~Jason~
Mi cabeza duele tanto que mis ojos apenas permanecen abiertos un par de segundos. La sensación de sangre seca en mi boca acaba de volverse muy agobiante y el hecho de que solo ando en ropa interior no me ayuda en absoluto. No sé qué ha pasado ni cómo he llegado hasta aquí, pero sé quien puede darme respuestas. Al menos, de ciertas cosas de anoche.
Levantarme no es tarea fácil. Me duelen todos los huesos y tengo un morado gigantesco en la costilla derecha, como si alguien me hubiera golpeado con fuerza. Lo único que sé seguro es que esa noche no tuve ninguna pesadilla, aunque no estaba seguro de que no me hubiera convertido yo en una.
Creo que nunca me he sentido tan humillado como me siento ahora mismo, corriendo por las calles hasta llegar a mi casa. Ni siquiera en situaciones en las que los populares me han insultado, he sentido tanta vergüenza como la que siento en este preciso instante. Al llegar, me percato de la presencia de mi madre, por lo que imagino que todavía no es demasiado tarde en la mañana.
Al no tener mi ropa encima, no tengo ni móvil ni llaves. Por suerte, guardamos una copia bajo una de las macetas, en caso de emergencia. Y, éste, sin duda era uno de esos casos. Aunque ando en silencio para no llamar su atención, la alterada voz de mi madre me da a entender que me ha pillado.
– ¡Jason! ¿¡Qué te ha pasado!? ¿¡Por qué vienes en ropa interior!? ¿¡Eso es un moratón!?
No tengo respuestas válidas. Podría decir que me han robado la ropa, pero tendría que dar tantos detalles que mi historia se volvería inverosímil y no convencería a nadie de ello. Así pues, me encojo de hombros y subo a mi habitación sin dar ninguna respuesta clara.
– ¡Jason! ¡Te he hecho una pregunta!
– Lo sé, mamá. Pero tengo que ir a clase... ¿Qué hora es?
– Las ocho. Llegas tarde a primera hora...
Al escuchar las palabras de mi madre, decido darme prisa. Nunca he llegado tarde. Las veces que he faltado han sido justificadas por un médico, por lo que nunca he tenido un retraso o una ausencia en mi registro de asistencia. Hasta ahora. Si ser un hombre lobo iba a fastidiarme mi educación, no estoy muy seguro de querer serlo en primer lugar. ¿Aunque acaso hay una forma de curarse?
Abro el armario, tomo ropa nueva y me visto en dos rápidos movimientos. Espero que todas mis cosas estén en casa de Alice porque eso significa que la muchacha me las ha llevado a clase. Y, hablando de Alice, necesito verla lo antes posible para preguntarle sobre lo ocurrido. Necesito saber si la sangre que tengo en la boca es mía o de alguien más.
Tras beber un vaso de agua para quitarme ese horroroso sabor a hierro, salgo corriendo hacia el instituto. Al llegar, paso sigilosamente por delante del secretario y la directora sin que me vean. Escondido tras la puerta en la que tiene lugar la siguiente clase, espero a que el profesor termine la suya y, así poderme colar para fingir ser el primero en llegar.
El timbre suena indicando el fin de la clase y los alumnos comienzan a salir. Justo cuando voy a entrar, escucho la voz de Alice a mi espalda. Al darme la vuelta, veo como corre hacia mí, así que abro los brazos para estrecharla entre mis brazos.
– ¿¡Dónde estabas!? ¡Me tenías preocupadísima!
– Me he despertado en el campo de fútbol... En calzoncillos.
– ¿El campo de fútbol? Anoche no fuimos allí, no al menos cuando yo estaba despierta. Me quedé dormida sobre tu lomo y me he despertado en la cama del granero como si me hubieras dejado allí. Irías después, supongo.
– No sé... Toda la noche está en blanco para mí.
– Y lo de los calzoncillos... Al parecer tu cuerpo es más grande cuando te conviertes en lobo, por lo que los rasgaste todos. Aquí tienes tu mochila, dentro está la ropa, y tu teléfono móvil.
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Amor Entre Sombras [Remastered]
RomanceEn este mundo existen criaturas ocultas en las sombras. Seres inmortales que conviven con nosotros y cuyos orígenes desconocemos. No sabemos cuándo llegaron, ni cuáles son sus intenciones. Algunos actúan como presas, otros como depredadores. Y, lue...