Cinco

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Las sábanas de la cama estaban enredadas en mis piernas, sólo me encontraba en bóxers y la habitación no tenía tanta luz. Me senté y revolví mi cabello soltando un sonoro bostezo, no tenía tantas ganas de levantarme, Ray nos había traído a la casa a las tres y media de la mañana y tanto mi hermano como yo no nos encontrábamos tan ebrios. De hecho Mikey no había bebido más de tres vasos.

Pero en cambio yo estaba algo adolorido porque con los chicos nos pusimos a jugar entre empujones como los idiotas que éramos, y estúpidamente le hice caballito a Dallon.

¡A la Jifara Weekes!

Negué y me toqué la cabeza, la parte buena de la noche fue que Thom estuvo a mi lado el resto de la fiesta. Hablamos un poco más que de costumbre y eso me bastó para llegar a dormir con una sonrisa en mi rostro.

Me levanté y miré el reloj de mi teléfono, eran pasado de las diez de la mañana y mi estómago hizo acto de presencia, rugiendo. Solamente me coloqué una playera que era dos tallas más grande de lo que soy y bajé a buscar algo de comer.

Caminé hasta la cocina y pelé un plátano que se encontraba en el frutero, busqué algunas cosas más en el refrigerador y me hice el desayuno, suponía que Mikey seguía durmiendo y mis padres trabajaban hasta medio día. Encendí la radio para no sentirme tan solo y comencé a comer como si mi vida dependiera de ello. También tenía demasiada sed. Agradecía que nunca en mi vida me ha dado resaca. 

Una vez terminé todo ese proceso junto con la limpieza encendí mi laptop y me senté en el sofá mediano de la sala. No había rastros de Mikey aún, eso era lo más extraño de todo así que decidí llamarle por teléfono.

—¿En dónde estás? —pregunté sospechando. La casa se encontraba demasiado silenciosa. 

—En el centro comercial —contestó tranquilamente.

—Creí que seguías durmiendo, ¿Con quién, acaso te di permiso?

—Bye mamá.

Y después de decirme así colgó.

¿Por qué Mikey tenía más libertad?

Quizás a mi sólo no me gustaba salir tanto de casa, así que me encogí de hombros. Aún así me quedé con la intriga de su acompañante o lo que sea que estuviese haciendo, al final de cuentas yo era el mayor y era el responsable de las cosas que le pasaran. Entré a Facebook y me entretuve un rato, no tenía tantas cosas por hacer y la tarea que estaba pendiente la haría hasta mañana como buen alumno que dejaba todo a la hora.

Y fue cuando la publicación de uno de mis compañeros llamó mi atención, decía que no podía esperar más para entrar a la universidad.

¿Cómo podía poner eso faltando demasiado tiempo?

Yo me encontraba algo aterrado, pues no sabía aún qué carrera iba a estudiar ni mucho menos en qué universidad la llevaría a cabo. Cerré mis ojos y me froté la sien, cada vez que recordaba el tema me estresaba. Me sentía un poco inútil y bajo presión.

—Carajo.

Cerré el portátil y me crucé de brazos por encima de éste, no tenía que perder más días, necesitaba decidirme de una vez por todas pero no tenía ni idea sobre qué. Era como si mi cerebro se bloqueara ante tales situaciones y no podía ni recordar en lo que se suponía debo ser bueno o mi vocación.

Decidí darme un ducha, comenzaba a sentirme acalorado y con unas intensas ganas de llorar por haberme frustrado. El agua me ayudó a tranquilizarme junto a una playlist que tenía armada, fue como si esas gotas se hubiesen llevado un poco de las penas que se habían metido en mi cabeza en la última media hora.

La puerta se abrió de golpe y un Mikey con cara de idiota se dejó ver, yo había regresado a sentarme en el sofá a ver televisión después de aquella sesión de relajación extrema así que al escuchar el golpe me sobresalté.

—¡Kristin es grandiosa! —dijo para seguido aventarse a un lado de mi y pasar un brazo por mis hombros. —Es perfecta, creo que es el amor de mi vida.

—¿Cómo puedes saber eso? Tienes dieciséis años.

—La edad es sólo un número, cuando sientes amor lo sabes y ya.

Dejé de verlo y cambié de canal, inconscientemente pensé en Thom, no sabía si lo que tenía con él era amor pero vaya que me tenía como un tonto a sus pies. Nunca había tenido un noviazgo, mi primer beso lo di a los quince en un juego de verdad o reto. Y el rubio estando en la escuela ha tenido dos novias. O al menos eso escuché.

Luego de unos minutos en silencio me mordí el labio inferior levemente y lo miré buscando un consejo.

—¿Crees que debería sincerarme con Thom?

—¿Sobre qué?

—Mis sentimientos, ¿qué más?

Mikey dejó de sonreír y se recostó dejando sus pies encima de mis piernas para ponerse de un modo pensativo.

—No lo sé, ¿Estás seguro de lo que sientes?

—Me gusta mucho.

—Entonces, adelante, no veo ningún problema.

Suspiré y vi a mi mamá bajar de la escalera porque se había ido a cambiar y nos acompañó.

—Creo que yo sí...

—¿De qué hablan, chicos?

Donna Way tenía un nuevo tinte en el cabello, ésta vez se había cambiado el color a rubio y nosotros no nos extrañamos tanto, ya lo había hecho antes. Le gustaba cambiar de estilo casi como yo.

—¿Eso fue hoy? —pregunté asegurándome de que mi cabello no se pareciera al de ella. Sería extraño. Afortunadamente el mío era un tono más arriba, Donna lo tenía como algunos estilistas le solían decir, un rubio sucio.

—Sí, me dieron el día y aproveché a darme una arregladita, ¿Qué tal?

—Te quedó bien —contestamos al mismo tiempo.

—Y... ¿me dirán o no?

Mikey la miró de cabeza y sonrió de una forma rara ya que no solía hacerlo a menudo. La mayor alzó las cejas esperando alguna respuesta.

—Se podría decir que tuve una cita en la mañana. Fue con una chica maravillosa.

—Eso suena bien mi amor. Sólo lleva las cosas con calma, conózcanse bien, ¿Qué hay de ti, Gerard? ¿Has hablado con Thomas?

Como les mencioné antes, no era un secreto mi orientación con mis padres, de hecho les sorprendió bastante el hecho de que se los haya ocultado por tanto tiempo pues se los confesé a los mismos quince años. Fue un gran alivio cuando no se alarmaron.

—Sí, hablé con él en la fiesta.

—¿Entonces...?

—Nada nuevo.

Mamá sonrió en forma de apoyo y alcé las comisuras de mis labios. No debería ser algo triste ¿Verdad?

—Algún día bebé.


You're ugly too |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora