

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El cuervo amaba al picaflor,

-Sé que tú la tienes,- Él se detiene al oírme hablar, y lentamente, se voltea. Vino a hablar con Hades, por sus deberes y la forma en que parecía estar dejandolos de lado, pero se encontró primero conmigo.

-No sé de qué hablas,- Responde él, mirándome a la cama.

Recuerdo brevemente mi ida al hogar que Nico tiene en el Inframundo, hace dos días. Todo estaba en silencio, y subí de igual forma las escaleras que llevaban al segundo piso de esa casa estilo italiano en el siglo XX, aquella casa que sin lugar a dudas llama la atención en el Inframundo.

En el segundo piso, entré directamente a la habitación de Nico. Allí, sobre la cama, estaba mi hermana menor, completamente desnuda y dormida.

Baje rápido, sólo entonces notando las plantas vivas que estaban en el hogar de Nico.

-Sabes perfectamente de lo que hablo, -Le respondo,- Mi madre está histérica porque no sabe donde está, ¿Qué crees que piense cuando sepa que tienes a su hija encerrada en el Inframundo?

-"Otra vez.".

Hace amago de seguir con su camino, pero lo detengo.

-Nico, -Le digo,- Si Cassandra no ha vuelto al Inframundo esta noche, le diré porqué te convertiste en un dios.

-Perséfone, -Me dice, sin volver a verme,- Cassandra se marchara pronto, ella ya lo ha decidido así y no soy quien para negarle su libertad... Siempre es bueno saber que puedo contar contigo para guardar secretos.

-Que interesante es que ahora te importe su libertad.

-Mira quien habla.

-o-

Granada | Fruta Prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora