Capítulo 18.1: Favorite place.

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~Thomas~

Mientras ando en la cocina, preparando un pequeño festín para nuestros invitados, el timbre de casa resuena por todas las salas, sorprendiéndome. No espero ninguna visita más. Matthew se acerca a la puerta. De repente, oigo un gruñido.

– ¡Un hombre lobo! —Exclaman mis dos invitados, haciéndome salir de la cocina.

Tal y como ha exclamado, frente a la puerta se encuentra el chico del que Matthew nos ha hablado. Josh y Raúl, mis amigos, saltan sobre él, pero son derrotados de un golpe. Los ojos amarillos del hombre lobo quedan fijos en los míos y en los de Sheila y, por un segundo, creo que nos va a atacar.

Pero Matthew se interpone, abrazándolo de una forma que llama nuestra atención. No es un abrazo amistoso, sino algo mucho más íntimo. Mi novia me mira a los ojos, algo sorprendida, pero ninguno de los dos dice nada.

Tras invitar al muchacho a cenar y recoger a mis amigos del húmedo jardín, le pedimos a Matthew que le preste algo de ropa para que pueda ducharse, ya que ambos vienen empapados del exterior.

– Matthew y Jason...

– Creo que Jason es como Simon, Sheila. Creo que a Matthew le gusta el hombre lobo.

– Wow, Ian se va a poner hecho una furia... Al menos sus ojos son amarillos, así que no tenemos que preocuparnos porque sea un asesino o haya matado a alguien tras su conversión...

– Sí... Aunque, hay algo más. Hay algo en él que me es familiar... Creo que Jason es más especial de lo que nuestro chico nos ha contado...

Poco después, Matthew y Jason salen de la ducha, por lo que le pido a Jason que me ayude con la cena para poder conocerlo un poco más. Aunque no saco nada en claro, lo cierto es que descubro que es un gran chico que ha sufrido pérdidas importantes desde bien temprano y que apenas hace un mes que fue convertido.

Lo que más me sorprende es lo empático que muestra ser. A pesar de hablar de Ian y de contarle muy por encima la historia de Kat, parece comprender las motivaciones que llevaron a mi mejor amigo a masacrar a los hombres lobo de la zona.

Y, puedo ver que Jason tiene una gran estima hacia Matthew. Incluso podría decir que siente el mismo grado de fascinación que el vampiro siente por él, algo que me enorgullece por alguna razón. Quizás, fingir ser el padre de Matthew durante tantos años me ha hecho quererle como tal.

Una vez terminamos de cocinar, nos sentamos todos en la mesa. Aunque ninguno habla, el ambiente no parece del todo incómodo. Finalmente, tras un poco de esfuerzo por mi parte, encontramos un tema del que conversar. Al terminar de cenar, me percato de que se está haciendo tarde y, de acuerdo con las cosas que Jason nos ha contado sobre sí mismo, su madre debe estar preocupada de no saber nada de su hijo.

Cuando se lo recuerdo, el hombre lobo sale disparado hacia el piso superior, imagino que para llamar a su madre. Cuando regresa, parece cohibido y avergonzado por alguna razón. Tras preguntarle por la llamada, nos confiesa que su madre ha creído que nuestra invitación a cenar y a ducharse al estar empapado por la lluvia también significaba que Jason iba a quedarse a dormir.

Y, a Sheila y a mí no nos importa que lo haga, incluso si Ian termina descubriéndolo. De hecho, Sheila parece muy contenta de que el hombre lobo se quede a dormir. Quizás se deba a que ha estado molestando a Matthew toda la noche con el tema de la chaqueta de fútbol de Jason.

Tras ganar dos partidas de póker a pesar de descubrir cómo se juega justo ahora mismo, Jason y Matthew deciden dar por terminada la noche para conversar sobre unos temas pendientes. Josh, Raúl, Sheila y yo jugamos una partida más.

– Esos dos son más que amigos, ¿verdad? —Pregunta Raúl, de repente— La forma en la que se han mirado durante la cena y el corazón acelerado de Jason cuando hablaba de las cosas que ha hecho hoy...

– Creemos que Jason es tan importante para Matthew como lo fue Simon en su momento.

– Un vampiro enamorado de un hombre lobo... ¿Os dáis cuenta de lo loco que suena?

Sheila ríe, consiguiendo la victoria. Al mirar por la ventana nos percatamos de que ha dejado de llover, así que mis amigos aprovechan para marcharse, una vez vuelven a prometernos que no dirán nada sobre Jason. Sheila y yo subimos hasta nuestra habitación, escuchando ruidos en la terraza. Al mirar por la ventana, veo a Jason saltar al tejado.

– ¿Son los chicos? —Me pregunta Sheila, mientras se unta la piel con una crema hidratante.

– Sí. Es la primera vez que Jason viene a casa y Matty ya le ha enseñado su lugar favorito...

– Vaya, así que es mucho más especial que Simon. No creo que le hubiera enseñado a su creador las vistas desde el tejado la primera noche que pasan juntos.

– Ya... Yo también lo creo.

– ¿Estás pensando en Ian?

– Un poco. No quiero que conozca a Jason, Shei... No quiero que se acerque al muchacho y, mucho menos, que le haga daño...

– No se lo permitiremos, Tom. Jason es un buen chico... No merece el odio de ese hombre. Ian debe aprender a dejar el pasado atrás. Tú lo hiciste.

– ¿Me odias, Sheila?

– Ya sabes que no. En su momento me dolió mucho que tuvieras una aventura con Kat... Pero te perdoné porque eres un buen hombre. Eres cariñoso, un padre increíble para Matthew y, sobre todo, tienes un gran corazón. No te perdoné porque me amaras a mí también o porque yo siguiera amándote incluso después de tu traición... Si no porque sé que tu arrepentimiento es real y sé que no volverás a hacerlo. Que si conoces a alguien por la que sientes lo mismo que sientes por mí o sentías por Kat... Que lo hablaremos largo y tendido y decidiremos juntos si rompemos o seguimos juntos.

– Te quiero, Sheila...

– Yo también.

Y, tras un largo beso en los labios, nos tumbamos en la cama para dejar a los muchachos su intimidad. Hasta que una gran explosión llama nuestra atención, haciéndonos salir a la terraza.

– ¡Mamá! —Grita Jason, saltando desde lo alto del tejado hasta el suelo firme.

Amor Entre Sombras [Remastered]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora