058. Cassandra: La Impulsiva.

469 73 3
                                    

Pero decisión apresurada,

Intenté detenerla. Es imposible. Mis palabras parecen no hacer efecto en ella, y está tan enojada que no me atrevo a tocarla, arriesgar que esa rabia encuentre objetivo en mi. 

Camina directamente al castillo de Hades, y yo voy justo detrás, en todo momento intentando convencerla de que se detenga, de que respire, de que me diga que cosa pasó, que por qué está tan enojada. Mis esfuerzos se doblan cuando la veo caminar, furiosa, en dirección a los jardines de Perséfone.

Se nota puede pensar claramente, y está obviamente molesta,— el cambio de actitud antes de la reunión y después hacía obvio lo anterior. No se va a detener, no creo que tenga la fuerza de voluntad para hacerlo.

—Perséfone,— Dice con voz fuerte cuando llega a los jardines, pero afortunadamente no está allí.

El alivio en mí dura poco, porque pronto se marcha de los jardines y comienza a caminar hacia otro sitio.

—Cassandra,— Estoy intentando razonar con ella pero veo que será en vano,— Nos vas a meter en problemas, van a saber que estabas aquí, que me pediste el favor, ¿Cómo vamos a explicarlo?

Su hermana sabe de nosotros, es cierto, pero una cosa es hacer oídos sordos a algo que sólo has visto un par de veces y otra, muy distinta, es que ese secreto se presente descaradamente.

—Quien va a dar explicaciones no somos nosotros,— Me dice ella, enojada.

Mierda, mierda, mierda.

—Cass,— La sujeto, con fuerza, por el brazo, y ella se detiene en seco al sentirlo,— Cálmate, por favor.

—Nico,— Su voz denota su enojo, y algo más,— Suéltame.

Recuerdo que lo que me dijo la última vez que sujeté su brazo con fuerza. Lo que no dijo esa noche, dónde fue más cierto que nunca, pero si dijo después.

"Me estas haciendo daño."

La suelto rápidamente.

Lo intenté, ¿Si? Está claro que intenté saber su motivo para estar molesta y evitar un quiebre en su relación con mi madrastra, quiebre que definitivamente era un punto a favor para mí.

—Perséfone,— Dice con voz fuerte y clara cuando entra al salón del trono. Allí están Hades, Perséfone, un par de deidades menores, seres diversos y sirvientes. El público no detiene a Cass,—.Nóvikov te manda saludos. Creo que te extraña en su cama y la hija que te hizo.

-o-

Granada | Fruta Prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora