Capítulo 2: Blood's drought

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~Matthew~

Tras dejar anonadados a todos mis compañeros y al profesor de historia con mi aportación inconsciente del Tratado de San Ildefonso, Jason Jay se levanta de su silla para gritar "¡fuego!" antes salir corriendo de clase.

Me he dado cuenta al verlo entrar. Quizás él todavía no lo haya descubierto, pero sin duda alguien lo ha convertido en hombre lobo. Tengo que contárselo a Thomas. No hay lobos en esta zona desde que el Clan se estableció en la ciudad. Ian los expulsó o los mató a todos, así que es imposible que alguien pudiera convertir a Jason en uno. Pero ahí estaba ese olor a perro mojado.

– De acuerdo, chicos. Esto no es un simulacro. Ya sabéis cómo va, formad filas de uno y no guardéis nada en las mochilas.

Mi problema no era guardar algo, sino sacarlo. Al parecer, una bolsa para desayunar no ha sido sustento suficiente para todo el día. Por alguna razón, imagino que la presencia de Jason, mi cuerpo vuelve a arder con la sed de sangre. Esta vez es más fuerte. Así que rápidamente abro la mochila para sacar una bolsa que esconder bajo mi ropa.

«No. No. No. ¡Mierda! ¿¡Dónde está la bolsa!? ¿¡No he pillado ninguna bolsa!?» me pregunto, rebuscando ansiosamente en el interior.

Comienzo a escuchar los latidos de los corazones de mis compañeros y sé que esa es una mala señal. Quizás alguno esté más asustado del fuego de lo que debería para haber entrenado tanto con simulacros estos cuatro años de instituto, pero eso no es más que un pequeño obstáculo para mí. No tengo por qué perder el control.Hace mucho tiempo que no lo pierdo, incluso en sequía como ahora.

Corro a velocidad sobrenatural hasta mi taquilla y abro la pequeña nevera portátil escondida entre mis libros y asegurada con un código de cuatro dígitos en el que escondo algunas bolsas en caso de emergencia. Pero también está vacía. ¿Cómo es posible?

La sed va en aumento y cada vez me es más difícil controlar mis impulsos. Escucho un latido solitario. Y no puedo evitar seguirlo. Es de una chica de primero que anda sola en el lavabo de chicas. Su sangre huele a caramelo. Al darme cuenta, me encuentro a su espalda, pero no sabe que estoy ahí porque no me reflejo en el espejo. Justo cuando va a darse la vuelta, hinco mis colmillos en su cuello.

Sus gritos se acumulan en la garganta, formando un nudo que no llega a ninguna parte. Cuanto más me alimento, más débil siento su cuerpo entre mis brazos. Debo parar. Tengo que parar o voy a matarla.

Pero tengo sed. Mucha sed. Tanta sed que, por un segundo, no me importa dejarla sin vida. Pero no soy así. Ya no. Hace tiempo que dejé de matar y hoy no voy a romper esa racha. Así pues, tomo toda la fuerza que tengo y me desengancho de su yugular, tratando la herida con mi propia sangre. Una vez desaparece, la dejo sentada en uno de los inodoros y salgo de allí sabiendo que no va a pasarle nada, ya que la encontrarán antes de que el fuego llegue a acercarse.

Tal y como sospecho, en cuanto extinguen las llamas y los bomberos están a punto de irse, uno de ellos sale del edificio con mi víctima en brazos. Pero, lo que escucho me llena de un terror que no había sentido en mucho tiempo.

– ¡Al hospital, rápido! ¡Esta chica está muy débil! ¡Si no hacemos nada pronto, se va a morir!

Incapaz de permitirlo, salgo corriendo hacia casa. Abro la puerta sin detenerme, por lo que apenas parece que se haya abierto. Necesito encontrar a mi padre y contarle lo ocurrido. Necesito su ayuda. Nadie puede saber que a esa chica le han drenado la sangre. Y solo mi padre puede ocultarlo al trabajar en el hospital.

– ¡Tom! ¡Tom! ¿¡Dónde te has metido!?

Conocí a Thomas en Londres de 1800. Desde entonces, hemos viajado juntos y me ha cuidado como si fuera mi Sire. Para mí es como un padre y, aunque los humanos lo creen así, él odia que le llame papá. Esto es así porque fue convertido con 38 años. De hecho, su novia también es una vampiresa, a la que conocimos veinte años después ya en Estados Unidos, renacida a los 35, por lo que se hace pasar por mi madre.

Amor Entre Sombras [Remastered]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora