035. Perséfone: Proteger

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Entonces, y cuando quiso despertar,

-¿Qué fue eso?- Intento ocultar mis celos, honestamente ridículos, en curiosidad. Miro a mi hermana, cuya disposición inmediatamente me dice que me va a tratar como histérica,- ¿Qué está pasando, Perséfone?

-Cass, Cassie,- Me toma delicadamente por los hombros, y mira a mis ojos de manera casi suplicante,- No fue nada, estás imaginando cosas.

-¡Es que si pasó algo!- Exclame, con el rostro ligeramente caliente y enrojecido de rabia.

-Cassandra,- Me mira, irritada y con el tono de voz de quién está tratando con un niño en medio de una rabieta- es idea tuya, no tienes nada de lo que preocuparte.

-Ella me iba a decir algo,- Paso las manos por mi cara,- Y tú y él nos alejaron, ella tenía algo que decirme, ella--

-Ella nada.- Le interrumpe su hermana,- Es sólo una semidiosa, ¿Qué importa lo que tenga que decir?

-¿Sólo una semidiosa? Yo soy sólo una semidiosa, ella salvó el Olimpo múltiples veces, claramente si hay algo que ella quiere decirme es importante.

-Cass, confía en mi, aún no es momento--

-¿Momento de qué?

-Momento de hablar de estas cosas,- Me mira fijamente, y habla entre dientes -Te he dicho que confíes en mí, hazlo.

-¡No!- Le grito, ya cansada,- Ella sabe algo, algo que tú no quieres que sepa, y Nico no quiere que sepa.

-Hazme caso,- Me sostiene por el rostro, bruscamente, acto que me hace pasar de la rabia al miedo. En mi experiencia, un dios que es violento siempre puede haceme daño,- Hazme caso, por una puta vez, Cassandra.

Me suelta, y decide marcharse.

-¿Qué fue sido eso? ¿Por qué te dijo 'Séfone?

No son celos. No del todo.

-¿Acaso haces todo esto por celos?

-Que celos ni que nada, -Me crucé de brazos,- No tendría motivos para estar celosa, sólo quiero saber que pasó.

Perséfone se para frente a mi, y con voz sumamente fría vuelve a hablar.

-Si insistes en este tema, Cassandra, le diré a madre de tu amorío, te aseguro que le fascinara.

-No hay ningún--

La cachetada no duele tanto, quizá porque sólo puedo pensar en que mi hermana me golpeó, y eso es algo que no pasa, que no haría mi hermana, porque mi hermana me ama, me cuida, es la única en la que confío, y ella no me golpearía, eso no es posible.

-Te he visto mirarlo,- Se acerca a ella, y doy un paso atrás,- Te he visto tocarlo, te he visto desnuda y en su cama, ¡Joder!, te he visto tirártelo en un puto campo de flores, Cassandra, y lo único que tenías que hacer era alejarte de él, alejarte de todo esto, ¡Te lo he dicho mil veces!- Me toma fuertemente por los hombros. Va a dejar una marca,- ¡Solo quiero protegerte, y solo lo haces peor!

Me suelto de su agarre, y nos miramos en silencio por unos segundos. Perséfone, finalmente, se da media vuelta y hace nuevo amago de marcharse.

-¿Quieres que confié en ti?- Perséfone se detiene, y es que si ella no sabe detener las discusiones, tampoco sé hacerlo yo,- Entonces dime por qué todo el mundo actúa como si Hades te secuestro, cuando la verdad es que fuiste a propia voluntad con él.

-o-

Granada | Fruta Prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora