21. Desenfreno

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Nos miramos unos segundos y me retiro de la puerta, pasa con su equipaje sin decir palabra.

- Hola bebé - le dice a Chris dándole un abrazo y un beso, el se queda paralizado. - ¿Cómo te sientes?

- Bien, estoy mejor - le contesta y posa sus ojos en mí, lo miro desde la puerta sin reaccionar.

Ella observa la sala y sus ojos se detienen en la mesa en donde aún están las velas y la música aún suena, nos mira a ambos.

- ¿Jenny recuerdas a Amanda? - dice Chris.

- Si, del restaurante ¿cómo estás?

- Bien - intento sonreír - ya iba de salida, que tengan buenas noches - me acerco a la mesa, tomo mi cartera y salgo de la casa, prefiero evitar un numerito, no quiero perder la poca dignidad que me queda.

Chris sale detrás de mi y toma mi brazo antes de que suba al auto.

- No sabía que vendría.

- Está bien, no te preocupes Evans, al parecer tú nunca sabes nada - le digo con molestia.

- Disculpame - me dice.

- Me tengo que ir - me suelto de su brazo y subo al auto, no puedo creer que me haya pasado eso, lo sabía, parte de mi lo intuía, pero seguí ahí, dejándome envolver por sus encantos, manejo mientras caen algunas lágrimas.

Llego a casa y me sirvo una copa de una botella de vino que tengo en la nevera y decido llamar a casa, tengo mucho tiempo sin hablar con mi familia y mi amiga Rosy, me estoy sintiendo tan sola.

Luego de largo rato hablando por video llamada, en donde me actualizo en las cosas que suceden allá, no les cuento lo que sucede en mi vida personal por obvias razones, la nostalgia se apodera de mi, me despido y sigo con otra copa de vino, hablo con Jen por mensajes, no le quiero contar lo de Chris, se va a molestar y con razón.

Decido acostarme a dormir, no hago nada sentada pensando en lo mismo, apago mi teléfono, quiero evitar cualquier llamada o mensaje de Evans.

Al día siguiente decido ir a hacer ejercicio, me levanto temprano y voy al parque a caminar, pongo mis audífonos con música y de regreso me siento mejor, preparo una rica lasaña para desestresarme.

Invito a Sebastián a almorzar, después de varias horas cocinando no quiero comer sola, estoy sacando la lasaña del horno cuando tocan el timbre. Abro y es el rumano, con su sonrisa deslumbrante y una botella de vino en la mano.

-¡Hola! - le doy un abrazo, me envuelve en sus brazos y entra a mi departamento.

- Llegaste justo a tiempo, ya saque la lasaña del horno y luce exquisita.

Se frota las manos en señal de impaciencia y procede a abrir la botella.

Comenzamos a comer mientras conversamos.

- Mmmm está divina - me dice con la boca llena.

- Gracias, me alegro que te guste.

- Ayer en la noche fuimos a visitar a Evans - me dice. - Estaba con su novia, pero se veían incómodos - dice mientras se lleva un bocado a la boca, decido contarle lo que pasó, sin detalles, sólo le digo que estábamos cenando y ella llegó.

- ¿Y qué hacías en casa de Evans? - dice riendo - Tranquila no me respondas - dice levantando la mano y visiblemente divertido.

-¿Por qué te ríes? - finjo molestia.

- Porque estás loca por el, y el por ti pero no sé qué le pasa a ese man, creo que la formalidad de esa relación no le permite tirar todo al traste y empezar contigo.

Un Amor Marvel  -Chris EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora