—Tócame.
Nico la toma por la muñeca, y la trae al interior de la cabaña. Cierra la puerta sin preocuparse de si alguien acaba de ver la figura delgada de Cassandra entrar.
Se acerca a ella, ahora de pie en medio de la cabaña, pero no demasiado. Él es alto, ella no, y se alza frente a ella cómo una figura intimidante que quiere devorar.
—Hace tres noches dijiste que...—La mira detenidamente. Lleva una playera del campamento, y unos shorts, y va descalza. Su cabello está suelto, y la piel brilla de sudor en esa noche de verano. A Nico le da la impresión de que nunca se había visto tan humana desde que la conoció,— Dijiste, básicamente, que me olvidara de esto.
—Lo sé, —Lo mira fijamente a los ojos, y sus mejillas se ven invadidas de color entonces,— Pero me di cuenta de que no... No puedo hacer esto. No te quiero ver con él.
Para la última frase ya no lo mira a los ojos. Hay algo en confesar su crueldad que la hace sentir avergonzada, no debería querer esto.
Nico, por otro lado, entiende perfectamente la confesión. Las personas sólo confiesan sus secretos más oscuros antes de pedir que se les amé. Es la forma de decir “Aquí estoy, con todo lo malo, y quiero que lo sepas si decides amarme”
—¿Y que es lo que quieres, Cassandra?— Da dos pasos más cerca, pero es Cassandra quien termina por eliminar la distancia entre ellos dos, cuando envuelve sus brazos alrededor de su cuello.
—Quiero...—Sus ojos se fijan en los labios de él, y se queda allí un segundo,— Quiero que me toques.
Sus labios envuelven los de ella rápido, casi torpes de la ansiedad.
Está extasiado y ni siquiera la ha tocado más que la última vez. Cassandra da un saltito y queda colgando de la cadera de Nico, quien coloca sus manos bajo sus muslos para sujetarla cerca de él.
La apoya contra la pared para ayudarse a sostenerla, y basta con un segundo que se separa de ella para que Cassandra jale de su playera y pronto la elimine del camino, al igual que él hace con la suya.
Nico la sujeta por la cintura, y la deja sobre la cama más cercana que hay.
—No llevas sujetador,— Murmura él, aún de pie, con la vista fija en ella.
—Iba saliendo de la ducha, cuando decidí venir, no creí necesario ponerme más ropa si ya ibas a quitarla—-
Lentamente, desabrocha su short, pero lo deja en su lugar,— la ropa interior está sobrevalorada, ¿Sabes?La ropa de ambos desaparece rápido, y los besos se hacen más desesperados a cada segundo que pasa.
—Nico...— Murmura ella, dejando besos en su cuello tenso, las manos de él recorrido todo su cuerpo por primera vez — Te necesito, Nico.
Cassie sostiene la respiración cuando su cuerpo recibe a Nico, que siente que ese poco de cordura que le quedaba se desvanece apenas Cassandra deja salir un gemido.
—Cass...—Murmura él, con una expresión de sorpresa que, a su vez, sorprende a Cassandra,— Tú nunca has...
—Pode...Podemos hablar de eso después,— Une sus labios a los de Nico, y siente el dolor abandonarla rápidamente,— Por favor... Después...
Nico decide obedecerla, y apoyando su frente contra la de ella, sujetando su cintura con una mano, comienza a embestir a un ritmo que acomoda a ambos.
Cassandra abre lentamente los ojos, con el sol molestando directo en su cara.
Procesa un segundo como es que, dentro de toda la cabaña de Hades que está completamente oscura, el único rayo de luz viene a dar de lleno en su rostro... Ahí es cuando comprende que él lo sabe.
![](https://img.wattpad.com/cover/144543860-288-k769064.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Granada | Fruta Prohibida.
Fanfic"¿Qué crees que dirá mi madre cuando se entere?" "¿Honestamente? Creo que dirá "está pasando otra vez"" O Nico se enamora de la (nueva) hija favorita de Deméter, le hace daño a alguien y termina siendo un dios.