~Emma~
Miro el reloj por décima vez esta noche y marco el número de mi hijo. Pero, como las veces anterior, salta el contestador automático. Son ya casi las diez de la noche y Jason todavía no ha vuelto del entrenamiento de fútbol. Si eso no fuera ya de por sí preocupante, el diluvio que cae desde hace unas horas llena mi mente de pensamientos horribles en los que mi hijo ha podido sufrir un accidente de tráfico por la poca visibilidad de los coches.
De repente, mi teléfono suena y, al ver que se trata de Jason, lo cojo al instante, completamente aliviada de saber qué está bien.
– ¡Jason Jay! ¿¡Dónde estás!? ¡Estoy preocupadísima! ¿¡Sabes cuántos mensajes y cuántas veces te he llamado ya!?
– ¡Lo siento, mamá! —Exclama mi hijo, arrepentido— ¡Tenía el teléfono en la mochila y se me ha olvidado avisarte! Estaba con Matthew, así que lo acompañé a casa pero, como llovía, sus padres me invitaron a darme una ducha y a cenar. Siento mucho no haberte llamado antes...
Matthew. ¿El mismo Matthew del que Jason lleva hablándome desde primer curso de instituto? ¿El mismo Matthew que lo animó a hacer las pruebas de fútbol? ¿El que se hizo popular y pareció olvidarse de él? ¿El que ahora lo ayudaba con algunas cosas de clase?
– Está bien, hijo, ahora ya estoy más tranquila sabiendo que estás bien... Pero, ¿Matthew? ¿El chico popular del que me has hablado? ¿El que te está ayudando estos días después de tanto tiempo hablándome de él?
– No sé si tanto tiempo... Pero sí, mamá. Es ese mismo.
– Hijo, me hablaste de él el primer año de instituto... Creo que eso es mucho tiempo. Aunque me alegro de saber que ahora sois amigos, por fin... ¿Entonces te quedas a dormir, no? Vale, pues te dejo estar con ellos. Buenas noches, cielo...
– P-pero, mamá...
Cuelgo el teléfono, asegurándome de que me haya escuchado darle permiso para quedarse a dormir con Matthew. Aunque no me lo ha admitido todavía, estoy segura de que mi hijo siente algo por ese otro chico. La forma en la que me habla de él y cómo sus ojos se iluminan cuando me cuenta lo que han hecho durante el día son algunos de los indicios que me hicieron creer de esa forma.
Tras fregar mi plato y guardar el que había hecho para Jason en la nevera, subo las escaleras para lavarme los dientes y acostarme en mi cama. Lo cierto es que últimamente estoy más cansada de lo habitual, por lo que no tardo en cerrar los ojos y dormirme.
Un estruendo cercano me despierta de repente. Veo luz procedente del piso de abajo, por lo que me pongo las zapatillas de estar por casa y bajo las escaleras, descubriendo una gran humareda negra que ocupa todo el piso inferior. En la cocina percibo las sombras de lo que parecen ser unas llamas. Incapaz de poder abrir la puerta de entrada, corro hacia la puerta del jardín trasero, pero tropiezo con una de las alfombras del salón.
He tragado tanto humo que mi vista se nubla y las formas a mi alrededor comienzan a distorsionarse. De repente, veo que algo brilla en el suelo, por lo que me arrastro hasta acercarme al misterioso objeto. Es un colgante, con una piedra atada que emite una luz azulada muy intensa y bonita.
Cierro el puño con fuerza, permitiendo que la luz me rodee, pero el humo es tan denso que siento mis párpados cerrarse, volviéndolo todo negro.
~Melf~
No tengo escapatoria. No tengo salvación. Shax ha vuelto a aparecer frente a mí, ordenándome una nueva misión. Mi propósito es claro: tengo que entrar en casa de Jason y robar el colgante de la bruja. El colgante que le ofrecerá a mi señor la energía suficiente como para romper el velo que le impide estar en este plano de forma completa. Solo así podrá hacerse con el alma del hombre lobo.
Entro a la casa en silencio, yendo de forma directa a la habitación de Jason. Al parecer, la madre de Alice le dio el colgante para que lo guardase y se lo regalase a la bruja el día de su cumpleaños. Busco por todos lados, incapaz de encontrarlo.
No lo comprendo. Shax lo sabe todo y si dice que el colgante está en esta habitación, entonces lo está. Pero, ¿dónde ha podido esconderlo Jason para que no pueda encontrarlo en ningún lado? Me percato de los pósteres colgados en una de las paredes y decido buscar en ellos, pasando la mano por encima.
El colgante tiene una piedra atada a la cadena, por lo que produce un bulto imposible de ocultar si aprietas con la mano. Finalmente, encuentro lo que ando buscando en un póster con el emblema de los Halcones del Mercy Grace.
Habiendo conseguido mi objetivo, bajo las escaleras con la intención de salir de allí antes de que el hombre lobo vuelva a casa. Pero la voz de Shax me paraliza. Sus órdenes fueron claras, y su presencia en el salón lo es mucho más. No me permite irme hasta que complete mi misión, pero no quiero.
– Incendia la casa, Melf. Haz que parezca un accidente en la cocina.
«No, por favor... Ya tengo el colgante, mi lord, déjame ir.» me digo a mí mismo, con la intención de que el marqués se apiade de mi alma. Mi cuerpo se mueve por sí sólo, como si fuera una marioneta y Shax fuera mi titiritero. Entro en la cocina y uso mis poderes para sobrecalentar la caldera. La explosión que causa hiere mis sensibles oídos y las llamas comienzan a arrasarlo todo. Libre, al fin, salgo de la casa tambaleándome de un lado a otro, chocándome con la barandilla de las escaleras de la puerta trasera, por la que he entrado.
Incapaz de creer lo que acabo de hacer, corro hasta el lago donde vive Aria y me siento encima de la misma piedra a esperar que aparezca. Pero no lo hace. Rebusco en mis bolsillos el colgante con la intención de lanzarlo a lo más profundo, pero me percato de que no lo tengo. «Oh, no, ha debido caerse cuando me he chocado con la barandilla... ¿He destruído la casa de Jason para nada?» me pregunto, llamando una vez más a Aria, sin éxito.
Porque, después de lo que he hecho, ¿quién iba a quedarse a mi lado? Cuando esos tres descubran que soy el causante de todo, me quedaré completamente sólo en este mundo. Ni siquiera puedo confiar ya en Shax. Aunque, desgraciadamente, me he dado cuenta demasiado tarde.
Ya no tengo salvación.
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Amor Entre Sombras [Remastered]
Любовные романыEn este mundo existen criaturas ocultas en las sombras. Seres inmortales que conviven con nosotros y cuyos orígenes desconocemos. No sabemos cuándo llegaron, ni cuáles son sus intenciones. Algunos actúan como presas, otros como depredadores. Y, lue...