040. Deméter: Maternal.

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A su lado eternamente,

-¿De donde has sacado esa idea, Cassandra?- Los ojos de su hija se clavan en su rostro, con el ceño fruncido.- ¿Quien te dijo eso?

-Mamá,- Vuelve a poner los ojos en blanco, y a pesar de que sabe que detesta que haga eso, decide no regañarle.- Eso lo dice todo mundo, todos lo saben-

-¡Pues no es cierto!- Exclama, molesta.- No quiero que vuelvas a repetir eso, Cassandra, son mentiras, son cosas que los demás dioses dicen porque no tiene nada más que hacer, así que no vuelvas a decir una cosa así en tu vida.

Cassandra clavó los ojos en el suelo, entonces Deméter la abrazó.

-Ay, hija,- Se lamentó, acariciando su espalda con cariño.- No hagas caso a esas cosas.

-Siempre lo dicen, mamá.- Tenía lágrimas en los ojos, y se oía triste.

-Pero es mentira.

-'Séfone dice que--

-¿Perséfone también sabe de esto?- Por segundos ella no respondió, y su madre repuso.- Sólo lo dicen porque también querrían tener un hijo para amar tanto como yo te amo, querida.

Pasó los dedos por los cabellos de su hija, dejando flores a su paso.

Divisó las flores, rojas como la sangre, creciendo por la ventana del dormitorio.

Cada vez que Cassandra sentía cosas extremas, mucha tristeza, mucho enojo, etc., aparecían sus flores rojas.

-o-

Granada | Fruta Prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora