Quince

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Sabía que éste día alguna vez tendría que pasar. Y que tonto fui al tardarme en salir de mi habitación, pero no quería levantarme, mi cama era tan suavecita que simplemente me dejé llevar unos segundos hasta que recordé que Frank ya estaba esperándome abajo.

Tenía mucho sueño y se me antojaba un helado al mismo tiempo, así que me levanté y bostecé pero no por eso dejé de colocarme el pantalón rápidamente. Mi mandíbula había tronado, no sabía si asustarme o dejarlo pasar pero tampoco fue distracción para evitar que Carol se topara con Frank.

Y déjenme decirles que había llegado tarde.

Las castaña lo había dejado pasar, tenía una sonrisa en el rostro como de costumbre y Frank fruncía el ceño confundido. Mikey despertaba ya que se había quedado dormido en el sofá y yo caminé hasta llegar con ellos por detrás. Sólo faltaba que mi prima comenzara a atacar con preguntas.

Y eso fue lo que exactamente eso hizo.

—¿Cómo te llamas?

—Frank.

—¿Eres compañero de Arthie?

—¿Quién?

Frank me miró aún más extrañado y yo mordí mi labio inferior. Quería morir de la vergüenza.

—¿Son de la misma edad?

Ahí fue donde entré en acción, Carol no sé había percatado de mi presencia así que en cuanto hablé dió un respingo.

—¡Hola! Llegaste temprano, que bien, subiremos a mi habitación. No nos molesten porque haremos tarea —interrumpí riendo y lo agarré del brazo para sacarlo de ahí.

—¿Están seguros?

Carol me lanzó una mirada pícara y abrí la boca indignado, ¿por qué me emparejaba con cualquier persona?

No le contesté.

Mikey soltó una risa y todos volteamos a verlo, tenía el teléfono en sus manos y se reía solo viendo la pantalla. Estábamos por volver a nuestra pequeña discusión cuando se levantó y caminó hacia nosotros.

—Escuchen este chiste, está muy bueno.

—No creo que sea buen momento Mikes —dije pero me ignoró.

Solté a Frank y él se cruzó de brazos, no entendía nada de lo que pasaba así que optaba por no hablar y quedarse quieto.

—Entra Jesús a un bar y todos comienzan a partirse de la risa, pero así de una forma escandalosa, entonces él pregunta: "Oigan ¿por que se ríen? Y un sujeto dice; ¡Es que es la gracia del señor! —dijo volviendo a reír como idiota —¿Entienden? ¿ah? ¿ah?

—No le veo nada de gracioso. Creo que fue incluso algo ofensivo.

Carol negó reprochando. Yo quería golpearme la cabeza con algo, quizás con un ladrillo.

—Pfff, amargada, ¿qué tal ustedes, les gustó? —preguntó guardando su teléfono en el pantalón y esperando nuestra respuesta.

Frank negó y yo volví a agarrarlo del brazo para encaminarnos a la planta alta.

—¡Adiós!

Terminando de subir las escaleras el castaño quitó mi mano de el, no me había dado cuenta de que todavía lo sujetaba así que me disculpé y sonreí avergonzado. Abrí la puerta y dejé que entrara primero.

—Lamento todo lo de...

—No importa, algo parecido sucede cuando voy a la casa de Josh —me interrumpió y suspiré aliviado.

—Supongo que debe ser cool ser hijo único.

—No sabía que tenías una hermana.

—Es mi prima.

No le dí más explicaciones y él no las pidió, le di un puff y yo me senté en otro, pero después me levanté para buscar mi mochila. Al volverme a sentar lo ví mirando con detenimiento una de las pinturas que había hecho y que tenía colgado en la pared.

Sentí vergüenza, no voy a mentir.

Sentí las mejillas arder, porque casi no muchas personas entraba a mi habitación así que eran pocas las personas que sabían que dibujaba y pintaba.

Me aclaré la garganta, Frank volteó hacia mí y tensé la mandíbula.

—¿Tú lo hiciste?

—Si...

—¿Qué es?

—Bueno, puedes interpretarlo como quieras. La verdad es que me inspiré en un cómic y eso salió cuando estaba aburrido en una tarde.

Asintió y busqué las páginas donde nos habíamos quedado con nerviosismo.

—Lo haces bien.

—¿Qué?

—Me imagino que los demás cuadros los haz hecho también y se ven muy bien, no sólo parecen garabatos forzados. Tienes talento.

Regresó la vista en sus cosas.

~×~×~×~×~

Al terminar le invité a comer, algo así como una merienda para pausar el estudio, lo cual aceptó a regañadientes. No le dejé bajar por obvias razones pero tampoco me libré de los cuestionamientos de mi familia. En especial de aquellos dos.

Buscaba galletas y otro tipo de golosinas para compartir en lo que ellos me picaban las costillas e insinuaban cosas sobre nosotros.

—¿Cuándo comenzaron a salir?

—No lo hemos hecho —respondí mirando a Carol.

—¿Qué están haciendo entonces?

—Estudiamos química, tonto. Ya te había dicho —le contesté a Mikey.

—¿Por qué no me habías comentado sobre él? —preguntó la castaña y cerró la boca de golpe cuando dejé los alimentos en la barra mirándolos fastidiado.

—Ya paren los dos, les diré algo y quiero que me escuchen bien. Entre Frank y yo no hay y no habrá nada, no me gusta ni yo a él, sólo le estoy ayudando con química para que pueda acreditar correctamente la materia y así quedar libre para su examen de admisión a la universidad. 

Ambos apretaron los labios poco convencidos, Carol me hizo una seña con sus cejas para decirme que alguien estaba detrás de mí y volteé, vi a Frank recargado en el marco de la puerta de la cocina, me había escuchado y tenía una expresión seria en el rostro.

—Tiene razón. Entre nosotros no pasará nada, mientras no tenga que ver con la escuela.

Pasó de largo y agarró su taza de chocolate, asentí y lo seguí de vuelta a mi habitación con una charola de las cosas que iríamos a comer. No volví a escuchar nada de Carol y Mikey hasta que Frank se fue de mi casa pero en ese transcurso nos ocupamos en escucha música y hablar vagamente.  La estaba pasando bien, había olvidado casi por completo lo incómodo que me había puesto momentos antes.


You're ugly too |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora