Capítulo 29: Popie.

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~Matthew~

Iba de camino a casa cuando Jason me envió un mensaje citándome en el hospital. No podía creer que quisiera escucharme, pero iba a aprovechar cualquier oportunidad para hacerle ver lo mucho que lo amo.

Aunque la sorpresa me la llevé yo cuando él fue en primero en decirlo después de contarle mi versión de los hechos. Pasamos el domingo juntos y nos despedimos por la noche después de intentar convencerle de que se viniera unos días a mi casa. Sobre todo, porque Ian sabía dónde vivía y todo lo que había estado pasando estas semanas.

Ya es lunes y es hora de volver al instituto después de la fiesta de Mark. Nada más llegar, todas las miradas de los alumnos del Mercy Grace se clavan en Jason, quien se encoge de hombros, continuando con su marcha como si nada. Observo que algunos cuchichean sobre su jugada final o las cosas que han visto en redes sociales. Incluso escucho suspiros de deseo por parte de chicos y chicas por igual.

¿Es posible que Jason sea popular? ¿Es posible que, después del partido del viernes y la fiesta del sábado, la gente haya comenzado a considerarlo como uno más del grupo de los populares?

– ¡Popie! —Exclama Erik, al vernos, acercándose a nosotros más amigable que de costumbre— Al final me gustó el apodo, así que decidí no cambiarlo.

– Ah, qué bien... —Responde Jason, inseguro de cómo sentirse— ¿Qué tal estás?

– ¡Bien! ¡Con ganas de hacer otra fiesta el viernes! ¿Ahora ves lo que te has estado perdiendo toda la vida?

«¿Menores en estado de embriaguez e incumplimientos de la ley cada diez segundos?» me pregunto, forzando una sonrisa mientras Jason responde cordialmente, tratando de deshacerse de Erik.

– ¿Es cierto que te llevaste a uno del equipo a la habitación de invitados, Alice?

– Eh... No duró mucho, salió corriendo poco después.

– Es que Mario es muy débil y tú pareces bien salvaje...

– Erik. —Le recrimina su amigo, dándome cuenta de que no está solo. ¿Lleva todo el rato ahí? Wow— No seas así.

– Oh, no te preocupes... Sí, soy bien salvaje y muy peligrosa. Así que no me toques los ovarios o te dejo sin tus microscópicos genitales.

Alice es la primera en seguir caminando, por lo que Jason y yo decidimos que ya no hay lugar a la cortesía y seguimos a la muchacha, quien explota en carcajadas una vez llegamos a las taquillas.

– ¿¡Habéis visto su cara cuando le he dicho que sus genitales son microscópicos!? ¡Me parto!

– No seas tan mala, Alice... El pobre muchacho solo tiene una neurona. Su cuerpo no dio más cuando fue formado durante el embarazo de su madre.

– Chicos, no seáis infantiles. —Digo yo, seriamente— Demostrad que tenéis más edad que él, aunque no es difícil porque parece un crío de cinco años.

Echamos a reír, recogiendo todo lo que necesitamos del interior de nuestras taquillas y caminamos juntos a clase. Es entonces, cuando nos damos cuenta de que las mesas de Alice y Jason están ocupadas por dos personas que solían estar sentadas más atrás. Y es que las animadoras le han dejado un asiento a Alice, mientras que los del equipo de fútbol nos han dejado dos asientos libres uno al lado del otro para Jason y para mí.

El profesor entra y, aunque se sorprende al ver los cambios en los asientos, no dice nada. Las clases van pasando y Jason y Alice parecen adaptarse bien al estar en el medio de las aulas y no es un lateral hacia la zona delantera, como solían estar. Aunque al principio es un poco agobiante para ellos, ya que se distraen con más facilidad.

Amor Entre Sombras [Remastered]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora